La Jornada 5 de septiembre de 1997

Tres bombas en hoteles de La Habana; muere un empresario italiano

Pl, Ansa, Efe, Dpa, Reuter y Ap, La Habana, 4 de septiembre Ť Tres bombas explotaron hoy con intervalos menores a 30 minutos en los hoteles Tritón, Chateau y Copacabana, en el exclusivo barrio habanero de Miramar, con saldo de un ciudadano italiano muerto. Cuba sostuvo que los atentados, sumados a otros cinco similares ocurridos en los últimos seis meses, ``se insertan en las actividades terroristas organizadas, suministradas y desarrolladas desde Estados Unidos''.

En Washington, el Departamento de Estado condenó los ataques y reiteró que ``Estados Unidos está comprometido a apoyar una transición pacífica hacia la democracia en Cuba''; entre la comunidad cubana estadunidense, los estallidos provocaron reacciones encontradas. El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, manifestó su repudio a ``todo acto de violencia''.

Los atentados de hoy provocaron la primera víctima fatal de la serie de ataques comenzada hace seis meses contra el turismo, el sector más dinámico de la economía isleña y por el que La Habana esperaba recaudar este año unos mil 750 millones de dólares.

A las 11:25 horas estalló la primera bomba en el hotel Tritón, 25 minutos después otra hizo explosión en el Chateau, y a las 12:10 horas ocurrió la tercera en el Copacabana, donde perdió la vida el hombre de negocios italiano Fabio Di Celmo, de 32 años.

Di Celmo, originario de Génova y residente en Montreal, Canadá, fue alcanzado por esquirlas del artefacto explosivo cuando estaba en el lobby del Copacabana. Según informes médicos, Di Celmo, a quien la esquirla le seccionó la yugular en el lateral izquierdo del cuello, llegó al hospital ``prácticamente sin signos vitales debido al corte metálico en la aorta principal''. Di Celmo estaba por concluir un acuerdo comercial en la isla según algunas fuentes, y no era huésped del Copacabana.

Los tres hoteles, muy frecuentados por turistas y empresarios extranjeros que visitan la isla, fueron acordonados por la policía cubana tan pronto se produjeron las explosiones. Una decena más fueron objeto de operativos de seguridad en los que agentes apoyados por perros se dieron a la tarea de buscar artefactos explosivos.

En el hotel Tritón, donde ocurrió la primera explosión, no se permitió el acceso a periodistas extranjeros, pero testigos citados por la agencia italiana Ansa señalaron que ``al menos hubo tres heridos'', mientras que en el Chateau los empleados dijeron que sólo hubo ``daños materiales'' al estallar unos cristales en el lobby.

Apenas ocurrió la explosión en el Copacabana, funcionarios de Seguridad del Estado clausuraron el área, de unos 60 metros afectados por el estallido, cuya onda expansiva destruyó ocho ventanales y 12 mesas además del bar, refirió Ansa.

Declaración de Alarcón

La primera declaración del gobierno cubano sobre los atentados provino del presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, de visita oficial en Chile. ``En Cuba no existe una infraestructura interna de oposición capaz de realizar atentados dinamiteros, sino que éstos son realizados por organizaciones con sede en Miami'', dijo.

El Ministerio del Interior divulgó en la noche un comunicado en el que confirmó que los hoteles Copacabana, Chateau y Tritón fueron objeto de ``nuevos actos de terrorismo, similares a los denunciados por el gobierno cubano recientemente''. Los ataques, añadió, ``esta vez provocaron la muerte del ciudadano italiano Fabio Di Celmo, quien se encontraba en la primera de las instalaciones''.

El Ministerio del Interior aseveró que ``estas actividades terroristas contra las instalaciones turísticas buscan afectar uno de los principales renglones económicos del país, lo que se corresponde con los intereses enemigos de estrangular la economía por cualquier medio, como vía para destruir la Revolución''. Añadió que pueblo y gobierno ``condenan con energía crímenes como este'', y ``lamentan profundamente la muerte de un pacífico joven italiano, víctima de asesinos profesionales sin escrúpulos''. Concluyó que se adoptaron ``las medidas necesarias contra estos cobardes y repugnantes hechos''.

Reacción de Washington

Al condenar los atentados de este jueves y reiterar que ``está comprometido a apoyar una transición pacífica hacia la democracia en Cuba'', el vocero del Departamento de Estado, James Foley, afirmó que ``de ninguna manera (Washington) respalda el uso de la violencia como forma de alcanzar esa transición o demostrar la oposición política''. Foley destacó que Estados Unidos, que durante 34 años ha mantenido un bloqueo contra la isla, que ahora pretende internacionalizar con la ley Helms-Burton, no tiene información sobre quién o quiénes podrían ser responsables de las explosiones.

Los ataques dividieron a los exiliados cubanos en Miami. El ex general de la Fuerza Aérea cubana Rafael del Pino dijo que los autores de las explosiones podrían ser militares descontentos, en tanto un miembro de la organización paramilitar anticastrista Alpha 66 dijo que aunque su movimiento cuenta con células en la isla, y no pocos exiliados respaldaron el realizar atentados, ``es lamentable la muerte de un ser humano, pero recordemos que los turistas llegan a la isla a aprovecharse de la miseria del pueblo que está cansado''.

La ola de ataques contra el sector turístico comenzó el pasado 13 de abril, con una explosión en la discoteca del hotel Meliá Cohíba, sin producirse víctimas. El 12 de julio, dos bombas de escasa potencia estallaron en los hoteles Nacional y Capri, con saldo de tres heridos leves; el 5 de agosto una carga pequeña estalló en una agencia de turismo cubana en Nassau, y el 22 de agosto se produjo una pequeña explosión en el hotel Sol Palmeras de Varadero, atribuida a una sobrecarga eléctrica.