Mensaje de Marcos a las Doñas de Eureka por 20 años de lucha
Ejército Zapatista de Liberación Nacional. México.
28 de agosto de 1997
Al: Comité Eureka
México.
De: Subcomandante insurgente Marcos
Madres y familiares de todos los desaparecidos y presos políticos que somos:
Dice Canek:
``Es buena hora, niño Guy, nos acompaña el pájaro Pujuy. Hay que seguir adelante, vencer el cansancio, el miedo y el deseo. La fatiga difraza sus intenciones. La fatiga es sueño, curiosidad y desgano en los caminantes. Abre bien los ojos, hijo, y sigue al pájaro Pujuy. El no se equivoca.
Su destino es como el nuestro: caminar para que otros no se pierdan''.(*)
Doñas:
Les escribo a nombre de todos los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El pretexto para este puente con la historia y la dignidad que ustedes representan, es el vigésimo aniversario de Eureka.
Desde 1997 la sangre que ha sido prisionera del terror ha encontrado en su semejanza, ustedes, la esperanza de que la justicia venga a enmendar la plana de mentiras que, sobre los muertos, desaparecidos y presos políticos, ha escrito el Poder en México.
Una democracia de mentiras y simulaciones, de miseria y represión para todos los que somos abajo, ha hecho de la hipocresía la herramienta principal de la política exterior de México. El país que recibió con los brazos abiertos a las víctimas que lograban escapar de sus respectivos terrores latinoamericanos, hace de la represión y el autoritarismo su forma preferida de gobierno interno.
Hace 20 años no sólo era la impotencia frente al terror interno en contra de los disidentes. No sólo era la farsa y la servidumbre como escalón político. No sólo era la imposibilidad de la transformación pacífica. No sólo era la dignidad que buscaba hacerse colectiva a través de los complicados caminos de la clandestinidad y la lucha armada revolucionaria. No sólo era la asfixiada aspiración a la justicia para todos.
Hace 20 años era ya la rebeldía. Era la tercera dignidad de los inconformes. Era la consecuencia con pensamientos y palabras. Era la vida como lucha. Eran la prisión o la muerte como una posibilidad más. Era el triunfo para todos una certeza.
Hace 20 años era también la guerra sucia. Era el poder impune de militares y poli- cías. Era la ley como adorno inútil y la justicia como decoradoo de cartón-piedra. Era la ``Brigada Blanca'' el argumento para rebeldes. Era el Campo Militar número 1 el destino para los inconformes. Era la desaparición el futuro de los que, tomados por las garras del Poder, se negaban a rendirse, a venderse, a traicionarse.
Hace 20 años era el silencio. La Patria callando su dolor por hombres y mujeres, algunos de los mejores de la historia nacional, que eran borrados de la vida por la tortura y la muerte con las que el Poder respondía a sus demandas de democracia, libertad y justicia.
Hace 20 años, y hoy la pesadilla sigue.
Para vencer, el Poder no sólo mata la vida, también la memoria. El olvido es lo que el Poder ofrece para sancionar sus crímenes.
Hace 20 años eran, como decía el héroe maya Canek, el cansancio, el miedo y la fatiga.
Hace 20 años era la desesperanza.
Pero aparecieron ustedes. El nuevo y tenaz pájaro Pujuy, ahora con naguas, volvía para ayudarnos a todos a vencer el cansancio, el conformismo, el olvido.
Porque, en medio del olvido, alguien recordó. Ustedes.
Porque, en medio de la inmovilidad, alguien echó a andar. Ustedes.
Porque, en medio del silencio, alguien gritó. Ustedes.
Porque, en medio de la desesperación, alguien tuvo esperanza. Ustedes.
``¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!'', fue y es el canto que empezó tímido y pronto creció y llegó hasta los palacios del Poder.
Esa complicada mezcla de sangre, dignidad, rebeldía e historia, todas comunes, inició un movimiento que no tiene ni la resignación, ni el perdón, ni el olvido como horizontes.
Hombres, mujeres, niños, jóvenes, ancianos, todos ellos empezaron a hacer de la historia su fuerza, de la dignidad su ruta, esperanza de su sangre y razón de su rebeldía.
Desde hace 20 años empezaron a caminar, a reunirse, a encontrarse, a reconocerse, a hablarse, a saberse comunes, a construirse colectivo.
Desde hace 20 años empezaron a gritar, a exigir, a demandar, a luchar, que no son sino otras formas de tener memoria.
Desde hace 20 años empezaron a trabajar con todos y por todos a los que el dolor y la impotencia hicieron uno.
Desde hace 20 años y la esperanza sigue.
Ustedes lucharon y luchan porque el ``Eureka'' de ``¡Los encontramos!'', de ``¡Los liberamos!'', sea alivio de familias que están incompletas porque el Poder les pegó un mordisco en lo más querido y entrañable, en la sangre propia, en la historia, en la mañana.
Madres y familiares de desaparecidos y presos políticos:
``En la sabana de Sibac los esbirros aprehendieron a Canek y a sus amigos. Uno de los esbirros, de nombre Malafacha, le ató las manos.
``Capitán -dijo Canek-, le va a faltar cordel.
Malafacha torció el nudo.
``-Es inútil, capitán -añadió Canek-, le va a faltar cordel para atar las manos de todo el pueblo.
``Canek sonrió. La sangre escurría de sus manos como una llama dócil''. (*).
También nosotros somos parte suya, también nosotros somos su sangre, también nosotros somos madres y familiares de todos y todas los desaparecidos y presos políticos.
La historia no ha terminado. Sigue su complejo andar y siguen sus hacedores anónimos, todos los que somos abajo, forzándola a amanecerse de una buena vez.
Ahora, y por siempre, ustedes y nosotros somos la llama indócil que ayudará a alumbrar el mañana.
Salud. Doñas de Eureka. ¡Larga vida a la digna sangre que les da voz y memoria!
Vale. Salud y que no se apaguen ni su luz ni su voz... para que otros no se pierdan...
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Agosto de 1997
(*) Canek, historia y leyenda de un héroe maya, Ermilo Abreu Gómez