La Jornada 29 de agosto de 1997

Confirma EU la amenaza de muerte de narcos mexicanos contra McCaffrey

Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC, 28 de agosto Ť Docenas de militares mexicanos -miembros del Estado Mayor Presidencial- y más de un centenar de policías locales vigilaron la seguridad del director de la Oficina Nacional Antidrogas de la Casa Blanca, Barry McCaffrey, durante las casi cinco horas que permaneció en esta ciudad, en prevención de algún atentado en contra del funcionario estadunidense.

De igual manera, durante su estancia esta mañana en la vecina ciudad de San Diego, California, elementos de las oficinas Federal de Investigaciones (FBI) y del Marshall crearon barricadas de seguridad a su paso, luego de que el pasado martes el llamado zar antidrogas recibiera una amenaza de muerte de parte de narcotraficantes mexicanos.

Una fuente del Departamento de Estado del vecino país informó que el mensaje fue recibida la tarde del martes por personal del FBI en El Paso, Texas, y fue tomada muy en serio por el propio McCaffrey, quien hoy confirmó la existencia de la amenaza en su contra durante una conferencia de prensa ofrecida en el Border Field State Park de Imperial Beach, al sur del condado de San Diego.

El propio McCaffrey señaló que a raíz de la llamada telefónica se pidió al gobierno mexicano que extremara las medidas de seguridad durante su visita a esta frontera, toda vez que se hablaba de que narcotraficantes intentarían asesinarlo mediante el uso de un misil.

De acuerdo con fuentes oficiales, detrás de la amenaza estarían integrantes del cártel de Juárez que encabezó el desaparecido Amado Carillo Fuentes, quien falleció en la capital mexicana el pasado 4 de julio luego de someterse a varias intervenciones quirúrgicas en busca de transformar su apariencia para evadir a las autoridades.

Entrevistado en San Ysidro, California, antes de cruzar la frontera hacia México, el funcionario estadunidense aseguró estar confiado en que el gobierno mexicano habría de proporcionar todos los elementos necesarios para garantizar su seguridad personal.

En la llamada Puerta México, una caravana de 13 vehículos oficiales del gobierno mexicano lo esperaban escoltados por vehículos Hammer del Ejército Nacional, mientras francotiradores de la segunda Zona Militar permanecían apostados en los techos de los edificios aledaños.

No custodiarán militares la frontera

De acuerdo con McCaffrey, el poder corruptor del narcotráfico representa, además de una constante amenaza para las instituciones democráticas de ambos países, una fuente de violencia permanente, y añadió que aparte de la amenaza en su contra, existen de manera continua reportes de amagos de narcotraficantes de ambos lados de la frontera en contra de oficiales de la Patrulla Fronteriza, fiscales y agentes del FBI y la DEA.

Tan sólo en el último año, dijo, los oficiales estadunidense encargados de velar por la seguridad de la frontera con México han sido blanco de 400 atentados, mientras que en México durante ese mismo periodo han ocurrido 200 asesinatos de policías en casos relacionados con el narcotráfico.

A pesar de ello, McCaffrey reiteró que no serán enviados militares a custodiar la frontera con México, y que la única presencia de las fuerzas armadas será a través de la Guardia Nacional que presta apoyo logístico a la Patrulla Fronteriza y al Departamento de Aduanas en las garitas, con más de 4 mil hombres a lo largo de la frontera compartida por ambas naciones.

Reconoció la importancia de establecer métodos más eficaces de control en las fronteras de su país para evitar el envío de armas y dinero, producto de actividades ilícitas, a países como México y Colombia.

Para ello, dijo, se trabaja de manera conjunta con la Secretaría de Hacienda de México para que policías fiscales tengan acceso en las fronteras a un banco de datos computarizado, donde con sólo accesar el número de serie de una pistola decomisada en cualquiera de las garitas internacionales se conozcan de manera inmediata su procedencia y antecedentes.

También se busca controlar más las agencias de envío de giros postales y otras formas de sacar dinero de Estados Unidos, a las que recurren los narcotraficantes para mover sus ganancias.

De acuerdo con McCaffrey, 3.6 millones de estadunidenses son adictos a las drogas; pero el número de consumidores es mayor, pues se calcula que anualmente se gastan 46 mil millones de dólares en la compra de sustancias prohibidas.

El zar antidrogas visitó también, como parte de su recorrido por la región Tijuana-San Diego, las garitas internacionales de Mesa de Otay y San Ysidro, donde supervisó el uso de una máquina de rayos x utilizada para inspeccionar los camiones de carga que ingresan en Estados Unidos procedentes de México.

Por la tarde, Barry McCaffrey sostuvo una reunión de trabajo con miembros del Mecanismo de Enlace Fronterizo en las instalaciones del Colegio de la Frontera Norte (Colef), en San Antonio del Mar, Baja California, a la que acudieron los embajadores de México y de Estados Unidos, Jesús Silva Herzog y Charles Brayshaw, respectivamente.

Para este viernes, el general McCaffrey tiene considerado continuar con su gira de trabajo por esta región y ofrecerá una conferencia en la base naval de San Diego, donde se tiene previsto que anunciará una nueva propuesta para que, de manera conjunta, los gobiernos de México y Estados Unidos combatan el narcotráfico por la vía marítima.