La Jornada 27 de agosto de 1997

Acusan a Gutiérrez Rebollo de contratar civiles contra los Arellano

Juan Manuel Venegas Ť Conforme avanza el proceso penal contra el general Jesús Gutiérrez Rebollo ``se comprueba más su participación'' en delitos relacionados con el narcotráfico; ahora se sabe que durante su gestión en la quinta Región Militar contrató civiles --especie de madrinas o sicarios--, presumiblemente por órdenes de Eduardo González Quirarte, que se dedicaban a ``golpear'' al cártel de los hermanos Arellano Félix, ``abriéndole espacios a la organización de Amado Carrillo Fuentes''.

La Procuraduría General de la República (PGR) informó que estos detalles de la actividad de Gutiérrez Rebollo quedaron de manifiesto con los testimonios de Ricardo Cesáreo Vázquez Tafolla y Jaime Enrique Santos Muñoz, quienes declararon ante un juez federal de Almoloya de Juárez en una diligencia celebrada el lunes pasado.

Con lo anterior, la PGR negó que los testigos que han presentado en el juicio contra el ex director del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) se hayan retractado. Por el contrario, señaló, han ratificado todas y cada una de sus declaraciones, incluso en careos con Gutiérrez Rebollo.

En ese sentido, la dependencia pidió ``no desorientar'' a la opinión pública ``con afirmaciones tendenciosas'' sobre el desarrollo de las diligencias.

Sin mencionarlos por su nombre, la Procuraduría descalificó con ello a los abogados de Gutiérrez Rebollo, concretamente a Edgar Herrera, quien el lunes declaró en Almoloya que el testigo Vázquez Tafolla ``cayó en múltiples contradicciones''.

Estas aseveraciones son falsas, advirtió la PGR, toda vez que ``los testigos no incurrieron en contradicciones respecto a los hechos que saben y les constan, y ratificaron en todos y cada uno de sus puntos sus declaraciones iniciales, en las cuales hacen severas imputaciones penales al general Gutiérrez Rebollo y a los coacusados José Horacio Montenegro y Javier García''.

Incluso, señaló que durante la diligencia del lunes, ``cuando la defensa del general Gutiérrez intentó argumentar falsedad en declaraciones de Vázquez Tafolla y Santos Muñoz, el juez les aclaró que ambos testigos mantenían unidad en sus declaraciones y, si acaso no recordaban en ese momento aspectos incidentales, eso no dañaba su dicho, concluyendo que se desechaba por improcedente la petición de los abogados''.

En cuanto a los delitos que esos testigos imputan a Gutiérrez Rebollo y coacusados, la PGR señaló que ``les consta la estrecha relación que mantenía con González Quirarte, quien se dedicaba a actividades relacionadas con el narcotráfico y sólo hacía operativos antinarcóticos contra la organización de los hermanos Arellano Félix (Ramón y Benjamín, jefes del cártel de Tijuana) y no así en contra de Amado Carrillo''.

Asimismo, ``a los testigos les consta que el general Gutiérrez Rebollo y sus coacusados torturaron a varias personas detenidas en la quinta Región Militar y que Eduardo González Quirarte pagaba a civiles, que se hacían pasar por militares y que eran conocidos como arbolitos, que se encargaban de golpear al cártel de los Arellano Félix''.