El llamado de Cuauhémoc Cárdenas a los habitantes del Distrito Federal para realizar un diagnóstico de la ciudad desde barrios, colonias, escuelas y centros de trabajo, constituye un cambio en la relación entre gobierno y ciudadanía que tendrá profundas consecuencias en el desarrollo de la organización social, la fuerza de los vecinos en su propio territorio y es, sobre todo, un ejercicio que se inscribirá dentro del proceso de municipalización que por instinto de sobrevivencia vive ya la ciudad a partir de la reforma que aprobó la elección del jefe de gobierno en la capital.
No es un foro, no es un acto de propaganda, sino una primera devolución: la facultad de decidir de los ciudadanos sobre su propio entorno. Es el reconocimiento colectivo de lo que existe, lo que falta y hacia dónde se tienen que dirigir las acciones de gobierno sobre agua, luz, basura, educación y cultura, deporte, el estado de las viviendas en el barrio y la colonia, el medio ambiente y las áreas verdes, la seguridad, la vialidad y el transporte en las diversas localidades. Para nadie es desconocido, y menos para sus habitantes, que en el norte, oriente y poniente no hay actividades culturales y espacios para esta actividad; que los cines son escasos y de mala calidad, y los lugares para el esparcimiento son tan ajenos y pobres que la mayoría prefiere quedarse en casa viendo televisión.
Esta convocatoria de Cárdenas es un llamado a la movilización de todos y tiene un claro mensaje de continuidad con el sentido del voto del 6 de julio, pues son los vecinos, niños, mujeres, jóvenes, trabajadores, ancianos, pensionados y jubilados, los que tienen de nuevo la palabra para rescatar y hacer suyo el gobierno de la ciudad.
Es un impulso a la organización popular, luego del prolongado desgaste de los movimientos urbanos en el largo proceso de resistencia contra las decisiones arbitrarias del gobierno neoliberal, que se impuso a base de dividir y generar conflictos de todos contra todos. Realizar este diagnóstico es una devolución a los ciudadanos de la facultad de decidir; es un acto de fuerza ciudadana que se logró con el voto del 6 de julio y por lo tanto debe ser incluyente, en favor de todos los que votaron a favor y en contra del nuevo gobierno, pero que ahora tienen que ser parte de las grandes soluciones. Es un llamado sin distinciones que plantea integrar a todos los grupos, organizaciones y movimientos a desarrollar su propia base y avance en la cultura de la organización vecinal y territorial. Es una tarea para la democratización de la vida comunitaria la cual será punto de referencia para los nuevos delegados políticos y el gobierno en su conjunto, pues gobernar con la ciudad es uno de los compromisos centrales del nuevo gobierno.
El diagnóstico popular y colectivo es un hecho de gran importancia previo a la toma de decisión, pues hará mayor conciencia sobre las magnitudes de los problemas urbanos y requerirá de un cambio cualitativo de la relación ciudadanos-gobierno y de la misma organización vecinal contraria al paternalismo. El diagnóstico y la elevación de las propuestas para la solución de los problemas es un acto de poder y se fortalecerá con el gobierno, siempre y cuando esto no constituya actos de manipulación y el gobierno marche junto a las aspiraciones ciudadanas.
La tarea será mejorar todos los servicios; eficientar y racionalizar los recursos; reconstituir el tejido social en barrios y colonias; rescatar el valor de la solidaridad comunal; humanizar las unidades habitacionales abriendo espacio para todos; convertir los intereses particulares de grupos y sectores, como los comerciantes, transportistas, en actividades de servicio a la comunidad. La tarea es inmensa, justamente del tamaño de la ciudad ``más grande del mundo'', y por eso necesita la respuesta más grande del mundo: la participación de todos los sectores, su movilización y optimismo para identificar y solucionar los problemas. Realizar el diagnóstico es un acto de gobierno, el consecuente con el voto del 6 de julio a fin de rescatar la ciudad como espacio de todos. Cárdenas ha acertado al convocar a su realización, ya que generalizará el cambio de la relación entre los nuevos funcionarios y las comunidades en la ciudad.
PD. Próxima reunión hacia la Convención Metropolitana. Miércoles 27 de agosto, a las 17 horas, en el Auditorio Antonio Caso en Tlatelolco (atrás de la Subdelegación Tlatelolco), frente a Reforma Norte. Temas: Organización de la Convención, discusión de los diagnósticos y participación en el recibimiento a los 1,111 zapatistas.