Ofrece la PGR llegar al fondo en el asunto de la niña incinerada
Karina Avilés Ť La PGR ``tiene la voluntad política y humana para resolver, conforme a derecho'', el caso de la recién nacida Celis Torres. Altos funcionarios de la dependencia aseguraron ``que no hay ni habrá ni un centavo de por medio'' que modifique la investigación sobre la menor que ``por error'' fue cremada en el Hospital General de México.
Por su parte, Jacqueline Torres y José de Jesús Celis afirmaron que el Hospital General de México ``nunca nos buscó para informarnos qué debíamos hacer para reclamar el cuerpo de nuestra hija''. El pasado 23 de agosto, la dirección del nosocomio informó a este diario que ``empleados de trabajo social buscaron a los padres (el 10 de julio, día en que murió la menor), quienes fueron localizados al anochecer y se les dijo qué debían hacer para reclamar el cuerpo de su hija''.
Sin embargo, el día de la muerte de la niña, su madre Jacqueline se encontraba en ese hospital buscando que personal de Patología y Trabajo Social le permitieran ver el cuerpo, mientras que el padre --quien aún no estaba enterado de lo sucedido-- permaneció en su hogar a causa de un malestar estomacal y aseguró que nunca llegó personal de ese nosocomio. ¿Quién fue, quién nos vino a buscar y a qué horas?, se pregunta Jacqueline.
Por su parte, en nombre de la Red Metropolitana de Prevención y Atención a Víctimas, Luz del Carmen Giese manifestó: ``Vamos a impulsar este caso con el fin de que se haga justicia. Vamos a estar hasta el final''.
Los hechos suscitados en torno a la muerte de la menor ``constituyen un parteaguas respecto de este tipo de casos'', apuntó Giese.
El pasado 28 de junio, un día antes de que Jacqueline Torres diera a luz a su hija en el Hospital General de México, un caso similar estaba en gestación. Otra familia, otros nombres, daños irreparables. Esta vez, en la Clínica 27 del Seguro Social.
Ese sábado 28, la señora Floriberta Longinos, de 33 años de edad, acudió a la Clínica 27 del IMSS ``porque estaba programada para tener a su bebé el mismo día''.
``Le dijeron que todo iba bien y que regresara el jueves 3 de julio''. Así lo hizo. Posteriormente ``le dieron cita para el 4 de julio y luego para el 7 de julio''. Habían pasado nueve días de la fecha original de alumbramiento. ``La revisaron los médicos y entre sí, quedito, quedito, dicen que la bebé está muerta''.
Los doctores notifican a Floriberta la muerte de su hija; aun así ``le dicen que le van a inducir el parto. Tardan ocho horas con 50 minutos en sacar a la bebé. Nace a las 20.50 de la noche''. Tenía 48 horas de estar muerta.
En esa clínica ``le sugieren que creme a la niña y le ofrecen los servicios funerarios: 574 pesos por la cremación y 50 por los trámites del panteón'', narró Giese. Datos que por su similitud recuerdan el caso de la niña Celis.