Murió Clodomiro Almeyda, líder histórico del socialismo chileno
Enrique Gutiérrez, corresponsal, Santiago, 25 de agosto Ť Uno de los últimos compañeros de lucha más cercanos a Salvador Allende, el dirigente socialista Clodomiro Almeyda Medina, quien fue diputado, ministro de Estado en varias ocasiones y vicepresidente de la República durante el gobierno de la Unidad Popular (1970-1973), murió hoy a la edad de 74 años víctima de cáncer en la laringe.
Almeyda se desempeñaba actualmente como decano de la cátedra de Sociología de la Universidad de Chile, siendo la docencia una de las principales actividades de su vida, lo que le permitió desarrollar estrechos lazos con la Universidad de Guadalajara. Con él, según la opinión generalizada, desaparece uno de los pocos pensadores marxistas de este país.
El gobierno decretó duelo oficial por tres días a raíz de su desaparición, lo que implica que los cuarteles de las fuerzas armadas, mal que les pese, tendrán que izar a media asta el pabellón chileno. El ex presidente Patricio Aylwin lamentó el fallecimiento de Almeyda, quien como embajador de Chile en la ex Unión Soviética durante su gobierno (1990-1994) recibió en la sede diplomática al acosado Erich Honecker, obligando a La Moneda a darle asilo.
Incluso el Partido Demócrata Cristiano lamentó su fallecimiento; dijo que fue ``un hombre de clara y recta trayectoria que dejó huellas en todos los campos donde le cupo actuar'', y reconoció que ``su vocación lo llevó a conocer situaciones de extremo rigor y desamparo. Estuvo preso y luego en el exilio''.
Militante socialista durante toda su vida, Almeyda había sido sometido recientemente a una intervención quirúrgica y se encontraba en su domicilio intentando recuperarse de un viejo cáncer, consecuencia de su condición de fumador empedernido. Nacido en Santiago en 1923, estudió derecho en la Universidad de Chile y, posteriormente, en esa misma casa de estudios, obtuvo el título de profesor de filosofía.
En 1952, como miembro del entonces Partido Socialista Popular fue nombrado ministro del Trabajo, y en 1953 fue ministro de Minas, cargo que dejó para convertirse tiempo después en diputado por Santiago.
Almeyda, quien ocupó los más altos rangos dentro del socialismo, fue nombrado canciller al triunfo de Salvador Allende; tuvo una activa participación en los foros de los No Alineados y le tocó organizar la UNCTAD III, que se celebró en la capital chilena. Igualmente desempeñó las carteras de Defensa y del Interior, cargo desde el cual accedió a la vicepresidencia de la República.
A raíz del golpe de Estado de 1973, fue detenido y llevado a la Isla Dawson, y posteriormente enviado al exilio, durante el cual vivió principalmente en países como la ex Alemania Democrática y México, en los que se dedicó por igual a las labores políticas y a la docencia.
De regreso en Chile fue encarcelado en 1987. Una denuncia de primera página de La Jornada sobre la intención de la dictadura de darle muerte abrió una amplia campaña de solidaridad internacional que culminó con su libertad.
Mañana martes, al comenzar la tarde, se efectuarán sus funerales. ``Clodomiro Almeyda es una de las grandes figuras políticas de nuestro país y de la izquierda chilena, es un hombre que desde joven cumplió una gran tarea de conciencia social, de ayuda a los más necesitados, con altísimas responsabilidades políticas'', afirmó el senador socialdemócrata Sergio Bitar.
El ministro de Obras Públicas, Ricardo Lagos, sumándose a las manifestaciones de pesar, señaló que con el deceso de Almeyda la coalición oficialista perdió a uno de sus principales hombres. A su vez, el Partido Comunista señaló que ``se perdió a un gran luchador social'', ya que fue un político que se esforzó para que la democracia y la justicia social imperasen en Chile.