La Jornada 26 de agosto de 1997

El gobierno debe obligar a que se cumplan acuerdos, advierte Cárdenas

Víctor Ballinas Ť El gobernador capitalino electo, Cuauhtémoc Cárdenas, aseveró ayer que el gobierno federal debe hacer que los concesionarios de las carreteras de cuota cumplan con los términos de la concesión, esto es, ``que no las abandonen, y que no nos vayan hacer pagar 20 mil millones, o 2 mil 500 millones de dólares de compromisos que no les corresponden a los ciudadanos''.

En todo caso, aseveró, lo que podría proceder es que los empresarios le entreguen al gobierno, ``sin costo alguno, las carreteras para que las opere, les dé su mantenimiento y cobre sus cuotas, pero sin que esto le cueste una erogación adicional del orden de los 19 mil millones de pesos''.

Cárdenas fue entrevistado al término de la reunión de la comisión de enlace entre el Departamento del Distrito Federal (DDF), y colaboradores cercanos al gobernante electo. Los temas que se abordaron en la reunión fueron los de educación, salud y desarrollo social.

En las oficinas de Versalles, donde se ubica la Secretaría de Transporte del DDF, y que es el lugar donde se llevan a cabo las reuniones de la comisión de enlace, Cárdenas destacó que ``no sé si el gobierno va a respaldar a todos los que nos hemos metido en un mal negocio en el país, pues de ser así, vamos a ver quién se forma primero en la ventanilla donde dan los apoyos''.

El jefe de gobierno electo resaltó que de no ser así (de no existir apoyos para todos los que han hecho un mal negocio), ``cada quien tiene que cargar con su responsabilidad, y ese es el caso de los concesionarios de las carreteras de cuota''.

Lo que el gobierno tiene que hacer es simplemente dejarlos que cumplan con los términos de la concesión, añadió, pues ``el gobierno no tiene por qué hacerse cargo de pagar los errores de esos inversionistas''.

Esos errores, dijo más adelante Cárdenas, ``quizá son compartidos por funcionarios de otras administraciones, no sé si también de ésta, y de los empresarios que promovieron este tipo de negocios, pero los concesionarios deben cargar con esas deudas y hacerle frente a sus compromisos''.


Laura Gómez Flores Ť El programa de rescate carretero es una ``medicina muy amarga'', que obligará a los inversionistas a participar con ``extrema cautela'' en este sector, pues corren el riesgo de perder todo, afirmó ayer Ricardo Platt García, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CNIC), al manifestar su descontento porque el gobierno, por 19 mil millones de pesos, se quedará con una infraestructura que rebasa varias veces ese monto.

Platt García mencionó que ``esperaban otro tipo de solución al problema donde, por lo menos, les regresaran una parte del capital invertido; sin embargo, las constructoras que entraron al sector perdieron todo porque las condiciones en que se dieron las concesiones no fueron las más adecuadas. Lo mejor hubiera sido no hacer nada''.

Luego de calificar este proceso como un ``tropiezo'', dijo que el resultado de esta experiencia fue tan negativo para que ``nadie pueda invertir'', aunque habrá algunos que lo seguirán haciendo, pero en condiciones totalmente diferentes, sobre bases más sólidas y mucho más claras, con un conocimiento detallado de la obra a realizar y con expectativas muy realistas.

Desde su punto de vista, la falta de experiencia, los estragos de la crisis económica, y el desconocimiento de los proyectos ejecutivos dieron al ``traste'' con la privatización y provocaron, en algunos casos, que el valor de las obras se fuera prácticamente al doble.

Luego de la inauguración del Primer Expo Congreso Nacional de Industriales de Transformación en Construcción, argumentó que el valor de los activos de esas carreteras que está rescatando, anticipadamente, la nación, es muchas veces superior al que la propia SCT está manejando, de 19 mil millones de pesos.

Esto ha sido una solución de ``todos ponen: los concesionarios invirtieron su capital y lo perdieron, lo cual no es una solución cómoda; el gobierno y la banca también hicieron su parte y al final lo que está sucediendo es que la nación, el gobierno y desde luego los mexicanos nos estamos quedando con bienes muy superiores a los que todo y cada uno de nosotros está aportando''.