Cónclave en La Realidad sobre la marcha indígena al Distrito Federal
Hermann Bellinghausen, enviado, La Realidad, Chis., 20 de agosto Ť Se inició lo que será la marcha de mil 111 zapatistas hacia la ciudad de México. Representantes del Congreso Nacional Indígena, de varias organizaciones populares del Distrito Federal, del Frente Zapatista de Liberación Nacional, así como algunos ex asesores del grupo rebelde, se reunieron aquí con la Comandancia General del EZLN para ultimar los detalles de la movilización, anunciada para la segunda semana de septiembre.
Adelfo Regino, de la Comisión de Seguimiento del CNI, considera que ``será sin duda una gran movilización indígena nacional''. Para el dirigente mixe, es un asunto de dignidad. ``Es vital que los zapatistas pasen por nuestros pueblos. Vamos a plantear que en la transición debe existir una participación alternativa, la de los pueblos indígenas. Es un acto conjunto del CNI y el EZLN'', dijo.
El filósofo Luis Villoro, quien ha participado activamente en las discusiones, asegura que la salida de los zapatistas ``es un acto positivo, porque ayudará a una ampliación de la democracia''. Caminando casi esquiando los lodos de Aguascalientes, Villoro dice animadamente: ``Permitirá la presencia de un grupo que ha sido muy importante en la transformación del país. El contacto del EZLN con la ciudad, con otros grupos de la sociedad civil que no los han conocido, redundará en beneficio de la paz y la solución de los problemas del país''.
Participan en la reunión la Asamblea de Barrios, el Frente Popular Francisco Villa, la UPREZ, la Central Unitaria de Trabajadores-Partido Revolucionario del Pueblo, y otras organizaciones que habitualmente no es fácil ni que se dirijan la palabra. Y todos coinciden en que la convocatoria a la movilización estará abierta a otras organizaciones.
Ernesto Chávez, diputado local electo perredista del Distrito Federal y representante de la Asamblea de Barrios Patria Nueva (``no perredista'', aclara), expresa: ``Pretendemos que el esfuerzo sea lo más amplio posible, siempre que sea gente comprometida, que tenga el corazón del lado izquierdo''.
Hay entusiasmo, casi podría decirse alegría, entre los participantes en una sesión de trabajo que en otras condiciones sería árida y enojosa (solución de problemas prácticos como transporte, alimentación, allegamiento de recursos, seguridad, etc.), y además porque por supuesto sus diferencias no las dejaron en el DF, aunque las hacen a un lado para ponerse de acuerdo en esto.
La gente del CNI cuenta que llevan ya varios días trabajando en sus regiones (Oaxaca, Guerrero, Puebla, Michoacán, Distrito Federal, Chiapas), y aquí en La Realidad se va definiendo la agenda del recorrido del sureste al centro.
Adelfo Regino dice en entrevista que la marcha ``es una tarea más de las que tiene planteadas el CNI para seguir exigiendo el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés y una auténtica desmilitarización. No vamos a aceptar que se pretenda confundir a la opinión pública con simples cambios del Ejército Mexicano en ciertas regiones del país''.
¿Quién espera a los zapatistas?
``Es una oportunidad para unir esfuerzos, en primer lugar para conseguir el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés'', considera Ernesto Chávez. ``Pero también es la posibilidad nueva de buscar alternativas. Es muy positivo que el EZLN vaya a la ciudad de México. Será testigo de la formación del FZLN, y va a encontrarse con el PRD y todos los que participan en la lucha pacífica buscando la paz con justicia y dignidad''.
Eduardo Navarro, del Frente Popular Francisco Villa, dice: ``Vemos con buenos ojos la marcha de los zapatistas, porque servirá para fortalecer a las organizaciones de izquierda, y su unidad. Los zapatistas se proponen la participación abierta y franca en la ciudad, con todo lo que implica el riesgo. Pero ellos tienen que romper el cerco. Estamos dentro de los marcos legales y vamos a invitar al pueblo a defender nuestras luchas''.
Venidos al Aguascalientes de La Realidad a entrevistarse con el subcomandante Marcos, el comandante Tacho y el mayor Moisés, algunos representantes de organizaciones indígenas y populares ya traen incluso conclusiones de asambleas previas. Desde que el EZLN anunció la salida de las montañas y la selva de los representantes de los pueblos, cientos de personas en toda la geografía del trayecto han demostrado su interés en apoyar y participar en la movilización.
José Santos, secretario general del CUT-PRP (``nosotros nos manifestamos por la construcción de un movimiento que se pronuncie contra el neoliberalismo''), expresa que su organización ve ``que la salida del EZLN fortalece no sólo la lucha de los pueblos indígenas, sino también al movimiento social que aspira al cambio''. Y abunda: ``Si bien el 6 de julio señala una conciencia de rechazo a la derecha PRI-panista, hace falta llenar el espacio de la izquierda. No es ésta la intención del EZLN en esta marcha, pero sí despertar el entusiasmo para las nuevas fuerzas políticas que contribuyen a la liberación de la patria''.
Los juicios de Marco Rascón, de una de las Asambleas de Barrios perredistas, buscan precisión. La marcha de los mil 111 ``es trascendente, enriquecedora del momento que vive la ciudad de México. Simboliza el encuentro de dos países; cada uno de ellos empuja hacia el cambio profundo''. La marcha ``será una interpelación para la clase política, los sectores culturales, el Poder Legislativo, los partidos''. Rascón agrega que, para la Asamblea de Barrios, esta marcha representa ``el restablecimiento de una relación con los zapatistas, ahora también con la lógica de la ciudad''.
Todos coinciden en que salen de esta reunión con tareas concretas de organización, después de ponerse de acuerdo entre ellos con el EZLN.
También están presentes la Red de Apoyo a los Zapatistas y la Convención Estudiantil Metropolitana. Durante una de las reuniones, Javier Elorriaga explicó a los participantes que los representantes de los pueblos del EZLN iban a participar en la asamblea constitutiva del FZLN como una de sus actividades en el Distrito Federal, pero no iban a ingresar al Frente Zapatista de Liberación Nacional.
La salida apenas comienza y ya hay un hervor por lo bajo. Las organizaciones reunidas hoy, partidarias y no partidarias, comparten la idea de que la partida de los mil 111 pueblos activará los movimientos sociales en este impasse de la denominada transición mexicana.
``¿Por qué mil 111?'', había preguntado Luis Villoro. ``Significa algo el número?''.
``Nada más el número de pueblos miembros del EZLN que hay en Chiapas'', le respondieron los zapatistas, palabras más, palabras menos.
Según Adelfo Regino, del Congreso Nacional Indígena, la marcha significa ``aquí estamos, no estamos de paso en estas tierras, y ni México ni el mundo podrán avanzar sin nosotros''.