La Jornada 21 de agosto de 1997

Gordillo, obstáculo para una nueva central

Arturo Cano/ I Ť Y ahora que se fue Fidel, ¿en qué pasos andan líderes como, digamos, la profesora Elba Esther Gordillo? Ella, no le cabe ninguna duda al telefonista Francisco Hernández Juárez, ``está realmente decidida a impedir la formación de la nueva central de trabajadores, simplemente porque no es quien la encabeza''.

Hila Hernández Juárez: ``Si uno considera la responsabilidad que ella tiene en el PRI (el sector popular) y esas actitudes tradicionales de asumir la disciplina, parecería que desde ahí está habiendo una señal que bloquea a toda costa la creación de una nueva central''.

-¿Y no es así?

-Francamente, no veo cómo, si Juan Millán (cetemista y secretario general del PRI), que tiene una posición más importante que Elba Esther, estaba jugando un papel diferente.

-No es el PRI. ¿Qué, entonces?

-Antes de que muriera don Fidel hubiera creído que actuaba en acuerdo con él, porque si algo le permitió llegar a dirigir el sector popular fue que don Fidel le quitó el veto, surgido de que no le tenía mucha confianza. Y casi creo que hubo una gente que lo convenció de que podía confiar en ella y eso le permitió llegar...

-Juan Millán.

-Tengo esa impresión, aunque no lo podría probar.

``Ahora que don Fidel no está, parecería que ese compromiso no tuviera vigencia, pero ella sigue en la misma actitud.''

-¿Con quién es el compromiso?

-De parte del gobierno no lo he percibido, ni del secretario del Trabajo ni del Presidente.

-¿Entonces?

-He tenido que llegar a la conclusión de que es simplemente porque no es ella la que podía encabezar este proceso.

``Este proceso'' no es otro sino una nueva central obrera, cuyas bases se pondrán en la primera Asamblea Nacional de los Trabajadores (22 y 23 de agosto).

Hernández Juárez es timonel del grupo que va con todo por la nueva central. Elba Esther Gordillo capitanea a los que se resisten. Un choque cantado. El camino a la asamblea está empedrado de amagos de ruptura por parte del Grupo de los 9 (organizaciones alrededor de la profesora).

Se fue Fidel. La marca del sindicalismo mexicano permanece: sindicalistas de la patria, dividíos.

``¿Y cuándo lo sacamos?''

Elba Esther quiere encabezar, dice Hernández Juárez. Un aliado de la profesora, el líder de la COR, Joel López Mayrén, lo ha puesto de otro modo: si Francisco Hernández Juárez es secretario general de la nueva organización, ``¿luego cuándo lo sacamos?''

Secretario general del sindicato de telefonistas desde 1976, ``líder moderno que viste moderno'', como lo describió alguna vez Fidel Velázquez, Francisco Hernández Juárez escribió el balance laboral del salinismo, entre una relección y otra al frente de su gremio. Y cómo le choca el tema, a pesar de los 21 años que ha tenido para bruñir sus argumentos:

-Si hubiera querido estar al frente de una organización, la mayoría de mis compañeros me apoyaban para quedarme al frente de la Fesebes. No he estado aferrado, y conste que tendría el respaldo prácticamente mayoritario para estar al frente de la central. Si ese fuera mi propósito, desde el principio hubiera participado como dirigente del foro y no lo he hecho. Lo que me interesa es la transformación del sindicalismo y voy a jugar un papel importante. Si en el camino la mayoría decide que juegue como dirigente, tampoco me voy a hacer de la boca chiquita. Pero no es mi prioridad.

-No le creen.

-Hace unos días me reuní con la profesora para ver si se destrababan esos problemas. Abiertamente me dijo que me estaba haciendo de la boca chiquita, porque ella sabía que yo iba a ser el dirigente de la nueva organización. Y como le dije que no, pues la profesora argumentó que la estaba engañando, porque ella sabía que yo tengo esa intención de fondo.

-No le creen.

-Los hechos nos pondrán a cada quien en nuestro lugar.

-¿No son mancha de ese sindicalismo que los foristas llaman ``vertical, excluyente, autoritario'', justo los cargos a perpetuidad de Blas Chumacero, Joaquín Gamboa Pascoe, Fidel mismo, et al?

Ataja Hernández Juárez:

-No creo, y en abono de mi presencia frente al sindicato, diría que la relección no es sinónimo contrario al interés de los trabajadores. Tan es así que el decano de los sindicatos democráticos es el Mexicano de Electricistas, que tiene relección abierta. Y hay sindicatos que no tienen relección y son profundamente antidemocráticos. Lo importante es que sea a través de la democracia, que sean los trabajadores quienes decidan.

Ya encarrerado, Hernández Juárez explica el motivo que anima a los críticos de su permanencia de 21 años en el cargo: ``En este país hay mucha tendencia a simplificar las cosas, a magnificar, a descalificar cuando por alguna razón se tiene éxito, y los telefonistas lo hemos tenido: la mejor empresa del país, uno de los mejores contratos, los mejores niveles salariales''.

Y se sigue sin jalar aire: ``Hemos pasado por una privatización y una de las modernizaciones más agresivas del mundo. Estamos en un proceso de competencia de los más agresivos del mundo, y no nos han despedido a nadie, ni han mutilado el contrato colectivo. Que la gente haya querido que me quede al frente de la organización, no ha sido ningún obstáculo''.

-Telmex es un caso único.

-Pueden decir que es único por el gran potencial de Telmex, pero hay diez empresas con la capacidad económica de Telmex y ve cómo se ha tratado a los trabajadores. Ahí tiene que ver el sindicato y su dirigente. Ahí está el caso de los ferrocarrileros. Si los compañeros me han querido mantener al frente, eso no tiene por qué ser necesariamente un estigma.