Llama el CCE a discutir una reforma a la Ley Federal del Trabajo que erradique la simulación
Humberto Ortiz Moreno Ť Una vez superada la emergencia económica, resueltas las elecciones del 6 de julio y estabilizada la negociación política entre actores partidistas, urge entrar a la discusión de una reforma a la Ley Federal de Trabajo (LFT) que erradique la simulación, la confusión e, incluso, la corrupción en las relaciones productivas, estableció el presidente de la Comisión de Asuntos Laborales del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Ricardo Martínez Rojas.
De entrada, convencido de que al gobierno ``le dio miedo abrir una rendijita'' al debate cuando era necesario reformar la LFT con motivo de los cambios en la Ley del Infonavit, propuso modificaciones en tres aspectos fundamentales:
Regular la jornada de trabajo para hacerla más flexible y tener un horario laboral bien remunerado, de modo que permita crear más plazas de ocupación; revisar y modificar el régimen de huelga para impedir que los emplazamientos, particularmente en la firma de los convenios, sigan sirviendo a los líderes sindicales como medio para lucrar y ganar dinero ilegítimo, y mecanismos reales de fomento a la ocupación que hasta hoy no existen en el país.
La legislación, deploró, ``ha sido rebasada'' por las negociaciones obrero-patronales, y puntualizó que la nueva cultura laboral generó ``un círculo virtuoso'' entre los sectores productivos y el gobierno, ``pero ahora es preciso pasar al terreno legislativo, porque ese acuerdo ya cumplió sus objetivos y tiene que plasmarse en una reforma real''.
Advirtió que la reforma es ``inaplazable'' en la posición de México dentro del mercado mundial, porque está adaptado a una economía sobrerregulada que prevalecía en los años 70, situación que coloca al país en desventaja frente a sus competidores.
¿Reanudación del debate?
En lo que podría marcar el reinicio de la polémica sobre este tema en el sector privado, Martínez Rojas da la pauta y no descarta que pronto, dentro de un nuevo entorno político derivado de los comicios del 6 de julio pasado, sea motivo de una iniciativa formal en el Congreso.
Para entrar en materia, Ricardo Martínez recordó que la ley permite la jornada por hora en México, pero está ``indebidamente reglamentada'' y debe tener un artículo expreso que prevea desde la contratación hasta el pago al trabajador.
Otra parte importante de la reforma sería el asunto sindical. ``Debemos hacer que los sindicatos mexicanos vean por los trabajadores y los dirigentes no se crean dueños de ellos. Buscar una fórmula para democratizar las organizaciones y que los obreros participen. Que los líderes no decidan por ellos...''
Puntos cruciales para Martínez Rojas son el régimen de huelga vigente en la LFT y la contratación colectiva.
``Desgraciadamente, los emplazamientos a huelga, especialmente por la firma de contrato colectivo, han servido de medio para lucrar y ganar dinero, cayendo en una simulación que debe erradicarse.''
Subrayó el imperativo de regular ese derecho legal con motivo de negociaciones contractuales, y propuso que antes de cualquier estallamiento haya un recuento previo que avale el movimiento, ``porque después produce mucha confusión y por eso el patrón no quiere firmar''.
Martínez Rojas expuso que en muchas ocasiones las empresas violan las condiciones económicas de los trabajadores y surge un conflicto colectivo que, desafortunadamente, en México es determinado por el sindicato que hace el emplazamiento a huelga bajo ``procedimientos muertos''.
Por eso, consideró necesario dar ``independencia total'' a cada procedimiento para que realmente se justifique la suspensión de labores, de modo que no sea el movimiento huelguístico definido unilateralmente en función de un diferendo de naturaleza económica, sino que sea equitativo.
Explicó que, si bien la legislación actual es tutelar de los derechos de los obreros, también les impone obligaciones. ``Si regulamos y equilibramos bien los procesos, serán más rápidos y claros, pues hoy están totalmente cargados hacia los trabajadores''.
Superada, la nueva cultura laboral
Martínez Rojas afirmó que la nueva cultura laboral debe plasmarse ya en una ``reforma legal verdadera''. Dijo que el documento final firmado por los sectores productivos y el gobierno no contiene todos los temas discutidos en las nueve mesas, y está demasiado ``extractado'' para el cúmulo de conclusiones que resultaron de las deliberaciones. Por tanto, exigió rescatar los canales de comunicación enlazados mediante dicha nueva cultura laboral. ``Es buen momento para hacerlo'', observó.
Ya fallecido Fidel Velázquez, el jerarca cetemista que fue principal opositor a los cambios en la Ley Federal del Trabajo, el abogado laboral nota ``nuevos vientos'' que soplan en las cúpulas obreras, con gente capaz y ``buenas intenciones'' para aterrizar las reformas.
Instancias de empleo burocratizadas
El presidente de la Comisión de Asuntos Laborales del CCE se manifestó por implantar en el país ``una verdadera justicia laboral y el empleo pleno''. Precisamente en materia de ocupación, criticó el funcionamiento de la Secretaría del Trabajo, porque ``se ha dedicado a resolver conflictos obrero-patronales y burocratizó sus tareas'' en ese sentido, careciendo hoy de medidas efectivas.
``Sus acciones son como un curita para aliviar el dolor de momento, y no existe una política definitiva entre patrones, trabajadores y gobierno para incentivar el empleo'', remarcó.
Finalmente, abogó por una ``gran campaña nacional'' para incentivar la ocupación en forma tripartita y evitar más medidas aisladas ``que a nada conducen''.