La Jornada 18 de agosto de 1997

El asesinato del hermano de Guillermo Ortiz, obra de delincuentes comunes, coinciden funcionarios

Alberto Nájar Ť La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) insiste en que el móvil del asesinato de Alejandro Ortiz Martínez, hermano del secretario de Hacienda, fue un frustrado intento de robo, y descartó por completo la posibilidad de que el crimen pudiera deberse a una venganza política.

De acuerdo con la versión oficial, el ahora occiso permaneció afuera de su residencia durante 20 minutos a bordo de su Mercedes Benz modelo 1997, mientras esperaba a su esposa, cuando un individuo joven trató de despojarlo del vehículo y tras forcejear le disparó en dos ocasiones en la cabeza y el cuello.

Según el director de la Policía Judicial, Luis Roberto Gutiérrez Flores, el ataque ocurrió por casualidad, pues el presunto asesino junto con dos cómplices pasaban por la zona cuando advirtieron la presencia del ahora occiso, que permanecía en su auto con la puerta abierta. Fue en ese momento que decidieron asaltarlo y entonces el presunto ladrón se acercó y le disparó con una pistola 9 milímetros; luego huyó sin despojarle de ninguna pertenencia.

Posteriormente el presunto asesino y sus cómplices huyeron a bordo de un automóvil de características desconocidas. Jorge Peña Sandoval, director del Departamento de Homicidios de la dependencia, dijo que los elementos con que se cuenta hasta el momento descartan cualquier posibilidad de atentado o venganza política, e incluso informó que en lo que va del año han ocurrido siete robos a automóviles Mercedes Benz en la misma zona.

En la conferencia de prensa, el director de la judicial reconoció que hace dos meses Ortiz Martínez fue víctima de un robo más o menos similar, cuando sujetos armados le despojaron de su reloj marca Rolex y el agredido respondió a balazos. Curiosamente, según la versión oficial, el antecedente pareció no importar al ahora occiso, pues decidió permanecer casi media hora en la calle, sin protección alguna y a bordo de un lujoso automóvil.

Hasta el momento existen declaraciones de diez testigos de los hechos, además de dos retratos hablados de los presuntos homicidas. También se realizan pruebas de tipo genético a las colillas de cigarro localizadas frente a la residencia, y que presumiblemente fueron utilizadas por los presuntos asesinos.

Lo cierto es que, contrario a lo que afirmó la PGJDF en la víspera, Ortiz Martínez falleció en el lugar de los hechos, por lo cual el traslado que se efectuó al Hospital Central Militar no tenía mucho sentido.

El director de Servicios Periciales de la PGJDF, Pedro Estrada, indicó que se efectuaron sólo dos disparos, y que los orificios de entrada y salida tienen una trayectoria de izquierda a derecha y se efectuaron a quemarropa. Esto es, el presunto asesino disparó desde afuera del automóvil y del lado del conductor.

A pesar de tener la certeza de que se trató de un intento de robo, tanto Peña Sandoval como Gutiérrez Flores reconocieron que se siguen otras líneas de investigación, e incluso no descartaron la posibilidad de que, si es necesario, solicitarán declaración al secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz. ``Hablaremos con todos los que sea necesario'', dijo el funcionario.

Por lo pronto, Jorge Peña Sandoval descartó que los homicidios ocurridos este semana sean muestra de un proceso de colombianización de la capital de México. Una muestra es, dijo, ``que estamos avanzando en la solución de los casos''.