La Jornada 13 de agosto de 1997

Violada, una menor fue agredida por el MP al denunciar el hecho; se suicidó

``Estoy muy cansada, muy cansada de que no hay justicia'', comentó la menor de 16 años Yéssica Yadira Díaz Cázares a su hermana Sofía, momentos antes de suicidarse presionada por la vergüenza, la humillación, el maltrato, la incomprensión y el miedo de seguir siendo víctima de las autoridades judiciales. Estas, incluido el Ministerio Público, lejos de protegerla y consignar a los tres sujetos que horas antes la habían violado sexualmente, se dedicaron a torturarla física y psicológicamente para exculpar a José Alfredo Almaraz Lozano, Jesús Rafael Almaraz Miranda y Jesús Gómez Cisneros, autores del atentado.

Lo anterior lo señala Benjamín Santamaría, ombudsman de la Niñez en el estado de Durango. En un comunicado hecho llegar a La Jornada, Santamaría, conocido también como Rey Mono dentro del mundo de la farándula, comenta que a principios de junio Yéssica fue agredida sexualmente por Almaraz Lozano, Almaraz Miranda y Gómez Cisneros, ``propietarios de un taller mecánico que queda de paso entre la casa y la escuela a la que asistía la hoy occisa''.

La jovencita comentó lo sucedido a su madre, María Eugenia Cázares de Díaz, quien fue hasta la Policía Judicial estatal a denunciar los hechos, acompañada de la agredida, de su otra hija, Sofía, y de una nieta de dos años. Al llegar, sin mayores explicaciones fueron incomunicadas y encerradas. La pequeña ``lloraba porque tenía hambre y sed'', y la señora Cázares de Díaz se puso mal, ya que padece de diabetes.

Enterado de lo anterior, su esposo asistió acompañado de un abogado, sin éxito. Para entonces Yéssica había sido obligada a declarar dos veces y ``prácticamente'' dejada en libertad, pero el agente de la PJE que estaba presente no lo permitió y mediante insultos y golpes la volvió a meter a los separos, ante las burlas de uno de los tres violadores. Por la noche volvieron a obligar a la pequeña a que declarase, y como el agente del MP dudaba de sus palabras, hizo que le extrajeran por siete veces sangre de un brazo, ``para que dijera la verdad''.

El colmo fue, dice Benjamín Santamaría, que al siguiente día, cuando el asunto se asignó a la Mesa Especializada en Delitos contra el Menor y la Familia, a cargo de la licenciada Verónica Fernández, -``sobrina del procurador de Justicia''-, ésta hizo declarar a Yéssica ``por tercera vez'', diciéndole que ``tenía que tocar al violador con la mano si no no valdría la declaración''. Además, cuando le presentaron a los testigos de cargo, la MP mencionada tomó partido diciendo que hablaban en favor de Yéssica porque eran sus compañeras de escuela.

Luego de identificar plenamente a sus tres violadores, Yéssica comenzó a recibir en su casa llamadas telefónicas e insultos en la calle, lo que contribuyó a hundirla en la depresión que, finalmente, terminó con su suicidio. Desde entonces, la madre de la ahora occisa, sus familiares y amistades piden a las autoridades deslindar responsabilidades y detener y sancionar penalmente a quienes resulten responsables de esa determinación, además de que se castigue penalmente a sus violadores. (Triunfo Elizalde)