La Jornada 13 de agosto de 1997

Familiares de Salegui buscarán nueva autopsia aquí o en Euskadi

David Aponte, enviado, Irapuato, Gto., 12 de agosto Ť Los gobiernos de México y España habrían entrado en ``complicidad'' para asesinar al vasco José Luis Salegui Elorza, acusado por Madrid de pertenecer a la organización separatista Euskadi Ta Askatasuna (ETA), dijo esta noche la hermana del extranjero, Mayté Salegui Elorza.

``El Estado español le estaba persiguiendo. Tuvo otros intentos de atentado y eso consta en los archivos de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), en la Audiencia Nacional de Madrid y, si ha sucedido aquí, supongo que alguien lo ha seguido (hasta territorio mexicano)'', argumentó.

Antes del traslado del cuerpo de José Luis, alias Txipi, a la ciudad de México para intentar realizar una nueva autopsia o enviarlo al País Vasco, manifestó que la familia no está de acuerdo con el dictamen de las autoridades mexicanas ni con la hipótesis de que su hermano murió a causa de un infarto al miocardio.

Los restos del vasco, encontrados el miércoles 6 de agosto en las inmediaciones del cerro de Arandas, salieron de la ciudad de Irapuato a las 10:45 de la noche acompañados por Iñaki. La viuda Edurne Egilegor y Mayté viajarán al Distrito Federal a la brevedad posible.

Los trámites para el traslado y la expedición del acta de defunción llevaron todo el día. Los hermanos Salegui Elorza no estaban de acuerdo con el contenido del documento, el cual avala la tesis de la ``muerte súbita''. El certificado contiene además los mismos datos de la autopsia oficial: el vasco murió el sábado 2 de agosto, es decir, dos días antes de su desaparición, dos días antes de salir de su casa.

Por la tarde, los extranjeros firmaron el acta de defunción bajo protesta y adicionaron que no están de acuerdo con las causas de muerte asentadas en el documento, y que se reservaban su derecho para realizar una nueva autopsia.

Las organizaciones de defensa de los derechos humanos exploraron durante el curso del día la posiblidad de realizar una nueva autopsia en las instalaciones del Hospital Xoco de la ciudad de México. Sin embargo, la posibilidad de la necropcia privada no se habría concretado.

El cadáver incómodo

Desde la madrugada del martes, los propietarios de la funeraria Sociedad Humanista San Miguel pretendieron trasladar el cuerpo de Txipi a la casa de la viuda, ubicada en la colonia San Gabriel, al norte de la ciudad, bajo el argumento de que la familia no había pagado los servicios, que ya para ese momento ascendían a 4 mil 500 dólares.

La familia del vasco se opuso a la medida y buscó la ayuda de la Procuraduría de los Derechos Humanos del estado de Guanajuato, la cual analizará el caso para determinar si procede o no una recomendación.

Iñaki y Mayté no llegaban a un acuerdo con los propietarios de la funeraria, Miguel Bretón Guzmán y Carlos Layseca, sobre el pago y el lugar del traslado. Posteriormente, los familiares del extranjero impugnaron el contenido del acta de defunción, documento que avala la hipótesis de la muerte natural.

Bretón convocó a una rueda de prensa para quejarse por la actitud de los extranjeros: ``Qué pena que vengan personas de fuera con poco criterio y escrupulos, cuando la agencia y el gobierno los apoyó en todo''. Finalmente, las partes llegaron a un arreglo monetario: 13 mil pesos por el traslado y los servicios funerarios.

Por la noche, los parientes del vasco y los propietarios de Sociedad Humanista localizaron a los funcionarios del Registro Civil de la ciudad para concretar la firma del acta de defunción, con el adendo de los hermanos. A las 10:20 horas, los empleados colocaron el féretro en una carroza negra con placas 911-ETU del Distrito Federal.

En la calle, a unos metros de la funeraria, Mayté dio a conocer a la prensa que el cuerpo sería trasladado a Euskadi, donde intentarían practicarle una nueva autopsia. ``Nosotros no estamos conformes con el dictamen médico de las autoridades mexicanas'', reiteró.

La familia Salegui Elorza mantiene la ``sospecha'' de que hubo un asesinato, para el cual debió existir una ``complicidad'' entre los gobiernos de México y España, agregó.

Mayté sostuvo que la muerte de Txipi no guarda relación alguna con ETA, sino que forma parte de la represión del gobierno español en contra de la gente que se revela. ``El Estado está en contra de las bandas armadas y de los movimientos sociales y él era un refugiado vasco'', añadió.

Durante la inspección ocular del cuerpo del vasco, los hermanos Salegui Elorza observaron que José Luis --a quien no veían desde hace cinco años-- tenía un diente roto, lo cual pudiera ser producto de un fuerte golpe en el rostro.