PARABOLA Ť Emilio Lomas M.

Novedades en el FMI

Los gobiernos corruptos de Latinoamérica deberán cuidarse de las nuevas disposiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para otorgar créditos. Por ejemplo, el mal ejercicio del poder --que incluye la aceptación de sobornos-- podría ser un motivo para que esa institución, que anualmente presta varios miles de millones de dólares al mundo en desarrollo, excluya a algún país.

El consejo de ese organismo financiero internacional, que sesionó a finales del mes pasado, informó que no abandonará su punto de vista ``tradicional'' respecto a que la estabilidad macroeconómica es la clave para el crecimiento, pero precisó que ``habrá una nueva reglamentación'' que será utilizada como condición para conceder nuevos empréstitos.

Pero hay cuestiones más graves: ``la asistencia financiera del FMI podría ser suspendida o retrasada debido a un mal ejercicio del poder, sobre todo si hay motivos para creer que podría tener implicaciones macroeconómicas significativas que amenacen la aplicación exitosa del programa''.

Un buen ejercicio del poder, un tema subrayado tanto por el FMI como por el Banco Mundial en los últimos años, habla de la necesidad de autoridades honestas que no acepten sobornos, así como de sistemas de administración eficaces en cuanto a costos y leyes justas y abiertas.

Los nuevos lineamientos del FMI se divulgaron por primera vez la semana pasada, luego de que la organización, alarmada por la corrupción ``a gran escala'' en Kenia, le solicitó que adoptara medidas decisivas para mejorar la transparencia y responsabilidad en el sector público.

En el documento, el FMI no mencionó a Kenia por su nombre y, en un esfuerzo por desestimar las acusaciones de que la medida podría llegar a ser considerada como una intromisión en los asuntos internos de un país, precisó que su ataque contra la corrupción sólo está dirigido hacia aquellas actividades ilícitas que influyen directamente en el desempeño económico.

De aquí, de allá y de todas partes

Según el Sistema Económico Latinoamericano (Sela), en los últimos 21 años la deuda externa se incrementó 874.5 por ciento, al pasar de 69 mil millones de dólares a 603 mil 400 millones de dólares, constituyendo el principal problema de la región. El Sela describe tres etapas en la evolución de la deuda externa: la primera, de 1975 a 1981 caracterizada por el reciclaje de los petrodólares y la recesión económica de los países desarrollados; la segunda, entre 1982 y 1990, conocida como la década perdida y, por último, la que empezó en 1991 con el restablecimiento del flujo de capitales hacia la región debido a la baja en las tasas de interés estadunidenses, la apertura comercial y financiera, y el comienzo de los procesos de privatización... Al término del primer cuatrimestre de 1997, la deuda externa del país sumó 145 mil millones de dólares. Según la Secretaría de Hacienda, el endeudamiento del sector público asciende a 107 mil millones de dólares, cifra que representa 30 por ciento del PIB, mientras el del sector privado totalizó 38 mil millones de dólares, lo cual significa casi 11 por ciento del PIB... El proyecto para la desaparición de la Conasupo ``está en proceso de maduración'' y durante la próxima legislatura se retomará, anticipó el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Miguel Castro Hernández... Según la Asociación Mexicana de Afore (Amafore), todavía 85 por ciento de los trabajadores no eligen una administradora... Expansión estima que ha habido una mejoría en los márgenes --promedio de operación y netos-- de las 500 empresas más importantes de México... El obligado cambio de gobernador del Banco de México, Miguel Mancera Aguayo, que deberá efectuarse en diciembre próximo, empezó una polémica en los medios económicos sobre el posible sucesor. Una acertada designación evitará, según los expertos, que se presente una retracción de los inversionistas extranjeros y un descenso de la actividad en los mercados financieros... Analistas financieros pronostican que en este año se pondrá fin a diez años de pactos económicos. El Congreso de la Unión, de nueva cuenta, sería el que definiría las líneas del presupuesto de egresos y la ley de ingresos para 1998.