ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Los militares se han prestado, durante las últimas seis décadas, como materia prima con la que los sastres de la política, y los políticos, han tejido el manto de impunidad con que se cubren: escoltas, funciones policiacas, contra el narcotráfico, represión ante las proclamas sociales y participación directa en las contiendas electorales.
Las actividades mencionadas corresponden en todo caso a las autoridades civiles, y son contrarias al mandato real de las fuerzas armadas que es salvaguardar el Estado de derecho y la defensa de la independencia y la soberanía nacionales.
Muchos de los grandes problemas que afronta la nación se deben a la ineficiencia del gobierno y a la proclividad de recurrir a la utilización de las fuerzas armadas para paliarlos y llegar a una solución, pues, lejos de ello, han provocado situaciones más graves que socavan las estructuras del Estado, la moral del Ejército, y han abierto ventanas de vulnerabilidad a la seguridad nacional.
Todo ese cuadro militar debe ser revisado a la luz de los resultados del pasado 6 de julio, cuando los mexicanos votaron por la paz, por el cambio de régimen político, por la tolerancia, por el respeto a los derechos humanos y las libertades ciudadanas, por el acotamiento del poder presidencial, y contra la militarización del país, la corrupción y la impunidad.
Por ello, el nuevo Congreso federal, integrado a partir de esa voluntad popular manifestada el 6 de julio, debe desarrollar una agenda legislativa sobre las fuerzas armadas que de una vez por todas ancle al Ejército en la civilidad del Estado y del nacionalismo, rompiendo con los mitos y el coto de poder e impunidad que representa el Ejército, mismo que ha impedido el desarrollo democrático del país.
En esta oportunidad histórica se necesita un Ejército respetuoso de la ley, de los derechos humanos y del Estado de derecho defensor de la seguridad y la soberanía nacionales y de la independencia.
Atención, señores legisladores
Algunos de los puntos esenciales de esa agenda legislativa serían designar a un civil como secretario de Defensa, fusionar las tres fuerzas armadas en una sola secretaría de Estado, crear la guardia nacional, restructurar el servicio militar nacional, desaparecer el fuero de guerra, redefinir las funciones del Ejército, crear en la legislación castrense la figura de la objeción de conciencia y abrir al Ejército a la supervisión de los órganos de la adminis- tración pública federal.
Además, haciendo uso de las facultades de supervisión, la Cámara de Diputados debe crear la figura del ombudsman militar y establecer las comparecencias, cada vez que lo requiera el Congreso, del secretario de la Defensa o de altos jefes militares, y hacer énfasis en el juicio político.
También será necesario restructurar el Estado Mayor Presidencial, impedir que los presidentes de las comisiones legislativas de defensa sean militares, facultar al Senado para que ratifique los nombramientos de secretario de la Defensa, de agregados militares y de altos jefes militares, así como la supervisión de los tratados de cooperación y ayuda militar con otros países, dar autonomía e independencia a la industria militar, al Banco del Ejército y a la seguridad social militar, actualizar el servicio administrativo de carrera y de educación militar, acortar las facultades del secretario de la Defensa, crear un consejo disciplinario superior de generales y reformar la ley orgánica del Ejército, su reglamento interior, el Código de Justicia Militar y la legislación correspondiente.
Reflexiones desde la prisión militar
A partir del 6 de julio, en el paso del umbral del autoritarismo a la democracia, el Ejército debe respetar el mandato de la soberanía popular, replegarse a los cuarteles y retomar el mandato constitucional, para permitir y auspiciar el libre juego de las fuerzas políticas y sociales del país, en busca del desarrollo nacional. En este momento debe comenzar a dignificarse y a restituir su status quo como último bastión del nacionalismo.
Los anteriores conceptos forman parte del artículo publicado por el general José Francisco Gallardo Rodríguez en Forum, publicación mensual cuyos director y subdirector son, respectivamente, Eduardo Ibarra Aguirre y Mario García Sordo.
Gallardo Rodríguez, considerado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional, escribe Reflexiones desde la prisión militar en Forum, revista en la que inicialmente se trataron estos temas de difícil digestión para los mandos militares y que hoy continúa adelante con su línea de dar luz a esas zonas sombrías de la vida pública nacional, a pesar de los amagos velados y los citatorios judiciales militares expresos que a sus editores se les han hecho.
Astillas: El frente yucateco que defiende la constitucionalidad ante la pretensión de Víctor Cervera Pacheco de ser gobernador por más de seis años, buscará hoy que las directivas nacionales del PAN y el PRD afinen su participación en las acciones que planean para después del 16, cuando don Víctor inicie el séptimo de sus diez años de gobierno... En Durango ya empiezan las quinielas respecto de los candidatos a gobernador para los comicios del año próximo. Por el PAN se habla de dos aspirantes: Rodolfo, El Negro, Elizondo, diputado federal saliente y senador electo, y Juan de Dios Castro, ex diputado, senador y jurista ampliamente reconocido... Emocionado por los buenos resultados obtenidos durante su gestión, y sabedor de cuánto lo necesitan los trabajadores, Víctor Flores está dispuesto a combinar su ejercicio como diputado federal con el liderazgo de los ferrocarrileros... En el asunto de Campeche hay una dosis esencial de enojo del verdadero mando priísta por el hecho de que Layda Sansores -según esa visión- aprovechó la plataforma priísta para irse apartando de la línea presidencial y prefigurar una especie de chantaje en el que, si no era postulada por el PRI, optaría por el perredismo. Frente a esa percepción del altísimo nivel está la realidad de que Salomón Azar ha hecho todo lo necesario para que la gente vote contra el PRI y de que José Antonio González Curi ganó por una diferencia mínima en comparación con las acusaciones que recibió en su contra por presuntos apoyos oficiales y maquinaciones electorales. En un entorno altamente desfavorable -entre otras cosas por el encono superior antes mencionado-, Layda ha podido desarrollar y sostener una resistencia civil importante... Los días 22, 23 y 24 de agosto se realizará el foro nacional denominado El Istmo es nuestro, que analizará los temas de los derechos indígenas, el impacto ambiental y la soberanía nacional frente al megaproyecto del Istmo de Tehuantepec que, según se establece en el programa de la reunión, involucra un fuerte componente de inversión extranjera y significa un gran impacto para la economía, la cultura y el medio ambiente de esa región estratégica habitada desde tiempos inmemorables por 11 pueblos indios. Los trabajos se realizarán en San Juan Güichicovi, en el poblado Uno Uxpanapa, en Coatzacoalcos, Veracruz, y en la sede central, Matías Romero, Oaxaca. Entre los convocantes del foro figuran El Barzón, Chimalapas (Maderas del Pueblo del Sureste), el Pacto de Grupos Ecologistas, el Congreso Nacional Indígena, la Coordinadora Nacional de Pueblos Indios, las delegaciones de la Canaco en Juchitán y Tehuantepec y otras organizaciones indígenas y campesinas y grupos ambientalistas no gubernamentales...
Fax: 5 12 65 46 Correo electrónico: [email protected]