El sistema laboral de EU, en jaque debido al conflicto UPS-Teamsters
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 6 de agosto Ť El conflicto laboral entre la empresa de paquetería más grande del mundo, United Parcel Service, y el segundo sindicato más poderoso del país, los Teamsters, tiene un gran impacto económico en Estados Unidos, pero la importancia fundamental de esta huelga estará en sus consecuencias sobre la restructuración de las prácticas empresariales, que el sector privado cree esenciales para la competividad en una economía global y que según los sindicatos llevan a una reducción de las condiciones de vida de los trabajadores.
Negociadores de empresa y sindicato acordaron reanudar pláticas mañana, pero el secretario general de los Teamsters, Ron Carey advirtió que su sindicato ``no está particularmente optimista'' sobre el resultado.
Por el otro lado, analistas empresariales señalaron que aunque United Parcel Service (UPS por sus siglas en inglés) está perdiendo hasta 50 millones de dólares diarios por la huelga, este no es un periodo de alto tráfico de mercancías, por lo que la empresa podría estar más que dispuesta a esperar para salir ganando sobre el sindicato.
Reconociendo el carácter histórico de esta huelga, la más grande de la última década para el movimiento sindical, el secretario general de la central obrera AFL-CIO, John Sweeney, participó este miércoles en un mitin en Chicago y afirmó que ``esta es una lucha para todo el movimiento laboral y haremos todo lo necesario para enseñarle una lección a UPS y a la America empresarial''. Al mismo tiempo el sindicato del Servicio Postal de Estados Unidos rechazó, en solidaridad con los Teamsters, una petición para contratar más trabajadores temporales para manejar el incrementado volumen de envíos causado por la acción de fuerza.
Todo esto subraya la preocupación general de los sindicatos en este país sobre las tendencias económicas, entre las cuales al reducirse estrepitosamente el empleo industrial, la gran generación de empleos se ha dado en un sector de servicios que depende crecientemente de trabajadores de tiempo parcial. Según el Wall Street Journal, aunque ahora sólo 18 por ciento de todos los trabajadores estaduniden- ses son empleados de tiempo parcial, 42 por ciento de todos los trabajadores en el sector de servicios son de tiempo parcial.
En UPS, más de 60 por ciento de sus 185 mil trabajadores sindicalizados son empleados de tiempo parcial, que perciben menos de la mitad del salario por hora (nueve dólares) de los que trabajan tiempo completo (20 dólares) y no reciben ningún seguro de salud o fondos de jubilación. La empresa ha insistido en que no puede mantener su competitividad en la economía global sin estos trabajadores de tiempo parcial. El tema central por el cual comenzó la huelga, según el sindicato, fue la demanda de que UPS otorgue más empleos de tiempo completo a sus trabajadores, con remuneración y beneficios completos.
En los últimos cuatro años, UPS ha contratado 46 mil empleados sindicalizados, pero según la propia empresa sólo 8 mil de éstos trabajan tiempo completo. ``Durante los últimos cinco años, el trabajo de tiempo parcial se ha transformado de una estrategia ocasional a una forma de vida en UPS'', señaló al diario New York Times el analista laboral, Harley Shaiken, de la Universidad de California. ``UPS quiere empleos desechables sobre los cuales nadie puede ganarse la vida'', añadió el vocero de los Teamsters, Rand Wilson.
UPS, empresa de paquetería y carga terrestre y aérea, transporta paquetes por un valor calculado de entre 5 a 6 por ciento del Producto Interno Bruto (controlando entre 60 y 80 por ciento del negocio de paquetería en Estados Unidos), y emplea a uno de cada 400 trabajadores de este país. Así la huelga ha afectado una enorme gama de empresas grandes y pequeñas estadunidenses que dependen de UPS para transportar sus mercancías.
Este miércoles 36 ejecutivos de empresas tan grandes como Sears y J.C. Penney instaron a las partes a regresar a la mesa de negociaciones, y el propio presidente Bill Clinton también solicitó el reinicio de pláticas.
Los trabajadores sindicalizados incrementaron su presión sobre la empresa, bloqueando salidas de los centros de distribución de UPS para detener a los pocos camiones que intentaban entregar menos de 10 por ciento del volumen total normal, y realizaron mítines en oficinas de la empresa en todo el país. Varios huelguistas fueron detenidos en piquetes realizados en Massachusetts, California, Illinois, Pennsylvania, Rhode Island, Kentucky, Kansas y Nueva York.
Pero según varias versiones, el sindicato no está bien preparado para esta gigantesca huelga y no había previsto que podría llegar a esto. Aunque es el segundo sindicato nacional más grande del país, los Teamsters sólo cuenta con alrededor de 7 millones de dólares en recursos para huelgas. Los pagos de huelga para los trabajadores de UPS le costarán por lo menos 10 millones de dólares sólo en una semana, por lo que el sindicato está buscando más fondos para la eventualidad de que la medida perdure.
Los problemas de los Teamsters
Por otra parte, para el secretario general, Ron Carey, la apuesta tiene consecuencias aún más severas que sólo el estado financiero de su sindicato. Este, que hasta hace poco mantenía vínculos con figuras del mundo del crimen organizado y fue acusado de profunda corrupción, la cual llevó a la cárcel a varios de los antecesores del actual secretario general, continúa pasando por un proceso de reforma, y Carey llegó a la dirigencia como el candidato de ``reforma'' con el compromiso de ``limpiar'' a fondo el sindicato.
En su exitosa campaña de reelección el año pasado, Carey derrotó, por un margen muy cerrado, el reto de la antigua guardia encabezada por James Hoffa (hijo del líder legendario del viejo sindicato), pero ahora varios altos funcionarios del sindicato han admitido que utilizaron de forma inapropiada fondos del sindicato para apoyar la candidatura de Carey. Un juez federal estará considerando este mes si se debe ordenar una nueva elección con base en la acusación de Hoffa de que hubo corrupción en la última elección.
Los trabajadores de UPS representan el bloque más grande de miembros dentro del sindicato nacional de 1.4 millones de agremiados y el propio Carey fue trabajador sindicalizado en UPS. ``La crítica de Hoffa ha sido que Carey no ha luchado lo suficientemente duro para obtener buenos contratos colectivos'', comentó hoy un analista laboral entrevistado por La Jornada. ``Si gana la batalla con UPS, casi seguramente ganaría otra elección, pero si pierde, probablemente perderá ante Hoffa también''.