La Jornada 7 de agosto de 1997

$1,200 millones a los más pobres

Rosa Elvira Vargas, enviada, La Florida, municipio de Cardonal, Hgo., 6 de agosto Ť El presidente Ernesto Zedillo anunció aquí un plan gubernamental de atención a la pobreza extrema: el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), que pretende, expuso el mandatario, romper desde su raíz el círculo vicioso de ignorancia, enfermedad, insalubridad y desnutrición que tiene atrapados a millones de mexicanos.

En su etapa inicial, las acciones de Progresa se destinarán a más de 170 mil familias de diez estados (a fin de año se pretende tener integradas a 400 mil) y cuenta con un presupuesto de mil 200 millones de pesos para este año. Los beneficiarios recibirán becas para educación básica; servicios de salud para cada núcleo familiar; complementos de nutrición para niños hasta de dos años y sus madres, así como 90 pesos mensuales por concepto de apoyo alimentario.

Progresa se aplicará de entrada en Campeche, Chihuahua,

Coahuila, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz, los Altos y la sierra de Chiapas, así como la Montaña y la Costa de Guerrero. Asimismo se decidió que sean mujeres y niñas las principales destinatarias de sus acciones, pues son las mujeres, dijo Zedillo, quienes viven las más graves condiciones de desigualdad en todo el país.

A los habitantes de ésta, una de las zonas paupérrimas del país en el alto Mezquital, Ernesto Zedillo aseguró que por primera vez el gobierno de la República pone en marcha un programa ``que habrá de atender las causas de la pobreza de manera integral''.

Afirmó que el plan tiene objetivos muy ambiciosos pero también muy realistas y dio cifras sobre el rezago económico en México: una de cada cinco familias no recibe ingresos suficientes para comprar los alimentos que requieren sus integrantes, uno de cada dos mexicanos que habitan en el campo y uno de cada nueve en las ciudades viven en la pobreza extrema.

Acciones como las de Progresa, diría más adelante, pueden emprenderse porque el país ha iniciado una etapa de crecimiento económico y ha entrado de lleno a una vida democrática auténtica. Es, además, un nuevo paso en la sólida tradición social del Estado mexicano.

La gira de Ernesto Zedillo por Hidalgo estuvo marcada por los contrastes. Inició en Tula, en pleno valle del Mezquital. Allí el alcalde Ricardo Baptista González, del PRD, ponderó las obras que se realizan para revertir los daños que las aguas negras --enviadas sobre todo desde el Distrito Federal-- han provocado en la salud de sus habitantes, así como en la flora, fauna, suelos y mantos freáticos de la región. Pero revertirlos, afirmó, será labor todavía, de varios años.

Incluso, Sabino Roque Cerroblanco, presidente del Supremo Consejo Otomí aseguró que ``durante mucho tiempo preservamos cultura y mantuvimos dignidad al costo de una terrible miseria''. Y pidió de todo para el valle del Mezquital: comunicaciones, clínicas, escuelas y saneamiento del distrito de riego.

Luego, en La Florida, el presidente daría a conocer al país el programa Progresa y asistió, como último punto de la agenda, a la revisión de los programas turísticos de Hidalgo, en Mineral del Chico.

Antes de partir de ese lugar fue detectada una avería en el helicóptero presidencial. Zedillo y los secretarios que lo acompañaban, Miguel Limón, de la Secretaría de Educación Pública, y Francisco Labastida, de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, fueron cambiados a otra nave. Más tarde, fuentes de la Presidencia comentaron que se trató sólo de una medida de previsión y no de un problema mecánico serio.

A continuación el texto íntegro del discurso del presidente Ernesto Zedillo:

Me da mucho gusto estar aquí en este pueblo de La Florida, municipio de Cardonal, para decirles a ustedes que en ésta, mi décima visita de trabajo como presidente de México al estado de Hidalgo, vengo de nuevo a unirme a su pueblo, a su gobierno, para seguir impulsando el desarrollo, para seguir trabajando con todos ustedes en la construcción de un mejor futuro.

Hoy en especial estoy aquí para que demos a conocer a todo el pueblo de México, al pueblo de Hidalgo el Progresa, un programa del gobierno de la República para hacer más eficaz la lucha contra la pobreza, especialmente en las comunidades rurales.

La pobreza es nuestro más grave rezago, es nuestro mayor desafío y su combate debe ser nuestro mayor compromiso. Una de cada cinco familias mexicanas no recibe un ingreso suficiente para comprar los alimentos que requiere la nutrición de sus miembros; uno de cada dos mexicanos que habitan en el campo y uno de cada nueve en las ciudades, viven en la pobreza extrema.

Para tener un futuro con oportunidades justas, para que todos los mexicanos puedan vivir con dignidad gracias a su propio esfuerzo, tenemos que cambiar esa situación desde su raíz.

Hoy iniciamos un programa para romper el círculo vicioso de ignorancia, de enfermedad, de insalubridad y de desnutrición, que tiene atrapados a muchos millones de mexicanos en la pobreza. Por primera vez el gobierno de la República pone en marcha un programa que habrá de atender las causas de la pobreza de manera integral. Con el Progresa uniremos acciones de educación, de salud, de alimentación, para las familias más pobres de México, centrando la atención en el núcleo familiar y en los niños y en las niñas, y descansando en la gran responsabilidad de las madres de familia.

Ciertamente, los objetivos del programa son muy ambiciosos, pero también son muy realistas, sabemos que podremos cumplirlos. Por eso, el programa se iniciará a una escala modesta y se extenderá, se irá extendiendo a más estados, a más regiones, a más comunidades, conforme el crecimiento de la economía nos permita contar con más recursos para este propósito.

El Progresa habrá de ser un programa verdaderamente dirigido a las familias más pobres, que llegará a zonas como ésta, que es donde más se necesita el apoyo de las instituciones. En su primera etapa vamos a aplicar este programa aquí, en Hidalgo, y en nueve estados más de la República Mexicana.

El Progresa es un programa verdaderamente dirigido a la población más pobre de México, que llegará a zonas como ésta.

En su primera etapa, como decía, se aplicará aquí en Hidalgo y en nueve estados que hemos escogido con base en los índices de la pobreza. En esos estados en una primera fase, como ya se decía, el programa cubrirá a 170 mil familias, pero esperamos llegar a fines de este año de 1997, a cubrir ya a 400 mil familias.

Cada familia beneficiaria del Progresa recibirá becas para la educación básica de sus hijos; recibirá servicios de salud para toda la familia, complementos de nutrición para los niños y niñas de hasta dos años y para sus madres también, y además recibirá, cada una de esas familias, una ayuda económica que será entregada a las madres.

Las becas educativas serán mayores para las niñas, porque estamos decididos a inculcar y arraigar una cultura de igualdad entre hombres y mujeres, y la única manera como lo podemos hacer es apoyando al principio más a las niñas, porque --hoy en día debemos decirlo y reconocerlo-- existen condiciones muy graves de desigualdad contra las mujeres en nuestro país, particularmente las mujeres de las comunidades más pobres; por eso es que por lo menos al principio vamos a apoyar más a las niñas y la operación de este programa habrá de descansar en las madres de familia.

Las familias, como decía yo, están siendo seleccionadas en cada estado, en cada comunidad conforme a sus condiciones de pobreza. El programa dirigirá su presupuesto hacia quienes más lo necesitan, esto con toda objetividad y con toda claridad.

La lista de las familias beneficiarias en cada comunidad habrá de mostrarse a la asamblea comunitaria para su aprobación, para su aceptación.

Con una contraloría social activa el programa tendrá conocimiento y también respaldo social. La participación de las comunidades, por eso, será la clave para el éxito de este programa.

Para fortalecer la transparencia y la claridad en la operación del Progresa, estamos proponiendo a los gobiernos estatales que la contraloría de cada estado informe periódicamente sobre los avances del programa.

Como ya decía aquí el coordinador del programa a nivel nacional, José Gómez de León, el Progresa en su primera etapa cubrirá, aquí en Hidalgo, a poco más de 37 mil familias en casi 900 (895), comunidades de las regiones Otomí Tepehua y Sierra Gorda --Valle de Mezquital-Huasteca.

Casi 43 mil niñas y niños recibirán becas educativas en más de mil escuelas. Casi 70 por ciento de las becas serán para primaria y las demás para secundaria.

Cerca de 19 mil niños hidalguenses menores de dos años recibirán atención médica y suplemento nutricional.

El apoyo para becas educativas y alimentarias en Hidalgo, en términos económicos, será en esta primera fase, cada mes, de siete y medio millones de pesos.

El Progresa es posible porque en nuestro país tenemos instituciones que hemos construido por muchos años y que hemos seguido y seguiremos fortaleciendo.

El Progresa es un paso más en la sólida tradición social del Estado mexicano. Por mandato de la Constitución, por compromiso histórico y por vocación política el gobierno está obligado a procurar el bienestar de todos los mexicanos.

En el tiempo que lleva el actual gobierno de la República hemos fortalecido el cumplimiento de esta obligación.

Para este año, 56 centavos de cada peso programado en el presupuesto federal serán para el desarrollo social. Esta es la proporción más alta del gasto programable por este concepto en los últimos diez años.

El propósito central del gobierno federal es impulsar el bienestar de todos los mexicanos, pero muy especialmente de aquellos que viven en condiciones de pobreza.

Este es el rostro humano de la política que hemos aplicado para la recuperación y para alentar el crecimiento de la economía y la creación de empleos.

Esta es la responsabilidad social permanente del gobierno mexicano.

En un país que afortunadamente está iniciando una etapa de crecimiento económico vigoroso, es muy afortunado que estemos también emprendiendo este tipo de programas.

En un país que está entrando de lleno a una vida democrática auténtica, es también muy afortunado que podamos emprender este esfuerzo.

Con el Progresa se fortalece la política social de México. Como en Hidalgo, en todos los estados en que comenzaremos el programa daremos a partir de ahora nuevos pasos para cumplir con más eficacia el compromiso de justicia que tenemos con los mexicanos y mexicanas que viven en condiciones de pobreza.

Queremos un México unido por la equidad de oportunidades, un México en el que cada mexicana y cada mexicano cuenten con las condiciones para dar lo mejor de sí, para salir adelante con su propio esfuerzo, con la dignidad de su trabajo.

Queremos un México en el que las instituciones de atención social lleguen también, y especialmente a quienes más lo necesitan.

Queremos un México en el que los niños y las niñas, los jóvenes, los hombres y las mujeres tengan una alimentación suficiente y oportuna, buenos servicios de salud y una educación de calidad para abrirse un horizonte mejor.

Queremos un México con un campo sin pobreza extrema, productivo y justo en el que sus habitantes tengan oportunidades parejas con los habitantes de las ciudades. Para lograr ese México tenemos voluntad, tenemos tradición, tenemos instituciones, tenemos metas claras y resultados, tenemos Programa Económico Social, y además tenemos algo que queremos y por lo que hemos luchado los mexicanos, tenemos democracia.

Todos los mexicanos tenemos convicción y vocación por la justicia, con esa convicción y con esa vocación los invito a respaldar y a impulsar el Progresa.

Invito a todos los grupos sociales, a todos los medios de comunicación, a todas las organizaciones políticas y sociales a seguir y a impulsar este programa en cada una de sus etapas en el contexto de la política social del gobierno de la República.

Los invito a unirse a este nuevo esfuerzo del pueblo y sus instituciones contra la pobreza; pero sobre todo los invito a ustedes, compañeros y compañeras de las comunidades rurales, a trabajar ahora también con el apoyo de este Programa Nacional de Educación, Salud y Alimentación, a trabajar con el Progresa para romper el círculo vicioso de la pobreza, pues sólo así lograremos el verdadero desarrollo de nuestra patria. Muchas gracias.