La Jornada 5 de agosto de 1997

Muñoz Ledo: ajeno a la voluntad de Zedillo, el tránsito democrático

Oscar Camacho Guzmán y Ciro Pérez Silva /II y última Ť Hubo un tiempo -recuerda Porfirio Muñoz Ledo- en que el destino de la reforma electoral, de la transición democrática del Estado, se topó con los duros del sistema y estuvo sujeta a la voluntad del Presidente.

``Pero Salinas no entendió. Optó por pactar sólo con el PAN y terminó su sexenio convertido en lo que es: un aventurero de la política lleno de perversidad, inteligencia, astucia, crueldad y corrupción'', apunta.

-¿Y hoy, Porfirio, qué Presidencia vez en el país? ¿Hasta qué punto el proceso de transición democrática depende todavía de la voluntad del huésped en turno de Los Pinos, de su estilo personal de gobernar, de su forma de ejercer el poder?

-Ya no. Hoy, en México, hay una Presidencia de transición, titubeante en ocasiones, errática en otras, presionada por los dinosaurios, los goriladores y tres o cuatro personajes del PRI que quieren la Presidencia de la República para el 2000. Pero por encima de todo, (Ernesto) Zedillo debe ser consecuente con lo que él mismo aceptó.

``Pero la transición democrática en México ya no depende de la voluntad del Presidente. La transición es irreversible, no tiene vuelta de hoja, está en la conciencia pública, en la lógica del cambio. Y lo contrario sería pensable únicamente como una gran catástrofe histórica.''

En la segunda parte de la entrevista con La Jornada, Porfirio Muñoz Ledo, el controvertido, polémico, hiperdinámico, inteligente y solitario político perredista, da cuenta de la negativa salinista para aceptar la transición democrática:

Habla del ofrecimiento inicial que Manuel Camacho hizo a Cuauhtémoc Cárdenas y a él para una ``Moncloa mexicana''; del posterior desdén de Salinas hacia el PRD, y de cómo, finalmente, los sucesos de Chiapas y el crimen de (Luis Donaldo) Colosio se convierten en los detonantes que colocan al gobierno contra la pared y lo obligan a aceptar lo que negó en casi todo un siglo: la transición democrática.

Rechaza que su cargo como coordinador sea un puesto de sacrificio o que vaya a usarlo como trampolín para alcanzar la candidatura de su partido a la Presidencia de la República en el 2000: ``Mis libros me esperan...'', y advierte que sin consensos y acuerdos nada podrá funcionar en la siguiente Legislatura.

-¿Cuáles fueron los obstáculos con el gobierno?

-El gobierno puso obstáculos desde siempre, en todas las reformas, la de 89-90, 91, 93, 94 y la de 95.

``En 1993, durante un viaje a Yucatán para saludar al Papa, tuve una larguísima conversación con Salinas en el avión y le explique por qué había que tener una verdadera reforma electoral. Pero Salinas no entendió. Se discutía entonces la reforma del 93. Le dije: otra vez están buscando acuerdos sólo con el PAN, ¿a dónde van, en qué están pensando? Le presenté cinco argumentos. Estuvo muy atento, me hizo varias preguntas, pensé que de algo le había convencido.

``Le dije lo que era una transición democrática, cuáles eran los grandes peligros para el país; le hablé como lo que soy, como un dirigente político, mucho mayor que él y con más experiencia. Sabiendo que era el jefe del Estado con el cual el partido no tenía relaciones políticas. Regresé y mandó a (Fernando) Ortiz Arana a dialogar con nosotros.

``Tuvimos una serie de encuentros en la Copppal. Por el PRD participó Rosalbina Garavito, Gilberto Rincón Gallardo, Ricardo Valero y yo. Hubo como 15 encuentros, pero no se avanzó y, finalmente, ellos tomaron la decisión de seguir entendiéndose con el PAN.

``Sin embargo, luego del primero de enero de 1994, Manuel Camacho Solís nos buscó a Cárdenas y a mí; nos dijo que iba a ser el representante del gobierno para la paz, y nos propuso una `Moncloa mexicana'.

``Entonces, la ruta que nosotros promovimos y trazamos fue presionar al gobierno para una reforma del Estado que comenzara por una electoral con condicionamientos básicos: un órgano autónomo, facultades constitucionales para juzgar, derecho de amparo y garantías constitucionales en materia de actos electorales y, lo más importante, la equidad.

``Entre febrero y 20 días de marzo hay avances muy importantes, pero tras el asesinato de Colosio se patinó durante meses y, al final, sobrevino el naufragio del cual se rescataron algunas reformas muy importantes, sin que ello permitiera salvar el conjunto del proyecto.

``En ese contexto, puedo decir que Santiago Oñate asumió la herencia de algunos acuerdos que habíamos tenido con Luis Donaldo. La misma noche de la muerte de Donaldo, Oñate me dijo frente al ataúd: `Voy a asumir los compromisos de Colosio'. Y Santiago lo hizo, fue un elemento muy positivo en la reforma y lo castigaron por eso.

``Vienen las elecciones. Zedillo es calificado con el voto en contra de toda la oposición y sólo el voto a favor del PRI.

``Con una gran presión internacional y con testimonios públicos irrefutables de que gastó 300 veces más que nosotros, llega sin una legitimación real. Entonces, le planteamos un programa de transición democrática y lo acepta básicamente: primero limitado a la reforma electoral definitiva, pero después de la crisis de diciembre se abre a la reforma del Estado completa.

``Zedillo actúa correctamente en principio, luego tiene dudas porque el PRD no tiene una definición clara. El CEN del PRD lo visita. Nos vamos a Oaxtepec y después de Oaxtepec funciona la cosa.

``La historia lo impuso todo, la historia impuso la negociación, la historia impuso la reforma, la historia impuso la transición.

``Sí, faltaron algunas cosas: candidaturas comunes, independientes, inflaron el gasto público, dieron marcha atrás en varios puntos del Distrito Federal, detuvieron referéndum y plebiscito, pero por vez primera en el país hubo un sistema electoral confiable y un gobierno autónomo.''

-¿Qué va a suceder en la Cámara, como prevé que venga la discusión?

-Difícil, pero espero respetuosa. No habrá Gran Comisión y tampoco hay lugar para que el PRI tenga una representación suplementaria en la de Concertación. Por lo tanto, tendremos una comisión paritaria.

``Y a partir de ahí tendremos que discutir, evitando enfrentamientos, el sistema de gobierno de la Cámara, su ciudadanización, pues no estoy de acuerdo en que el PRD ni ningún otro partido ocupe posiciones de gobierno en la Cámara, ni que haya clientelismos.

``El llamado oficial mayor tendrá que pasar a ser sustituido por un secretario general de la Cámara, y sacar por consenso las designaciones de los directores de Administración, Tesorería, Comunicación Social, Recursos Humanos.

``Y que quede claro, los ciudadanos votaron con toda claridad por la minoría del PRI en la Cámara, y la opinión pública, ni nosotros, no aceptará ninguna pretensión del PRI de mantener ningún género de hegemonía en aquélla.

``En ese sentido, buscaremos cuál es la nueva periodicidad de las mesas directivas, hacer rotativa la presidencia de la Comisión de Gobierno, pactar un nuevo protocolo del Informe.

``Tendrá que cambiar la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, ninguna comisión de la Cámara podrá se correa de transmisión de ninguna Secretaría de Estado.''

-Hay puntos que de antemano se anticipan difíciles: el formato del Informe, la distribución de comisiones. Arturo Núñez ha dicho que el PRI seguirá ejerciendo su mayoría relativa.

-Arturo Núñez ha hecho saber de una manera correcta y respetuosa que ellos estarán en oportunidad de conversar con nosotros en 15 días. Y esperamos que el vocero del partido del gobierno represente al gobierno; no queremos relaciones turbias ni de corredor y menos de alcoba, que algunos tuvieron en el pasado con el gobierno.

-¿Estará subordinada la fracción del PRD a la dirigencia de su partido?

-Nosotros tendremos la mejor relación con el dirigente del partido. El partido tiene sus normas y el Consejo Nacional tiene la facultad de orientar la actuación de los legisladores, pero nosotros tenemos el propósito de tener la más estrecha coordinación posible con el CEN del PRD, porque creemos en una estrategia de conjunto. Somos un partido y vamos a actuar como tal.