La Jornada 5 de agosto de 1997

La representación ciudadana, ``experiencia útil que debe repensarse sin partidizar'', considera Espinosa ``Lamentable'', cancelar esa posibilidad, opina el sociólogo El problema es que sólo se favoreció el consenso partidario, dice En Xochimilco los consejeros no entendieron sus facultades: el delegado

Alonso Urrutia y Víctor Ballinas Ť Concebidos en 1993 como la primera fase de la nueva reforma democratizadora del DF y una innovadora experiencia de representación ciudadana formal, los consejos ciudadanos desaparecerán este 15 de agosto. Las razones: una nueva reforma política inconclusa, donde la representación ciudadana quedó marginada.

Lejos quedaron los debates acalorados de los partidos políticos en 1995 que partidizaron esta instancia de representación ciudadana. Limitados por la ley a la mera aprobación de los programas operativos anuales de cada delegación y a labores gestoras y consultivas, los consejos ciudadanos tendrán una efímera existencia de sólo 18 meses.

Para el jefe del Departamento del Distrito Federal (DDF), Oscar Espinosa Villarreal, ``en la ciudad hay la necesidad clarísima de una mayor representación y participación ciudadana en la toma de decisiones de la vida capitalina''.

Es indudable, dice el regente, que la ciudad requiere una instancia de representación ciudadana; esa es una primera conclusión y ``me parece que los consejeros han cumplido una buena función, y también dejan una serie de experiencias''.

La participación ciudadana, anota Espinosa Villarreal, ``ha mostrado sus beneficios a partir de programas claros y de decisiones tomadas. No podemos pensar que la vida de la ciudad dependa de nuestro pequeño mundo como ciudadanos. Tenemos que entender que en ocasiones debemos sacrificar un poquito de nuestro interés inmediato por los grandes proyectos y soluciones de la ciudad''.

Cualquier forma de representación y participacón ciudadana, agrega el jefe del DDF, es buena. Entre más y mejor participación se tenga es mejor, a partir de facultades bien determinadas, acota.

Los consejos ciudadanos fueron instancias útiles, ``nos revelaron puntos convenientes. Fueron una experiencia útil y deben repensarse sin su partidización . La ciudad necesita tener organismos más activos. Se requerirá de una participación ciudadana muy acotada''.

Espinosa Villarreal apunta que no le corresponde al gobierno de la ciudad la propuesta de la nueva forma de representación ciudadana; esa es una decisión que le corresponderá a los legisladores. Serán éstos los que definan en materia de participación ciudadana qué figura remplace a los consejos que concluyen sus labores el 15 de agosto, agrega. A su vez, el delegado político en Xochimilco, David Ramos Galindo, en cuya delegación política se concentró el único consejo ciudadano con mayoría de sus integrantes de oposición, destacó que con los representantes ciudadanos ``se trabajó intensamente, trabajo crítico, a veces difícil, y en su desarrollo hubo problemas y también acuerdos''.

Lo que pasó con los consejeros de Xochimilco, destaca Ramos Galindo, es que muchas veces no llegaban a entender sus facultades, y aun cuando la ley lo dice claraente, que son órganos de consulta, de opinión y sólo tienen facultades en algunos rubros como la aprobación del Programa Operativo Anual, la verdad es que se metieron más al terreno político.

Los consejeros, explica Ramos Galindo, se metieron a fondo a los megaproyectos en la delegación. Incluso el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano fue aprobado por ocho consejeros; dos abstenciones de priístas, y 6 votos en contra. Incluso, destaca el funcionario, el POA de la delegación no se aprobó por consenso, sino por mayoría.

Para Ramos Galindo se deben buscar formas de participación ciudadana que remplacen a los consejos que en 10 días desaparecerán, pero sus facultades deben quedar muy claras y concretas. No deben ser órganos de decisión, porque esa representación ya la tienen los legisladores en la Asamblea Legislativa y en la Cámara de Diputados.

En la delegación, los consejeros estaban más interesados en los programas para el bienestar, en la obra pública, en las obras de drenaje, en los grandes proyectos y a pesar de que tenían muy claras sus atribuciones, que por cierto eran limitadas, se movían más por el aspecto político.

``Una de las deficiencias es que creo que faltó enlace entre el consejo ciudadano y las asociaciones de residentes y los jefes de Manzana, y de los miembros del consejo fueron candidatos a diputados locales y federales y ellos habla de su politización'', precisó.

En tanto, el delegado en Coyoacán, Vicente Gutiérrez Camposeco, señala que el Consejo Ciudadano de su demarcación fue crítico, se interesó en conocer el gasto de la delegación y participaron activamente en comisiones.

Se pudo trabajar con ellos y sus funciones fueron de apego a las que la ley les confirió. ``El trabajo fue muy útil para la ciudad y funcionó algo así como un consejo de administración. Fueron de mucho apoyo, pero también se recibieron juicios críticos de su lado''.

Gutiérrez destaca que las asociaciones de residentes también han trabajado y agrega que la ciudad requiere de una instancia de representación ciudana, pero deberán acotarse muy bien sus funciones, y sobre todo deberá establecerse que sean órganos honorarios para seguir impulando la participación ciudadana.

Cualquiera que sea la instancia de representación que los sustituya, dice el delegado de Coyoacán, deberán ser órganos de petición y de opinión, pero no de resolución, porque eso ya le corresponde a la Asamblea de Representantes del Distrito Federal y al gobierno. En la ley deberá definirse muy bien sus funciones y deberá garantizárseles poder realizar consultas ciudadanas.