La Jornada 3 de agosto de 1997

Sigue la violencia en Argelia; más de 100 homicidios sólo en 48 horas

Afp, Ansa y Efe, Argel, 2 de agosto Ť Más de cien personas fueron asesinadas en Argelia durante las últimas 48 horas por presuntos radicales islámicos, que desde las elecciones legislativas del 5 de junio pasado han redoblado los ataques contra civiles, como parte de una campaña para desestabilizar al gobierno, renuente a llegar a un acuerdo con los partidos integristas que permita restablecer la paz en el país norafricano.

Según el diario local Al Watan, la más cruenta de las matanzas ocurrió el jueves en la localidad de Sidi Madani, 50 kilómetros al sur de Argel, donde un comando de unos diez hombres irrumpió en un conjunto de viviendas y asesinó a 38 civiles, entre ellos varias mujeres y niños. Los integristas alcanzaron a 12 de los civiles que intentaron escapar y también los ultimaron. Aunque Al Watan no precisó cómo fueron asesinadas las víctimas, lo más probable es que hayan sido degolladas, como ha ocurrido en matanzas anteriores.

Otras acciones similares, atribuidas al Grupo Islámico Armado (GIA) tuvieron lugar en diversas regiones de Blida y Ain-Defla, donde las víctimas se sumaron a las más de 700 personas ejecutadas durante este año por los integristas, que se han ensañado de manera particular en aquellas localidades del país magrebí donde existen brigadas de autodefensa promovidas por el gobierno.

Los asesinatos más recientes parecen haber sido una respuesta a la ofensiva que el ejército emprendió del 14 al 24 de julio pasado en Hataba, un bastión del integrismo cercano a Argel, para aniquilar a las organizaciones armadas que operan en la zona.

Las matanzas de los dos últimos días son las más graves desde las ocurridas entre el 3 y 4 de abril pasados, cuando 84 civiles perecieron a manos de presuntos comandos integristas en el centro del país, de los cuales 52 fueron degollados en Thalit, departamento de medea. Casi tres semanas después, el 22 del mismo mes, 93 civiles fueron ultimados cerca de Bugara, al sur de Argelia.

De manera inusual, el GIA reconoció que durante la ofensiva murieron 72 de sus hombres y que más de 60 fueron arrestados. Pero al mismo tiempo amenazó con redoblar los ataques contra quienes supuestamente apoyen a las autoridades.

Analistas coincidieron en que la pretensión del gobierno de reforzar a los grupos de autodefensa podría conducir a Argelia a una guerra civil de consecuencias imprevisibles y recordaron que la decisión de las autoridades de marginar a los partidos integristas de la vida política ha llevado al país magrebí a un sangriento conflicto que parece no tener fin.

A todo esto, los movimientos la Sociedad por la Paz y de la Renovación En-Nahda preconizan un diálogo abierto con el proscrito Frente Islámico de Salvación para encontrar una solución política a la crisis en el país

La ola de violencia política en Argelia comenzó a principios de 1992, cuando la entonces gobernante junta cívico-militar canceló la segunda ronda de las elecciones legislativas en las que era inminente el triunfo del ahora proscrito Frente Islámico de Salvación, que pugna por establecer un régimen apegado a la ley coránica.