CSG sabía de la infiltración del narco en la policía de BC: Ruffo Admite el gobierno de Jalisco incapacidad para detener ejecuciones ``Ni modo de cuidar a traficantes para que no se maten'': Cárdenas
Jesusa Cervantes Ť El ex gobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, afirmó ayer que por lo menos en ese estado sí se detectaron infiltraciones del narcotráfico en corporaciones policiacas, y que incluso el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari lo sabía.
Ruffo aventuró que ``es muy probable'' que funcionarios federales de la actual administración estén relacionados con ese asunto. ``Siempre señalé la colusión de autoridades federales con el narcotráfico, y hoy no me parece extraño que exista pues era obvio el contubernio, el cual ascendía hasta la ciudad de México'', comentó.
Ruffo Appel fue entrevistado antes de ofecer una conferencia a sus compañeros del PAN del 15 distrito local en la ciudad de México. El panista -gobernador de 1989 a 1995- explicó que en 1991 ``empezó la sospecha de la colusión entre autoridades, sobre todo de la Policía Judicial Federal (PJF), con el narcotráfico.
``Inicié varias investigaciones (como gobierno estatal) y todas llevaban hacia esa situación, pero no me permitieron seguir.''
Especificó que las investigaciones ``apuntaron siempre hacia agentes de la policía federal, pero la Procuraduría General de la República continuaba parándolas''.
-Y Carlos Salinas, ¿lo supo, le informó?
-Esa situación empezó en 1991, primero con una minicorrupción y luego más fuerte; era difícil que no lo supiera, hasta ese momento (en que descubrió las filtraciones de agentes federales) lo debió saber.
Ruffo explicó que una vez que se empezó a asesinar gente de Baja California decidió pedir más injerencia en las investigaciones, pues cada vez que empezaba alguna pesquisa e informaba de ella a autoridades de México como la PGR, ``hacían uso de sus facultades del fuero federal y se quedaban con los casos. Por eso también empecé a tomar mis precauciones.
``En conversaciones en corto (con Salinas) se me dijo que podía establecer control sobre la policía federal para abundar en las investigaciones, pero eso siempre fue relativo porque no se podía avanzar más.''
Rechazó calificar a México de narcoestado, ``porque el Estado somos todos nosotros; entonces, eso es una exageración''.
-¿Hablaríamos de un narcogobierno?
-Sin poner etiquetas y respetando la personalidad de miembros del gobierno, podemos decir que es muy probable, ya no sólo posible, que estén relacionados funcionarios con el narcotráfico.
Ruffo se manifestó también por que todos los posibles involucrados sean investigados, pero sin fuero. ``Para combatir la filtración del narcotráfico se requiere una concertación entre los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal; se require que todos conozcan la información y que sean abiertas las investigaciones''.
Agustín del Castillo, corresponsal, Guadalajara, Jal., 1o. de agosto Ť El gobernador panista Alberto Cárdenas Jiménez reconoció la incapacidad de su gobierno para detener las ejecuciones entre bandas de narcotraficantes: ``Imagine con qué deberíamos contar para realizar ese trabajo, si es algo de jurisdicción federal''.
Comentó las quejas de empresarios estadunidenses y japoneses por la inseguridad, ``pero se refieren a todo el país y a muchas partes del mundo''.
Dijo que las ejecuciones rebasan las posibilidades de su gobierno. ``Ni modo que nos pongamos a cuidar a los narcotraficantes para que no se den entre ellos''.
En cambio, el obispo auxiliar de Guadalajara, Javier Navarro Rodríguez, señaló que las autoridades estatales han realizado ``lo que les toca'' para detener la avalancha del narcotráfico, pero ha sido insuficiente porque ``se vive una cultura de muerte''.
Apuntó que la Iglesia hace lo posible por buscar el diálogo cuando hay intereses encontrados y promover la paz y la justicia. ``Ni modo que aplaudamos porque alguien mató violentamente en una calle de la ciudad a otra persona. Ni modo que estemos de acuerdo con el narcotráfico y en todas las secuelas de violencia e injusticia que eso desata''.
Navarro Rodríguez concluyó que en el ambiente de Guadalajara flota una cultura desfavorablee a la vida, porque a veces ni siquiera en el seno familiar ``hay un deseo firme de defender la verdad y denunciar enérgicamente toda mentira y falsedad''.