Descapitalizará más al IMSS la reversión de cuotas, acusan sindicatos
Angeles Cruz/I Ť Confusión y posiciones encontradas prevalecen en torno al mecanismo de reversión de cuotas del IMSS, plasmado ya en la ley, pero todavía no reglamentado. Según sus detractores, implica una ``profundización del desfinanciamiento'' de la institución y la privatización del servicio médico en beneficio de un número reducido de trabajadores.
Lo único claro entre dirigentes sindicales, investigadores y la propia institución es que sólo los trabajadores de las grandes empresas, que tienen percepciones superiores a los cuatro mínimos, estarán en posibilidades de optar por el servicio médico privado.
Actualmente y con el objetivo de establecer claramente todas las posibilidades del sistema de reversión de cuotas, en el IMSS se elabora un proyecto de reglamento que preverá las distintas formas de aplicación del mecanismo.
La polémica en torno al sistema de reversión de cuotas resurgió en días pasados luego de que se esparció la versión de que ese mecanismo está por instrumentarse, a lo que organizaciones de trabajadores afiliados a la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (Fesebes) expresaron su rechazo porque, dijeron, representa un riesgo de privatización de la seguridad social.
La reversión de cuotas es una alternativa prevista desde la vieja ley del Instituto, que data de 1944, y con la reforma que entró en vigor el primero de julio este mecanismo se mantuvo en las mismas condiciones.
En torno a este tema, fueron consultados investigadoras de la UAM Xochimilco con especialidad en el área de medicina social, la dirigencia del Frente Auténtico del Trabajo, que se opone a este mecanismo, así como la de los trabajadores bancarios, sector que desde hace 40 años está en el sistema de reversión de cuotas.
En México, los trabajadores que tienen las mayores cotizaciones en el IMSS representan 31 por ciento de los asegurados y, según los lineamientos de la nueva Ley del Seguro Social, sus aportaciones equivalen a 52 por ciento de los ingresos institucionales, indica un estudio de Asa Cristina Laurell, investigadora de la UAM Xochimilco.
Según la académica, este sería el único grupo que podría acceder a la reversión de cuotas, y su retiro a un servicio privado implicaría, en caso extremo, que el IMSS se quedara con 70 por ciento de los derechohabientes, pero en contra parte, con 48 por ciento de los fondos para el sostenimiento de la infraestructura del Instituto.
Hasta ahora, y según información del IMSS, la reversión de cuotas para acceder al servicio médico privado se ha acordado en convenios específicos y existe para 194 mil 276 trabajadores, principalmente de las instituciones bancarias; representando un porcentaje mínimo en relación con los 9.5 millones de trabajadores afiliados al Instituto.
Qué es la reversión de cuotas
La fracción III del artículo 89 define la reversión de cuotas como una de las opciones de prestación del servicio médico, que es posible mediante convenios con las empresas que disponen de la infraestructura para satisfacer la demanda de atención sanitaria de sus trabajadores. Para ello, se acuerda ``la reversión de una parte de la cuota patronal y obrera en proporción a la naturaleza y cuantía de los servicios relativos. En dichos convenios se pactará, en su caso, el pago de subsidios mediante un sistema de rembolsos. Estos convenios no podrán celebrarse sin la previa anuencia de los trabajadores o de su organización representativa''.
En la actualidad, en los convenios existentes el IMSS defiende que el servicio médico privado que se otorgue sea igual para todos los trabajadores sin distinción de categorías o salarios en una misma empresa.
Para Olivia López Arellano, coordinadora de la maestría en Medicina Social de la UAM Xochimilco, con este sistema se está en presencia de ``un éxodo de cotizantes de mayores ingresos hacia la atención privada''. Así, continúa, ``es previsible una profundización del desfinanciamiento de los servicios médicos del IMSS y una selección adversa para la institución pública, que se quedará con los trabajadores de menores ingresos y mayores riesgos''.
El hecho de que durante 1996 sólo 194 mil 276 trabajadores tengan servicio médico mediante la reversión de cuotas se debe principalmente a que hasta antes del primero de julio de 1997, cuando entró en vigor la nueva Ley del Seguro Social, ``había una política de no entrarle'' a la reversión de cuotas, pero ahora ``se tiene la intención de que se instrumente'', señaló.
Al respecto, el Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000 destaca que para ampliar la cobertura de la seguridad social es necesario modificar el esquema de afiliación, reduciendo las participaciones de los patrones y de los trabajadores e incrementando la del gobierno para facilitar el ingreso a la seguridad social de la población, principalmente urbana, con capacidad de cotizar pero que no pertenece a la economía formal.
Desde esta perspectiva, ``menores cuotas para los usuarios de los servicios de salud de la Seguridad Social implican mayor accesibilidad a través de la afiliación voluntaria. Al mismo tiempo, posibilitan una mayor interacción con el mercado de seguros en la medida en que quienes no hagan uso de estos servicios puedan tener acceso al mecanismo de reversión de cuotas que, aunque vigente, se encuentra muy limitado por sus efectos desfinanciadores del seguro de enfermedades y maternidad''.
El IMSS sostiene que los casi 200 mil empleados con servicio médico privado aportan un porcentaje mínimo de los 56 mil millones de pesos del presupuesto de la institución. A las empresas no les conviene garantizar la gama de atención médica a sus trabajadores que sea mejor a la que ofrece el Instituto.
Explica que el proyecto de reglamento en elaboración contendrá todas las hipótesis y previsiones para aterrizar la disposición de la ley en cuanto a la reversión de cuotas. Actualmente sólo hay convenios particulares con cada empresa y con base en el contrato colectivo de trabajo. Mientras no haya reglamento, todo lo que se diga ``está en el aire'', sostuvo el IMSS.
La confusión llega a tal grado que mientras los trabajadores bancarios sostienen que el servicio privado se aplica a todo tipo de enfermedades y se mantiene aunque
sean jubilados, en el IMSS se dice que el sistema no abarca los riesgos de trabajo ni cuando el trabajador se pensiona o jubila. En estos casos, el Instituto asume todo, señaló un funcionario de la dependencia.