Sabíamos que pagaríamos el aumento con votos: Roque a seguidores Nuevo marco tributario para el país, demanda la Coparmex
José Ureña, Humberto Ortiz, José Antonio Román y Antonio Castellanos Ť A los diputados de la LVI Legislatura, votantes del incremento al Impuesto al Valor Agregado (IVA), Humberto Roque Villanueva les dijo: ``Sabíamos que habríamos de pagar con votos''.
Durante una reunión privada con casi 200 legisladores a los que lidereó por dos años, reconoció que es ``una carga que no es moral --moral es el beneficio--'', sino ``nada más política''.
Los reporteros que llegaron fueron sacados del lugar. Pero Roque siguió: ``Y finalmente pagamos con gusto, porque finalmente el ajuste de cuentas --el de las cuentas históricas, está por llegar--, siempre favorecerá a quienes luchan por su nación y se comprometen con la verdad y con la razón histórica''.
Por su parte, organismos del sector empresarial establecieron que más allá de la discusión sobre el IVA, el gasto corriente del gobierno federal es excesivo, porque a fin de año acumulará un crecimiento de 25.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), contra 23.9 por ciento de aumento de ese indicador entre 1990-1997.
Las dirigencias de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y del Foro de Cambio Empresarial (FCE) señalaron que sólo en el semestre pasado fueron creadas 9 mil 398 plazas en la administración pública centralizada, que representan 29 mil 107 millones de pesos y contrastan con la disminución de 12 mil 650 millones en el gasto social de este año.
Entrevistado tras reunirse con el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, el presidente de la Coparmex, Gerardo Aranda Orozco, demandó a las fracciones parlamentarias de la próxima Legislatura establecer un calendario de discusión a fin de llegar a enero de 1998 con el problema del presupuesto federal resuelto de la mejor manera.
El líder El Barzón Metopolitano, Alfonso Ramírez Cuéllar, afirmó a su vez que el IVA sí puede ser modificado y propuso, para compensar la pérdida de ingresos públicos que pudiera representar, establecer un gravamen a los capitales de corto plazo y desaparecer la partida secreta presidencial que asciende a 36 mil millones de pesos. También podría, subrayó, reorientarse el gasto fiscal dirigido al saneamiento de la banca y que asciende a 212 mil millones de pesos, gravar 20 por ciento artículos de lujo y desaparecer bonos, sobresueldos, comisiones y altos aguinaldos.