ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Víctor Cervera Pacheco romperá este 16 de agosto la barrera constitucional antirreeleccionista, al iniciar su séptimo año como gobernador y encaminarse al cumplimiento de un decenio discontinuo con ese cargo.
La marca histórica de permanencia en el poder, que convertiría al yucateco en el primer gobernador mexicano que ejerce durante diez años, comenzó el 17 de febrero de 1984, cuando Cervera Pacheco entró como gobernador interino de Yucatán en lugar del general Graciliano Alpuche Pinzón, a cuya caída política habría contribuido centralmente el propio Cervera, según diversos testimonios disponibles.
En aquel 1984 estaba vigente el artículo 48 de la Constitución yucateca, cuyo segundo párrafo se había mantenido inalterado desde el 6 de octubre de 1943 y en el que se establecía que ``el ciudadano que haya desempeñado el cargo de gobernador del estado electo popularmente, o con el carácter de interino, provisional o sustituto, en ningún caso, y por ningún motivo, podrá volver a desempeñar ese puesto''.
Sin embargo, cuando Víctor Cervera Pacheco terminó su interinato de casi cuatro años, el 31 de enero de 1988, ya había dejado sentadas las visionarias bases para regresar al poder, mediante los oportunos arreglos --luego aderezados por Dulce María Sauri, cuando fue gobernadora también interina--, con los que el impedimento original se dejaba sólo a los gobernadores ``electos popularmente'' y dejando pasar un periodo sexenal.
Y como don Víctor no había sido electo popularmente, sino designado por el Congreso, se entretuvo en la Secretaría de la Reforma Agraria --siempre interviniendo en la accidentada política yucateca, cuyo gobierno ejercieron Víctor Manzanilla Schaffer, Dulce María Sauri y Federico Granja Ricalde-- el tiempo suficiente para, al fin, ser electo popularmente y reasumir el poder por seis años más, que comenzaron el 1o. de agosto de 1995 y terminarán el 31 de julio del 2001.
Obstáculos al cerverato
Pero la inminente hazaña enfrenta obstáculos que con seguridad serán enteramente superables, uno de ellos el que establece la primera fracción del artículo 116 de la Constitución federal, en el que se dice que ``los gobernadores de los estados no podrán durar en su encargo más de seis años''.
El obstáculo --ínfimo, pues simplemente es constitucional-- será superable por cuanto los cerveristas hacen valer una interpretación local de la reforma que en beneficio propio se regaló don Víctor en su cuatrienio interino, y así alegan que, no habiendo sido antes electo popularmente, no tiene por qué ajustarse al periodo sexenal, y sí en cambio puede inaugurar los ejercicios decenales.
Otra piedrita en el zapato son los diputados locales panistas, quienes ya le pidieron a Cervera Pacheco que renuncie al cargo el mencionado 15 de agosto, para no violar la letra constitucional federal y el espíritu antirreeleccionista que inspiró a los revolucionarios de 1910 y a los constituyentes de 1917.
Y, además, en marzo del presente año, Porfirio Muñoz Ledo dijo en Mérida que comenzando agosto impugnaría la gubernatura de Cervera Pacheco, por su abierta anticonstitucionalidad.
En esa misma obstinación de aguafiestas, grupos de panistas han acudido al Congreso yucateco para exigir la renuncia de Cervera, aunque de inmediato han tenido orquestados enfrentamientos verbales y físicos con priístas defensores del gobernador. Los panistas quemaron inclusive un monigote con las iniciales del mandatario.
Cervera, por su parte, ha dicho que no piensa dejar la gubernatura, y que sus adversarios son ``maquinitas que insisten en ir para atrás''. Y en un estilo que le ha ganado un lugar relevante en el llamado sindicato de los gobernadores duros, advirtió en el contexto de las críticas al sentido clientelar que sus opositores dicen imprime al reparto de recursos públicos: ``Los flojos que sigan hablando, para ellos no habrá apoyos''.
Otra medalla en el pecho del distinguido miembro del sindicato de gobernadores es la contención del panismo en aquella entidad, pues de cuatro diputaciones federales en juego, el PRI ganó tres.
Aunque, según sus propios correligionarios, como es el caso del presidente estatal del PRI, sí hay un riesgo a la vista que impediría a Cervera ingresar en el Guiness de la política mexicana: que lo llamen para relevar a Humberto Roque Villanueva.
Si no se da esa circunstancia, por más referencias a la Constitución federal que se hagan, y por más invocaciones al espíritu antirreeleccionista, tenemos gobernador Cervera Pacheco para rato.
Cuando menos hasta el 2001.
Cárcel al médico de Matamoros
El doctor José Luis Cantú Sierra está desde ayer en un reclusorio de Matamoros, Tamaulipas, según reporte de sus familiares hecho llegar anoche a esta columna.
Cantú Sierra mantuvo durante meses una ``hiponutrición voluntaria'', y luego una huelga de hambre con sueros, en protesta --entre otras cosas-- por la responsabilidad penal que se le imputa por la muerte de una paciente que duró ocho horas abandonada en una camilla en los pasillos de un hospital del IMSS en aquella población norteña.
El médico afirma que su presunta culpa es una maniobra de las autoridades del Seguro Social en aquella entidad, para reprimir su constante denuncia de las fallas y errores gravísimos que a su decir se cometen contra los derechohabientes.
La información familiar disponible --misma que no pudo ser verificada por Astillero, y se reproduce con esa precariedad expresa-- asegura que Cantú Sierra se entregó voluntariamente a las autoridades judiciales para que aceleren el proceso del que se dice absolutamente inocente, y que tal entrega la hizo acompañado de dos representantes de una organización de derechos humanos.
Astillas: Uno de los puntos neurálgicos de las decisiones que tomará el jefe de gobierno electo del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, será el nombramiento del procurador de Justicia, que junto con el del secretario de Seguridad Pública formaron parte del explosivo paquete de buena voluntad que el presidente Ernesto Zedillo entregó al futuro gobernador capitalino el día que se reunieron en la residencia oficial de Los Pinos. Según versiones perredistas internas, estaría punteando en ese rubro el abogado Samuel del Villar, quien buenos servicios ha prestado a la causa del sol azteca y de otras generosas luchas sociales, pero en quien hasta compañeros de su propio círculo inmediato encuentran características personales mejor aprovechables en áreas distintas a la de la Procuraduría... Créalo o no: ayer se decía en algunas oficinas gubernamentales importantes que el próximo embajador mexicano en Estados Unidos será Luis Téllez, el actual jefe de la oficina presidencial... El caso del PRI del DF muestra la persistencia de esquemas del pasado a pesar de los discursos que hablan del futuro. Ningún signo que anuncie exploraciones democratizadoras, ningún cambio siquiera escenográfico o de ritual. Lo mismo, mientras los discursos siguen hablando de cambios y más cambios. ¿Quién será el próximo líder? El que decida el dedo superior. Así fue cuando se eligió a Del Mazo en aquella representación teatral en la que presuntas encuestas de popularidad indujeron a los consejeros priístas a elegir a quien antes de la votación ya era acompañado por su familia en un lugar de honor para presenciar el desenlace por todos conocido de antemano...