Reanudar el diálogo, pide Zedillo al EZLN
Rosa Elvira Vargas, enviada, Chicago, Ill., 23 de julio Ť Ante líderes de organizaciones latinas de Estados Unidos, el presidente Ernesto Zedillo llamó hoy a los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a reanudar el diálogo con el gobierno federal. El 6 de julio, afirmó, el pueblo mexicano refrendó su voluntad democrática y de vivir bajo el amparo de la ley y el estado de derecho, y ratificó que mantendrá una inagotable paciencia para lograr una solución negociada pero bajo la base de que hay principios fundamentales que no son negociables.
En las elecciones, sostuvo el jefe del Ejecutivo, quedó demostrado que en México, a través de la política, ``legítima y limpia'', es posible sustentar y luchar por banderas fundamentales. Pidió entonces que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional reconsidere su actitud, deponga su rebeldía ``retórica'' y se sume a una tarea mucho más constructiva en la procuración de los objetivos sociales ``que ellos mismos se han atribuido'' en las comunidades donde ``tienen alguna influencia''.
Hay principios innegociables, planteó
Marcó los límites de la negociación y reiteró que principios como la soberanía, la integridad del territorio y la unidad nacional son principios innegociables. ``Esas cuestiones no están a discusión. Ellos (el EZLN) lo saben muy bien, y si no discutimos eso, hay muchas otras cosas que sí podemos discutir, así que después de dos años y medio o más como Presidente, soy todavía más paciente y seguiré siendo paciente para que atiendan el llamado al diálogo''.
La primera declaración pública de Ernesto Zedillo en torno al conflicto en Chiapas luego de las recientes elecciones mexicanas contrastó, sin embargo, con la manifestación que esta tarde se instaló desde muy temprano en el Navy Pier, centro naviero y turístico junto al lago Michigan, y donde el Presidente asistió a una cena a la que concurrieron más de dos mil personas convocadas por el Consejo Nacional de la Raza.
Protesta en Chicago
Con carteles de apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, consignas y reclamos de juicio contra el ex presidente Carlos Salinas, decenas de mexicano-estadunidenses portaban también dos grandes mantas, en una de las cuales aparecen abrazados Salinas y el propio presidente Zedillo. La protesta fue contenida por la policía montada de Chicago, pero se convirtió en el centro de atención de los cientos de visitantes que acuden a ese lugar, sobre todo en esta época de vacaciones.
En el hotel donde se hospeda, Zedillo se reunió por la tarde con alrededor de 50 representantes de organizaciones sociales, de derechos humanos, de productores y comerciantes, entre otros, de ascendencia mexicana, los cuales eran encabezados por Raúl Izaguirre, presidente del Consejo Nacional de la Raza.
Ahí, y ante las interrogantes y preocupaciones sobre la situación en que viven en Estados Unidos los inmigrantes indocumentados que laboran en el campo, el Presidente admitió que en este país se han desatado con mucha fuerza presiones e intereses contra un trato digno, humano y correcto para los trabajadores mexicanos.
Hasta hoy --destacó-- no existe un reconocimiento tácito y expreso de la contribución de la mano de obra mexicana a la producción en este país. Con frecuencia se habla de las supuestas desventajas que para Estados Unidos significa la migración mexicana indocumentada, pero pocos se refieren a las ventajas que representa el trabajo de esas personas para el crecimiento de la economía e, incluso, para la multiplicación de empleos.
Respeto a derechos en EU, exigen
Sin embargo, prudente, señaló enseguida desconocer si ha llegado ya el momento político para abordar con el gobierno estadunidense el establecimiento de programas temporales para migrantes mexicanos. Indicó que la cancillería tiene ya un estudio para iniciar con bases técnicas este caso, pero resaltó que es importante escuchar a la gente y lograr, en cualquier acuerdo, el respeto de los derechos humanos y laborales, ``ya que con frecuencia'' no ocurre así, subrayó Zedillo.
En ese contexto, el Presidente comentó el tema del grupo de indocumentados sordomudos que denunciaron recientemente en Nueva York sus condiciones de explotación y maltrato. Confió en que se aplique todo el rigor de la ley a quienes traficaron con esas personas, y dijo que en México se investiga para descubrir si hay más gente involucrada.
Aseguró además que su gobierno tiene disposición para que una vez agotadas las cuestiones legales en relación con ese grupo de discapacitados, se les brinde apoyo y puedan reintegrarse dignamente a sus familias y comunidades.
Más adelante Zedillo se refirió al combate al narcotráfico, al que definió como una batalla que debe darse sin recriminaciones y en la que nadie puede sustraerse de su responsabilidad.
Descartó entonces las opiniones de quienes aseguran que la droga que se consume en Estados Unidos llega desde México. ``Eso es absolutamente falso'', pues cuando no ha provenido desde territorio nacional, dijo, arriba por el Caribe o por las costas y los cielos estadunidenses.
En Chicago, donde se encuentra una de las mayores concentraciones de mexicanos de toda la Unión Americana --alrededor de un millón--, el Presidente habló de las bondades que ha reportado el Tratado de Libre Comercio para el aumento de las exportaciones e importaciones de los países suscriptores, así como en la creación de empleos. Empero también asumió que la gran inmigración, generalmente ilegal, hacia Estados Unidos se debe a las grandes disparidades en la economía de los dos países.
Pero no podemos esperar que llegue el largo plazo, razonó, y se dé la convergencia en el desarrollo de ambas naciones, por lo que debe seguirse impulsando el crecimiento de la economía mexicana, pues mientras éste no se alcance totalmente, persiste el incentivo para que muchos mexicanos vengan aquí a la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Reclamos de centroamericanos
Sin embargo, al tiempo de reconocer y denunciar el maltrato que reciben los mexicanos que emigran a Estados Unidos, el presidente Zedillo también recibió las protestas por los pesares que enfrentan los centroamericanos a su paso por México. ``Para nosotros -admitió- eso constituye una vergüenza'', pues es algo que ``desgraciadamente'' ocurre con cierta frecuencia. Indicó que aunque el problema no está resuelto --``porque estamos hablando de mafias, de organizaciones criminales y a veces de autoridades corruptas''--, se ha avanzado mucho en su solución.
En la última actividad de esta noche, el Presidente se refirió -ante cerca de dos mil personas- largamente al significado de los comicios del 6 de julio, y destacó que éstos marcaron el inicio de una nueva cultura política de respeto, tolerancia, responsabilidad y entendimiento.
Una cultura, argumentó, que da más peso a lo que nos une que a lo que nos separa. Y en el tema económico aseguró que dentro de sus facultades constitucionales hará lo necesario para mantener las políticas congruentes que permitan alcanzar un dinámico crecimiento ``con rostro humano''.
México, concluyó Zedillo ante aplausos a prácticamente cada párrafo de su discurso, se extiende más allá de sus fronteras, puesto que los migrantes mexicanos son una parte importante de la nación.