La Jornada 24 de julio de 1997

Firmaron México y UE los textos para negociar un acuerdo político-comercial

David Aponte y agencias Ť Los representantes de México y la Unión Europea (UE) rubricaron ayer en Bruselas los textos que servirán para negociar un acuerdo económico, comercial y de cooperación política entre ambas partes.

El embajador mexicano ante la UE, Manuel Armendáriz, y el director general de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Enrico Cioffi, signaron el texto del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación y del Acuerdo Interino sobre Comercio y Aspectos Relacionados con Servicios.

En conversación con periodistas, el director en jefe de Asuntos Económicos Multilaterales de la cancillería mexicana, Marco Provencio, manifestó que la rúbrica permitirá negociar un amplio convenio comercial con los 15 países europeos, y no ``sólo un acuerdo de cartón''.

A partir de este momento, la diplomacia mexicana comenzará una etapa de cabildeo entre los 15 parlamentos europeos para promover la aprobación legislativa del instrumento, que permitirá empezar las negociaciones comerciales en 1998, indicó.

``El proceso ha sido lento y complicado. De aquí en adelante viene la negociación y, como en la bicicleta, hay que seguir pedaleando para que no se caiga'', expresó.

Provencio comentó que la negociación del acuerdo comercial podría llevar entre uno y dos años, tiempo que permitiría la aprobación de los 15 parlamentos de las naciones europeas. Por ahora, la parte mexicana no ha determinado cuándo enviará el instrumento al Senado para el trámite legislativo, agregó.

El acuerdo interino proporciona la posibilidad de comenzar a negociar los términos concretos de la liberalización comercial. Pero los trámites de firma y ratificación no harán posible la apertura de las negociaciones antes de mediados del año próximo, según fuentes comunitarias.

Dentro del acuerdo rubricado, los negociadores asumieron el compromiso de que México y la UE disfruten de un recorte mutuo de barreras arancelarias y no arancelarias. Según Armendáriz, el acuerdo es el testimonio de la voluntad política de ambas partes de establecer relaciones ``privilegiadas'', debido a que asegura la negociación simultánea de la liberalización de bienes, servicios, capitales, mercados públicos, competencia, y sienta las bases de la cooperación y una concertación política.

El acuerdo requiere del dictamen del Parlamento Europeo, que según fuentes de ese órgano, puede producirse a finales de este año. La negociación propiamente dicha de la liberalización progresiva y recíproca podrá iniciarla la Comisión Europea, hasta contar con las directivas del Consejo de Ministros y hasta que se fije la fecha y el nivel del comienzo del desgravamen.

Hasta finales de este año, México gozará del SPG (sistema de preferencias generalizadas) en virtud del cual puede exportar a los mercados comunitarios cantidades de productos con reducciones o sin derechos de aduana. En este contexto, la parte mexicana pide que la desgravación parta de este arancel preferencial.

Para México, agregó Armendáriz, el mercado de la UE es terreno a conquistar, puesto que sólo 30 por ciento de las exportaciones mexicanas a los mercados comunitarios implica la tarifa arancelaria de la UE. De ahí el interés de México de conseguir mejores condiciones de acceso.

Las negociaciones del acuerdo rubricado, añadió el diplomático mexicano, mostraron las grandes dificultades en la conciliación de intereses de los 15 países de la UE y de México.

Además, desde el punto de vista político, la cláusula democrática, que sustenta los acuerdos de la UE con países terceros en el respeto de los derechos democráticos y del hombre, México quiso completarla con los principios de la Constitución mexicana, entre ellos la no injerencia, la autodeterminación y la resolución pacífica de los conflictos.