La Jornada 24 de julio de 1997

ENCUENTRO DE PROSTITUTAS EN LA MERCED

Alberto Nájar y Miriam Posada Ť En la capilla de La Soledad, donde velan a sus compañeras asesinadas o que fallecen víctimas del sida, 80 sexoservidoras de cuatro entidades se reunieron ayer para compartir el sufrir cotidiano que les es común, desahogar el mismo sentimiento de impotencia ante las razzias, vejaciones y la discriminación que padecen, pero también para proclamar por primera vez una carta de sus derechos humanos.

En el corazón de La Merced, las participantes en el Primer encuentro de trabajadoras sexuales independientes de la Coordinadora de Mujeres Sor Juana Inés de la Cruz no se quedaron calladas: nosotras --expresó una representante de Irapuato, Guanajuato, ``también podemos hablar de democracia; valemos mucho y no estamos dispuestas a que la sociedad y las autoridades nos sigan pisoteando''.

Reclamaron un trato digno ``y que no se nos niegue el derecho a una vivienda o a una despensa cuando se enteran que somos prostitutas'', afirmó una mujer de Pachuca, Hidalgo. ``Que nos den las mismas oportunidades que a los demás, porque consideran que no somos humanos'', dijo.

Y es que las sexoservidoras son, recordaron ayer, mujeres de carne y hueso que además de oficio comparten problemas similares, como ocurre en León, Guanajuato, donde las autoridades panistas obligan a comprar cada semana una tarjeta de control sanitario que cuesta 60 pesos, y por la cual las trabajadoras sexuales se libran de revisiones médicas o controles de enfermedades, como el sida.

O en Querétaro, donde hasta hace poco la policía municipal efectuaba razzias semanales y a las detenidas les cortaban el cabello y las marcaban con pintura amarilla. Esta práctica terminó cuando las mujeres se organizaron en la asociación civil Mujer Libertad, aunque, según la presidenta, Mónica Mendoza, ``con el nuevo gobierno no sabemos cómo nos vaya a ir, porque los panistas son muy espantados''. Por lo pronto, desde ahora empiezan a sufrir las consecuencias de la derrota priísta: la coordinación estatal de salud canceló un convenio para cobrar la mitad en los gastos médicos de las sexoservidoras, pues René Martínez Gutiérrez, funcionario responsable, ``nos dijo que no tenía caso porque ya se iban a ir del gobierno''.

El Primer encuentro de trabajadoras sexuales independientes resultó ``un buen ejercicio'' de autogestión, definió Jaime Montejo, integrante de la Brigada Callejera, porque todos los documentos y propuestas fueron iniciativas de las participantes, que llegaron de Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y ciudad de México.

Entre los resultados destaca la Carta Regional de los Derechos Humanos de las Mujeres Sexoservidoras, que de entrada define al trabajo sexual como ``una actividad que se efectúa para ganarse el sustento, donde nuestro cuerpo es la herramienta de trabajo''. Muchas mujeres ``quisiéramos dejar este oficio, pero no ganaríamos lo mismo''.

La Carta Regional pretende ser ``una guía sobre los derechos y garantías que nos protegen, por el solo hecho de ser mujeres'', y por lo tanto ``las trabajadoras del sexo no debemos ser tratadas como esclavas, ni ser vendidas, extorsionadas, explotadas por terceras personas'', ni tampoco ``ser torturadas, golpeadas o humilladas por la actividad que realizamos''.

Se les apoyará cuando lo soliciten: Peñaloza

Por su parte, el presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal (ARDF), Pedro Peñaloza, señaló que aguardará a que las sexoservidoras de La Merced le hagan llegar la petición formal para gestionar una reunión con autoridades policiacas del agrupamiento Transformación 2000 y del sector 17 Centro Histórico.

Peñaloza dijo que tuvo conocimiento de la problemática por la que atraviesan las sexoservidoras a través de los medios de comunicación, ``pero hasta el momento no he tenido ningún acercamiento con ellas''.

Lo importante de ese caso, dijo, es que tendrán el apoyo de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal en cuanto lo soliciten, porque la represión policiaca es un problema que siempre han padecido estas mujeres, aunque hasta hace algunos meses aún había quienes tenían temor a reconocerlo y denunciarlo.

Para la Comisión de Seguridad ``es importante que aquellas mujeres que son víctimas de la violencia policiaca lo denuncien'', y aseguró que gestionará la reunión que soliciten con los jefes policiacos a los que ellas señalan como responsables de abusos, omisiones y encubrimiento.