La Jornada 23 de julio de 1997

Sería injusto esperar del nuevo gobierno milagros en seguridad pública: CDHDF

Raúl Llanos Samaniego Ť El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis de la Barreda, Solórzano, consideró que ``seríamos muy injustos'' con el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas si esperamos que sucedan milagros en materia de seguridad pública e impartición de justicia, ya que eso ``nos llevaría a la frustración''.

En entrevista con La Jornada, el ombudsman capitalino afirmó que se han acumulado muchos vicios, inercias e intereses en el sistema de justicia, por lo que ``no será nada fácil'' revertir en tres años la situación que vive la capital. Se requerirá una actitud firme pero respetuosa de la ley, ya que los grupos que se oponen al cambio ``difícilmente se resignarán con la guardia baja''.

Señaló que ``sería un gran logro que por lo menos se sentaran las bases para una mejor seguridad pública y para una mejor procuración de justicia'', siempre y cuando ``se tomen las medidas adecuadas y si los vientos del azar, que cuentan mucho, son favorables'', remarcó.

De la Barreda expresó que la seguridad pública es uno de los derechos humanos más importantes porque tiene que ver con el derecho de disfrutar y de gozar de tranquilidad en nuestra casa, trabajo, paseos, trayectos, en los encuentros con las amistades. Pero cuando el número de delitos es excesivamente alto, cuando 90 por ciento de los ilícitos queda sin castigarse, ``pues ese derecho humano tan fundamental queda seriamente vulnerado y es lo que estamos viendo en nuestra ciudad''.

Durante la entrevista, realizada en sus oficinas de avenida Chapultepec, el titular de la CDHDF manifestó que hoy ``tenemos un Ministerio Público y un cuerpo policiaco impreparado ante una delincuencia que ha proliferado y que se ha organizado bien. Este renglón de la seguridad pública la fuimos dejando siempre pendiente, siempre para después''.

El ombudsman planteó cinco medidas para revertir esa situación: una verdadera carrera policiaca, que los policías preventivos tengan condiciones laborales similares a los de la Policía Judicial del Distrito Federal, estudios serios acerca de las zonas que requieren mayor vigilancia policiaca, análisis de las bandas delictivas que permitan su desmembramiento y por último, tener un registro nacional que permita hacer un seguimiento de los policías que salen o son dados de baja de las corporaciones.

Ni varitas mágicas ni milagros

En su opinión, estas medidas no son un catálogo exhaustivo y sí mínimas para empezar a cambiar las cosas, ``y entiendo que no cambiarán de la noche a la mañana ni será como varita mágica, que nos acostemos un viernes con inseguridad pública y despertemos el sábado sin ella''.

Seguro en sus comentarios, manifestó que ``los milagros no existen en la vida política ni en la procuración de justicia'', por eso no se pueden esperar del gobierno de Cárdenas.

Insistió en que ``no habrá fórmulas milagrosas'' para atender el problema de la seguridad pública; lo que deberá predominar ahí es trabajo, 90 por ciento, y un 10 de talento; por ello, si el gobierno entrante lograr sentar las bases para que se vayan resolviendo esos problemas, sería un gran avance.

--¿Tres años serán suficientes?

--No. He dicho que tres años serán apenas el periodo en el que se podrán empezar a dar los primeros pasos y sentar las bases para mejorar esos problemas.

Agregó que las medidas inmediatas que podrá llevar a cabo el nuevo gobierno son la instauración de la carrera policial, que haya control sobre los Ministerios Públicos para que las averiguaciones previas no tarden años en integrarse, y en el caso de los reclusorios capitalinos, terminar con los privilegios y lujos que tienen los internos con dinero.

Sobre las prestaciones laborales de los policías, consideró que deberán ser las mimas que las de los agentes judiciales, incluido el salario, ``eso no implica que tengan sueldos similares a los de la Scotland Yard, pero sí a los de la Policía Judicial capitalina''