Ofrece el Presidente ``acelerar'' la titulación de tierras y concluir el rezago agrario
Rosa Elvira Vargas y Angélica Enciso Ť El presidente Ernesto Zedillo aseguró ayer que en esta administración se fortalecerá la seguridad jurídica en la tenencia de la tierra y afirmó que este año concluirá el rezago agrario para certificar los derechos de todos los ejidos y comunidades que así lo decidan.
Al clausurar la 14 asamblea general ordinaria del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), el Presidente agregó que el gobierno federal tiene una estrategida integral de desarrollo rural para eliminar las causas de inseguridad, descapitalización, ignorancia y pobreza que provocan atraso en el campo.
Por su parte, el dirigente del CNA, Miguel Castro Sánchez, dijo ante el presidente Zedillo que diversos sectores han evaluado ``parcialmente'' el ``éxito'' de la reforma del artículo 27 constitucional. ``La intención es desacreditar la reforma y para ello señalan que el único beneficiario ha sido el sector privado'', sostuvo.
Sin embargo, agregó, el ``verdadero beneficiario'' con esta reforma es el sector social, ``pues, de tener la tierra prestada, hoy se le entrega en propiedad y en pleno derecho, convirtiéndose así en un bien patrimonial de más de dos millones de familias''.
Ante ello, dijo, es urgente acelerar la titulación de la propiedad, con lo que dejará de ser ``objeto de manipulación política''.
A continuación, el texto íntegro del discurso del presidente Ernesto Zedillo.
Amigo Miguel Castro Sánchez, presidente del Consejo Nacional Agropecuario;
Amigos dirigentes empresariales;
Amigas y amigos dirigentes de otras organizaciones de productores del campo, también muy importantes;
Amigos agricultores, ganaderos, agroindustriales;
Señoras y señores:
Me da mucho gusto recibirlos con motivo de la clausura de la decimocuarta asamblea general ordinaria de este Consejo Nacional Agropecuario.
Felicito a Miguel Castro Sánchez y a todos aquellos que, junto con él, están promoviendo con responsabilidad y patriotismo los intereses de los productores agropecuarios de México.
Al lado de ustedes, al lado de todos los productores, el gobierno de la República se esfuerza para lograr el cambio de fondo que necesita el campo mexicano. Como ustedes, con ustedes, queremos convertir al sector rural en uno de los ejes más firmes del desarrollo integral de México. Seguiremos trabajando con las organizaciones de productores para que el campo sea el lugar de oportunidades y de justicia, para que el campo sea más productivo y así sus habitantes vivan dignamente a partir de su propio esfuerzo.
Para eso hemos puesto en marcha la Alianza para el Campo. Con ella estamos llevando programas productivos a los productores que más lo necesitan en todo el país; con ella estamos impulsando la inversión en tecnología, la inversión en mecanización, en infraestructura y en equipamiento; estamos mejorando la calidad genética de los cultivos y de los hatos ganaderos y estamos acelerando el combate a las plagas y enfermedades que más afectan su producción. Con la Alianza, en suma, estamos elevando producción y productividad para que los productores reciban mejores ingresos por su trabajo y puedan elevar las condiciones de vida de sus familias.
Los resultados que ya estamos obteniendo con la Alianza están generando una plataforma mucho más atractiva para la inversión privada.
Además de los programas de la Alianza, apoyamos a los productores con el Procampo para mantener la competitividad agropecuaria del país, a pesar de ciertas desventajas naturales.
Otro apoyo importante es el que se está otorgando a los productores para compensar de alguna manera la reciente caída de los precios internacionales de granos básicos.
Por otra parte, seguimos avanzando en la ampliación de la infraestructura hidráulica y vamos a intensificar este trabajo, especialmente a nivel parcelario.
Para fortalecer la infraestructura caminera en el campo, aprovecharemos el fondo recientemente creado con recursos provenientes de las privatizaciones a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, para complementar de manera importante los recursos presupuestales que ya se destinan a los caminos rurales.
El apoyo integral del gobierno de la República para el campo se expresa en los recursos por 17 mil millones de pesos con que estamos respaldando este año la producción, la capitalización y la comercialización en el sector rural. Este es el gasto sectorial de la Secretaría de Agricultura y de la Comisión Nacional del Agua.
Adicionalmente, el financiamiento disponible para los productores del campo alcanza este año 57 mil millones de pesos, 30 por ciento más que en 1996.
Si añadimos los apoyos para impulsar el bienestar social en el campo, el sector rural es el que recibe en relación con su propio producto interno bruto los mayores apoyos entre todos los sectores de la economía mexicana. Gracias a estos apoyos, pero sobre todo, gracias al trabajo de los productores, estamos obteniendo buenos resultados en la producción de granos y oleaginosas, de azúcar, de café, de leche y otros productos agropecuarios.
En 1996 la producción de granos básicos y de caña de azúcar fue la más alta de la historia. La de café se incrementó 30 por ciento, la de hortalizas y forrajes creció cinco por ciento; asimismo, fueron producidos 553 mil litros diarios más de leche en promedio y se elevó la producción de pollo y huevo.
Con el apoyo seguro de las instituciones la producción agrícola del ciclo otoño-invierno 96-97, calculamos que será 18 por ciento más alta que la del mismo ciclo 95-96 y 26 por ciento superior a la del año anterior, es decir, el ciclo correspondiente a 94-95.
Tenemos razones muy fundadas para mantener la previsión de una nueva producción récord de granos y oleaginosas para todo el año. Sobre la base de una política de apoyos transparentes y directos de los programas de la Alianza con un mayor financiamiento y con compromisos firmes de las organizaciones de productores, nos hemos propuesto metas claras, muy claras para los próximos años.
Así, los agricultores se comprometieron a elevar a 37 millones de toneladas su producción de granos para el año 2000.
De igual modo, los ganaderos y avicultores del país han asumido el compromiso de aumentar la producción de carne, de aquí al año 2000, en cerca de un millón de toneladas.
Por su parte, los productores de leche se han comprometido a elevar su producción en más de seis millones de litros diarios para el mismo año.
Lo que los productores agropecuarios de todo el país nos están diciendo con esos compromisos es que el campo sí tiene salida.
Nos están diciendo que el campo tiene una salida productiva y tiene una salida para el bienestar social de sus habitantes.
Se trata de metas ambiciosas, pero ahora tenemos bases ciertas para saber que trabajando unidos las vamos a lograr. En ello está siendo esencial la participación del centenar de organizaciones y empresas agrupadas en este Consejo.
Con esa participación, el renovado crecimiento de la agricultura y la ganadería nos está permitiendo disminuir las importaciones de productos del campo y elevar las exportaciones de este sector.
Para este año las expectativas de producción y el comportamiento del comercio exterior agropecuario nos permiten prever que la balanza comercial del sector cierre con superávit.
En los cinco primeros meses de este año tuvimos un superávit en la balanza comercial agropecuaria de 422 millones de dólares. Ello se debe en buena medida a que nuestras importaciones de maíz disminuyeron 73 por ciento en ese lapso; las de oleaginosas 28 por ciento, y 20 por ciento las de trigo.
En el primer trimestre las importaciones de leche en polvo disminuyeron 58 por ciento.
Con unidad, con responsabilidad, con un trato justo y hablando siempre con la verdad, estamos acercándonos a los objetivos que nos propusimos en la Alianza para el Campo.
La producción está comenzando a crecer a un ritmo superior al incremento de la población, y como dije: está mejorando nuestra balanza comercial en este sector.
Nos falta mucho por hacer, pero los hechos nos dicen que vamos en el camino correcto, que vamos avanzando con toda certidumbre.
El trabajo conjunto de los productores y las instituciones está dando resultados.
Con la confianza que esto nos da vamos a perseverar para lograr nuestro objetivo de vida digna y de justicia para todos los que trabajan en el campo.
Un elemento de gran importancia para obtener nuestros objetivos comunes en el campo es la seguridad. Por eso estamos, como nunca, fortaleciendo la seguridad jurídica en la tenencia de la tierra.
Como lo señaló Miguel, el nuevo marco jurídico garantiza la certidumbre que el campo necesita para trabajar mejor. Vamos a mantener y a fortalecer esa certidumbre.
Cumpliremos nuestra palabra de concluir este mismo año el rezago agrario y de certificar los derechos de todos los ejidos y comunidades que así lo decidan antes de que termine esta administración federal.
Sobre esta base seguiremos promoviendo las diversas formas de asociación que permite la ley, con las que se están abriendo nuevos espacios para la inversión y el espíritu empresarial en el campo.
Señoras y señores:
Tenemos una estretegia integral para el desarrollo fural. Estamos eliminando las causas de inseguridad, descapitalización, ignorancia y pobreza que provocan el atraso. Lo estamos haciendo de manera gradual, pero con metas claras y programas que ya han comenzado a probar su eficacia.
Me da mucho gusto escuchar que ustedes coinciden con la orientación de nuestra política hacia un desarrollo sustentable en el campo para preservar los recursos naturales, que son el soporte de la productividad y la competitividad agropecuaria.
Como ustedes, queremos un desarrollo justo, un desarrollo donde la economía tenga un verdadero rostro humano. Este es el compromiso social con el que estamos promoviendo una economia de mercado eficiente, como la que ustedes también impulsan.
Con este mismo ánimo, promovemos al mismo tiempo el desarrollo económico y el desarrollo político; un desarrollo que permita a los mexicanos tomar el futuro en sus manos, que sirva para construir un México productivo, próspero, justo y democrático. Tenemos las instituciones y el marco jurídico; tenemos la voluntad política, tenemos la participación activa de todos los productores, de los campesinos, de los inversionistas.
Quiero decirles que aprecio mucho el entusiasmo y la perseverancia de los productores que participan en este consejo.
Sé que su participación será esencial en el esfuerzo responsable y compartido para producir los alimentos suficientes y de calidad que requieren las mesas de las familias mexicanas.
Con esta seguridad, tengo la satisfacción, hoy martes 22 de julio de 1997, de declarar formalmente clausurados los trabajos de su 14 asamblea general ordinaria.
Que tengan buen provecho.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) elogió las políticas agrícolas de los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, y afirmó que los rezagos sociales y económicos que enfrentan los productores rurales deben esperar los resultados del ajuste establecido, que siempre lleva tiempo y además es doloroso porque de él surgen ganadores y perdedores.
En la presentación del libro Examen de las políticas agrícolas de México, de la OCDE, el director de Alimentación, Agricultura y Pesca de ese organismo, Gerard Viatte, destacó la congruencia del Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) comenzado en 1994 y la reciente Alianza para el Campo, con los principios agrícolas de su organización.
Invitado a la presentación, el subsecretario de Planeación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar), José Andrés Casco, aprobó esta coherencia de las políticas de su administración con ``el pensamiento y la filosofía económica y social de la OCDE, que acercan a México al grupo de países de vanguardia en materia macroeconómica y agrícola'', manifestó.
El éxito de las políticas --concluye el libro-- está en la sustitución de los subsidios que generan distorsiones en los precios de mercado, por el apoyo directo a los productores, con el fin de que mejoren su ingreso, su productividad y puedan capitalizarse. En México este tipo de asistencia alcanza ahora 40 por ciento del total destinado al sector, mientras en los demás países el promedio es de 26 por ciento.
En relación a las dificultades que hoy enfrentan los productores rurales y que amenazan la supervivencia de sus establecimientos, el jefe de la División de Estudios Nacionales y Medio Ambiente de la OCDE, Wilfrid Legg, dijo que los resultados de los ajustes de política agrícola como el practicado en México demoran cierto tiempo en observarse, y que la extensión de esta etapa varía de acuerdo con las condiciones sociales y políticas de cada país.
En defensa del Procampo y la Alianza para el Campo sugirió que de haberse mantenido el esquema anterior de subsidios, la situación del agro quizás sería peor que la actual, y añadió: ``el ajuste siempre es doloroso, hay perdedores y ganadores''.
Pese a su acuerdo con las políticas agrícolas mexicanas, el texto presentado reconoce las insuficiencias de estructura básica del sector, la falta de redes de comercialización eficaces, el escaso desarrollo de la investigación, la capacitación y los servicios de extensión, cuyas consecuencias impiden el desarrollo de los productores rurales.
Aconseja a México continuar con su política en materia agrícola, aunque también recomienda mejorar su enfoque para incrementar la productividad del sector, acentuar el ajuste estructural, así como observar la protección al medio ambiente y aumentar las oportunidades de empleo.