La Jornada 22 de julio de 1997

1 millón 200 mil niños, en desnutrición severa

Angeles Cruz y Matilde Pérez Ť Dos décadas de programas y políticas asistenciales para el campo no han logrado abatir la desnutrición que afecta a más de la mitad de la población menor de cinco años en zonas rurales, revela la Encuesta Nacional de Alimentación y Nutrición en el Medio Rural 1996, hecha pública ayer en una ceremonia en la que estuvieron ausentes los titulares de las dependencias responsables de su elaboración.

Las cifras dadas a conocer en este último estudio no difieren de las tres encuestas anteriores. Los focos rojos siguen encendidos; 20 por ciento de los niños campesinos de ese grupo de edad padecen desnutrición severa.

Prácticamente no ha variado el panorama del hambre infantil desde que en 1974 se iniciaron estas encuestas. En las zonas rurales los índices de desnutrición no se han abatido. A escala nacional, lo más que se ha logrado es impedir que el grupo de niños desnutridos rebase 30 por ciento de la población.

Los datos: 800 mil niños de ese grupo de edad siguen mostrando severa desnutrición, mientras un millón 200 mil pequeños padecen ``leve deficiencia nutricional''.

Ningún programa asistencial, local o federal, ha impactado en la población rural. La situación más dramática se vive en los estados de Guerrero, Puebla, Yucatán, Oaxaca y Chiapas.

Otra revelación es que la franja que recibe beneficios de los distintos programas de ayuda gubernamental es insignificante. Por ejemplo, la distribución gratuita de tortilla sólo beneficia al 1 por ciento del grupo rural compuesto por unas 21 mil 760 familias que viven en comunidades hasta de 2 mil 500 habitantes y que representan el segmento de mayor pobreza en los cuadros del Instituto Nacional de Geografía y Estadística.

Los resultados de la Enal 96, levantada en 855 localidades ubicadas en 649 municipios y que son aplicables a 372 regiones en las que el INN dividió al país, establecen que únicamente 115 mil 332 familias pueden adquirir leche subsidiada (5.3 por ciento); 200 mil 198 reciben desayunos escolares (9.2 por ciento); y 265 mil 481 acceden a las despensas familiares, (12.2 por ciento).

En estas zonas, viven poco más de 13 millones de personas, es decir unas dos millones 176 mil 76 familias. La desnutrición en el medio rural afecta a 55.9 por ciento de los niños menores de cinco años según talla y edad; y de acuerdo con el peso este fenómeno abarca a 42.7 por ciento.

A pesar de la trascendencia de la información contenida en la Enal 96, que ayer fue presentada en el auditorio del INN, no acudieron los secretarios de Salud, Desarrollo Social, ni los directores del DIF y del Instituto Nacional Indigenista (INI).

``Las tendencias son claras, en los últimos 22 años no se han presentado cambios en los niveles de desnutrición en el medio rural'', resaltó Abelardo Avila Curiel, uno de los autores de la Enal 96. Se mostró optimista porque a nivel nacional ya no se encontraron zonas con una prevalencia de más de 30 por ciento de desnutridos, aunque lamentó que los estados con mayor población indígena sigan mostrando los mayores niveles de desnutrición, que llegan a 60 por ciento.

En los estados de Guerrero, Yucatán, Puebla, Oaxaca y Chiapas, la desnutrición moderada y severa afecta a más de 20 por ciento de la población menor de cinco años en la relación peso-edad; de acuerdo con talla y edad, el indicador se eleva a 33.8 por ciento en los mismos estados y se agregan Campeche y Quintana Roo.

``Falta un esfuerzo colectivo para abatir la desnutrición y pagar la deuda social que México tiene con los niños'', sostuvo Avila Curiel. Por su parte, Adolfo Chávez, autor de la Enal 96 y jefe del departamento de Educación Nutricional del INN, destacó que a la democracia electoral le tiene que seguir una adecuada nutrición desde la infancia para llegar a la democracia participativa donde ya no habrá débiles pero tampoco poderosos''.

No más de 3 pesos diarios, el gasto familiar de alimentación en ocho estados

El gasto familiar para la alimentación no rebasa los tres pesos diarios en Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán, mientras que en las dos Baja Californias es de 10 pesos diarios. Una de cada tres familias gasta menos de 20 pesos semanales en alimentos por miembro y tres de cada cuatro, menos de 40 pesos.

Respecto al consumo familiar de alimentos, el per cápita de frijol es de apenas 54 gramos, particularmente entre los habitantes de Zacatecas, Nayarit, Aguascalientes y Durango; de leche es de 125 mililitros -en Puebla, Yucatán y Chiapas, más de 50 por ciento de las familias no tienen acceso a este producto-; en huevo es de 43 gramos. El maíz sigue como el alimento de mayor demanda, ya que cada individuo ingiere 246.6 gramos y el trigo es de apenas 41.8 gramos, pero en estados como Morelos, Tlaxcala y Guerrero es menor a 30 gramos.

En el país, las verduras más consumidas son jitomate, chile y cebolla; las frutas llegan sólo a 30 por ciento de la población.

De las viviendas rurales, 36.7 por ciento siguen con piso de tierra y más de 50 por ciento mantienen dichas características en los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Yucatán. El sur del país presenta las peores condiciones de habitación, explicó Teresa Shamah Levy, coautora de la Enal 96.

Agregó que en dos tercios de las viviendas duermen tres o más personas por habitación y que en una de cada cuatro se cobijan más de cinco personas por dormitorio. Un alto hacinamiento se encontró en Yucatán, Chiapas, Puebla y Oaxaca.

Tras subrayar que hay una clara tendencia en la reducción de la fecundidad, Shamah Levy indicó que hay un bajo nivel educativo y alto grado de analfabetismo entre los jefes de familia del medio rural. No terminó la primaria 67.6 por ciento; 38 por ciento no asistió a la escuela y 17 por ciento admitió ser analfabeta. La situación fue más grave en Guerrero, Chiapas, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Yucatán.

A nivel nacional, sólo 21 por ciento de los padres y madres de familia concluyeron la primaria; 6.7 la secundaria y menos de 3 por ciento alcanzó un nivel superior al de bachiller. El menor nivel de analfabetismo se observó en Durango, Chihuahua, Zacatecas, Aguascalientes, Baja California Sur, Nuevo León y Sonora.

A la luz de estos resultados, Adolfo Chávez -quien durante 40 años fue subdirector de Nutrición de la Comunidad en el INN- destacó que con ellos las autoridades podrán definir qué es lo que necesitan los mal nutridos para mejorar, sobre todo ahora que existe la orden gubernamental de que los subsidios se cambien de generalizados a directos.

La Enal 96 fue realizada bajo el auspicio del INN y con el apoyo de las Secretarías de Desarrollo Social, Salud, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el IMSS, el Instituto Nacional Indigenista, gobiernos de los estados y Unicef.