La Jornada 19 de julio de 1997

El presidente admite la falta de resultados en la indagación del asunto

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires,18 de julio Ť Nunca como hasta hoy el gobierno de Carlos Menem se vio sometido a la más severa acusación pública que se haya dado, en presencia de ministros de su gabinete, abucheados e insultados por una multitud, cuando esta mañana la esposa de una de las víctimas del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), hace tres años, acusó al Ejecutivo de amparar a los asesinos.

Menem afirmó que el atentado contra la mutual es un crimen que no puede quedar impune por lo cual se está trabajando para llegar a la verdad, y reconoció la insatisfacción de la sociedad por la falta de resultados en la investigación del atentado.

``Yo acuso al gobierno de Menem y de Eduardo Duhalde (gobernador de la provincia de Buenos Aires) de consentir la impunidad, la indiferencia de los que saben y callan, de consentir la inseguridad, la impericia y la ineptitud. Yo acuso al gobierno de Menem y Duhalde de encubrir la conexión local que sirvió para asesinar a nuestras familias'', dijo Laura Ginsberg.

Habló en nombre de las familias de la víctimas de la explosión que destruyó el 18 de julio de 1994 el edificio de la AMIA, con un saldo de 86 muertos, más de 300 heridos y destrucción en la zona.

La multitud exigió al grito de ``asesinos'', ``corruptos'' o ``hijos de puta'' que se retiraran del acto los ministros que asistieron encabezados por el titular de Interior, Carlos Corach.

Indignada, Ginsberg acusó también al gobierno de todos los ``crímenes y atentados cometidos y por ocurrir bajo el denominador común de la impunidad'', y denunció las amenazas telefónicas y directas contra familiares de las víctimas.

Corach fue el más abucheado e insultado, ya que se le atribuye fuerte responsabilidad en la obstaculización de la investigación y se le señala como uno de los ``monjes negros del poder y la guerra sucia''.

Los hombres del gobierno permanecían en un palco mientras que invitados especiales y dirigentes opositores estaban en otros frente a la reconstruida AMIA.

Total impunidad

También sigue sin esclarecerse el atentado que destruyó la embajada de Israel en Buenos Aires y otros edificios vecinos, entre ellos un hogar de ancianos en 1992, que dejó más de 30 muertos y cientos de heridos. Al comenzar el acto fueron nombradas todas las víctimas, mientras los asistentes decían ``presente''.

Rubén Berajas, banquero y dirigente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, fue duramente cuestionado, ya que la comunidad judía lo vincula en negocios con el gobierno, lo cual favorecería la inoperancia oficial.

Aunque Berajas pidió justicia y criticó al gobierno, la multitud le pedía que diera los nombres de quienes obstaculizaban la causa, tal como lo había anunciado hace días.

Pero en la tarde el mismo Berajas se reunió con Corach y ofreció disculpas por los ``exabruptos'' antigubernamentales.

Hoy, las 86 fotos de las víctimas ocuparon la portada del matutino Página 12, mientras la carpa de la dignidad, donde ayunan los maestros en su día número 106 exhibía una manta negra y muchas casas mostraban crespones de luto, cientos de jóvenes realizaron una vigilia anoche ante la sede de la AMIA y una espectacular marcha de antorchas.

Todos los medios destacan las irregularidades en el juicio de la AMIA, que tiene ya 70 mil fojas.

Entre otros datos, desaparecieron de la propia oficina del magistrado Juan José Galeano --que lleva la causa-- la agenda electrónica del primer detenido, el informante policial Carlos Teleldín, 66 casetes con escuchas telefónicas y expedientes, y hubo amenazas de todo tipo cuando se detuvo a cuatro altos jefes policiales imputados y a otros 12 procesados.

El abogado Mariano Cuneo Libarona, ligado cercano al gobierno de Menem, entregó recientemente un video robado de la caja del juez al policía Juan José Ribelli, detenido, quien intentó chantajear al juez.

Cuneo Libarona fue liberado con diversos ardides judiciales.

Se han perdido pruebas y expedientes. A estos obstáculos se une la ``ideologización'' de la causa, ya que tanto Israel como Estados Unidos insisten en acusar a Irán como autor intelectual, sin presentar más pruebas que ``coincidencias de probabilidades''.

Después del atentado, Galeano viajó a Venezuela a entrevistar con un supuesto arrepentido iraní, Manoucher Moatammer, quien terminó siendo un informante pagado de la CIA estadunidense.

La Corte Suprema de Justicia está en la mira, pero el pedido de los diplomáticos israelíes para separarla de la causa AMIA aparece como ``injerencia'', ya que hay una pared legal al estar involucradas embajadas y diplomáticos.

La Corte Suprema sostiene una posible tesis de implosión (voladura desde adentro), en el caso de la embajada. La presión estadunidense se acentuó y ahora se habla de posibles testigos del FBI, lo cual tampoco ayuda a una solución ecuánime.

Siempre rondando en el tema de la impunidad, el ex capitán de la marina Adolfo Scilingo, quien denunció la existencia de los llamados ``vuelos de la muerte'' cuando se arrojaron detenidos al mar durante la última dictadura militar, comenzó una querella contra Menem y altos jefes militares en retiro y actividad, como había anunciado en reciente entrevista con La Jornada.

Scilingo sostiene que el ex contralmirante Emilio Massera, uno de los principales responsables de la dictadura militar, tiene listas, y que deben presentarse a declarar unos 80 oficiales, especialmente en el caso de niños nacidos en cautiverio y robados a sus madres.

Asimismo, sostiene que el presidente Menem conoce esta situación y, por lo tanto, todos deberán aclarar ante un juez por supuesto ocultamiento de pruebas.