Suena el teléfono y contesto y es el tonto del pueblo. Ha dejado ocho mensajes en la grabadora. Y lo oigo decir y me oigo...

--¿Sabes por qué el Popo es el volcán más limpio del mundo?

--No.

--Porque, a veces, primero echa ceniza y, después, lava...

--¿Hablaste con Carmen?

--No.

--¿Vas a hablar hoy?

--No.

--¿Mañana?

--No.

--¿Pasado?

--No.

--¿Cuándo, pues?

--Es que estás loco, maestro --me oigo reconviniéndolo--. No tienes cartilla, no tienes pasaporte, debes de andar con orden de aprehensión...

--Yaaa, ni que fuera Paty Chapoy.

CRONICA DE LA GLOBALIDAD (FIN). Cuando supe que el tonto del pueblo estaba a salvo, era, apenas, el martes 8 de julio (Scherer), dos días después de las elecciones. Tres días antes, al atardecer de la víspera, yo había tenido bastantes problemas para salir de la CPT, o Cárcel Pública de Tecamacharco, de donde el héroe de esta plana acababa de escaparse en aerostato. Creo --diría Francisco Umbral-- que ya he contado eso (La Jornada, 28/06/97).

Con el condón más grande del mundo --``The World's Biggest Condom'' (tengo aquí la envoltura), fabricado en 1990 por ``MLF Enterprises'', firma que preside ``E. Normous Peter'', y que tuvo la gentileza de advertir al reverso del sobre: ``Not to be used for the prevention of conception or disease. Not to be used as a substitute for a condom'' (No se use para evitar embarazo o infección. No se use como sustituto de condón), ``teléfono (310) 454-0188'' de quién sabe dónde--, el tonto del pueblo había estado construyendo secretamente un globo para volar.

Y precisamente para volarlo, había reclutado a un vago de la cárcel (hoy también prófugo), cuyo nombre nunca supe, que purgaba una condena por calumnias y difamación, y que se ganaba la vida tragando fuego y recogiendo en los patios monedas a cambio, tal vez para castigarse por haber con la boca enlodado a alguien. Si añadimos que lloraba con frecuencia y soplaba como un alicio, concluiremos que el tipo reunía en sí los cuatro elementos originales: agua (por las lágrimas), tierra (por el lodo que echaba a los demás), aire (por la fuerza de cada soplo) y fuego (por las llamaradas que exhalaba con una botella de gasolina en una mano y una tea encendida en la otra, alquilando a la caridad pública un mecanismo que el tonto del pueblo aprovechó para inflar el inmenso condón, atarlo a una canasta básica y elevarse sobre el muro del presidio hasta convertirse, literalmente, en la viva encarnación de un punto de fuga).

No hablaré, en detalle, de Cucumela, observadora internacional del respeto a los derechos humanos, que accedió a disfrazarse de odalisca (para engañar a los guardias), participar en un supuesto acto de magia (minutos antes de la fuga), y prestar su bellísima cabellera (rizada y negra) para que el tonto del pueblo uniera el globo con la canasta básica y zarpara, una vez más, hacia lo imprevisto.

Sí, porque ya en el aire y elevándose, el tonto y el vago y la odalisca, los tres a una, advirtieron que el globo carecía de timón, y que estaban a merced del viento. Hoy, dos semanas después de aquella hazaña, el fugitivo reconoce con alivio:

--¡Suerte que la corriente nos atrajo al Distrito Federal! --y lo escucho silbar en el teléfono.

--¿Por qué tú?

--Imagínate que nos hubiera arrastrado al sureste.

--¿Por qué tú? --repito sin proponérmelo.

--Imagínate.

--A ver...

--En el Distrito Federal ganó Cárdenas --dice el tonto del pueblo--. En el sureste ganó Salinas.

--Lo importante --le digo, como toda la gente en estos días--, es que el PRI ya no tiene la mayoría absoluta en la Cámara: no alcanzó la mitad más uno.

--¿Cuántos diputados sacó?

--Según los datos del 14 de julio, 241.

--¿Y los demás?

--El PRD, 125; el PAN, 120; el Verde Ecologista 8, y el PT 6, que sumados dan 259, o la mitad más nueve.

--¿Y? La mitad más uno o la mitad más nueve no bastan para aprobar una reforma constitucional. Por ejemplo, para incorporar las leyes sobre derechos y cultura indígenas, no sirve tener la mayoría absoluta. La Constitución exige que se forme una ``mayoría calificada'', o sea, las dos terceras partes del Congreso: 366 votos como mínimo.

¿Qué significa esto para el futuro del diálogo en Chiapas?

Para que la próxima legislatura tome los acuerdos de San Andrés y los convierta en reforma constitucional, a partir de la iniciativa de ley redactada por la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), se requieren, por ejemplo, todos los votos del PRI (241) y todos los votos del PRD (125), pero aún siguen faltando al menos otros dos votos.

En cambio, los votos del PAN (120), del PRD (125), del PVEM (8) y del PT (6) no llegan a mayoría calificada porque no pasan de 259, en el mejor de los casos.

--Lo que sí se puede --me hace ver el tonto del pueblo en teoría, sólo en teoría-- es que los diputados del PRI (241), del PAN (120), del PVEM (8) y del PT (6), se alíen para formar una mayoría no sólo ``calificada'' sino comodísima, que sería capaz de reformarlo todo, de aprobarlo todo, de imponerlo todo, incluso leyes para decretar la ilegalidad del PRD, o justificar una nueva agresión contra los zapatistas.

En teoría, insisto, únicamente en teoría...

Porque en la práctica es pertinente preguntar: ¿a quién responden los diputados de cada fracción parlamentaria? ¿Los 241 del PRI son incondicionales de Zedillo? ¿O entre ellos hay quienes representan más bien los intereses del salinismo, como los 15 de Puebla, los 9 de Tabasco o los 10 de Chiapas?

¿Y en el Verde Ecologista? Marcelo Ebrard, por ejemplo, no es propiamente una pieza de Jorge González Torres, palero de la Secretaría de Gobernación, sino de Manuel Camacho, adversario de la Secretaría de Gobernación. Y, por otra parte, ¿bajo qué línea se orientarán los diputados del Partido del Trabajo, cuyos líderes, en otro tiempo, fichaban para el salinismo?

A primera vista, la próxima legislatura no podrá efectuar ninguna reforma sin el concurso del PRI, en el sentido que sea. Pero, hilando más fino, habrá que estar atentos para advertir cuál será la fuerza dominante en el PRI: la de Salinas --con los diputados de Manuel Bartlett (Puebla), Roberto Madrazo (Tabasco), Jorge Salomón Azar (Campeche), Víctor Cervera Pacheco (Yucatán), Patricio Chirinos (Veracruz), Otto Granados Roldán (Aguascalientes), Manlio Fabio Beltrones (Sonora) y los de Coahuila y Tamaulipas--, o la bancada leal a Zedillo, compuesta por los diputados de Emilio Chuayffet (estado de México), Diódoro Carrasco (Oaxaca), y algunos otros...

Hasta donde se puede apreciar, en el seno de estas dos claras tendencias, el grupo más numeroso está bajo el control de los gobernadores del sureste, entre los cuales, hoy por hoy, el que lleva la voz cantante es Bartlett, quien hace apenas dos días fue entrevistado por el diario oficial del salinismo, y tiró línea a sus adeptos: ``El PRI debe definirse ya'', dijo enfático (La Crónica de Hoy, 17/07/97).

El periódico que dirige Pablo Hiriart --y en el cual todos los días aparece una suerte de Rayuela, se dice, ``escrita, por Salinas desde Dublín'', que el propio jueves 17 ridiculizó el discurso de Zedillo a los priístas--, las reflexiones de Bartlett coinciden, en más de una forma, con las posiciones externadas por el semanario Siempre!, en su edición número 2299 del 10 de julio del 97, para cuyos editorialistas ``la clara y contundente derrota del PRI'' se debe, primero, ``a la innegable decisión del presidente Zedillo por impulsar el cambio a través de una reforma nunca antes permitida por los anteriores gobiernos priístas, (y) a una particular concepción de la democracia que con frecuencia se confunde con cierto desamor por el poder''.

Si esto parece un reproche a Zedillo, véase ``la cuarta causa del parteaguas'', que obedece, ``es evidente, a la situación en que se encuentra el PRI'', una ``organización olvidada en lo físico y en lo moral'', que ``sufre la paradoja de ser un partido que estando en el poder es despreciado desde el poder''. Y, agarradse antes de lo que viene: ``Un gabinete sin priístas --que paradójicamente llegó a la cúspide gracias a ese partido-- sentenció a muerte al Revolucionario Institucional cuando a través de la sana distancia lo condenó a la marginación y a la hambruna''.

Para los grupos salinistas que hablan a través de Siempre! (el de Carlos Hank González, notablemente, entre ellos), el PRI fue abandonado por Chuayffet y Zedillo, y ahora ``el gobierno federal no debe engañarse: En cualquier nación del mundo el resultado electoral es signo de rechazo o aprobación... En el caso mexicano, el PRI fue derrotado, lo que exige del régimen una revisión a fondo de sus políticas, de su estilo y de los hombres que componen el gabinete. La ciudadanía desaprobó la forma como se le gobierna, ya votó, ya dijo, y ahora el gobierno tiene la palabra. El 6 de julio las autoridades respetaron la democracia y hoy les toca enfrentar la verdad''.

En 1994, antes de las elecciones presidenciales, Roberto Hernández, accionista mayoritario de Banamex-Accival, predijo que si ganaba Cuauhtémoc Cárdenas, las tasas de interés subirían del 18 al 50 por ciento. La verdad histórica es que ganó Zedillo, quebró la Bolsa, el dólar se devaluó y las tasas volaron al 100 por ciento.

--Ahora --dice el tonto del pueblo--, en 1997, el triunfo de Cárdenas ha provocado que suba la Bolsa, bajen las tasas y suba el peso. Curioso, ¿verdad?

--Sí --le digo--, pero mientras los políticos de la vieja guardia luchan por la dirección del viejo partido, los nuevos banqueros no sólo se permiten el lujo de lanzar profecías terroristas, sino que gozan, como ningún otro grupo, de los beneficios del verdadero poder, el único que les importa. ¿Que Salinas de Gortari privatizó los bancos en forma ilegal? No es cierto, ha decretado la Suprema Corte de Justicia.

--Todo eso está muy bien --me ataja--, pero, ¿ya hablaste con Carmen?

--Así es --lo admito.

--¿Y entonces?

--Es un hecho.

--Pues anúncialo, maestro, anúncialo.

Corre promocional: a partir del próximo martes, con motivo del Festival Internacional de los Pueblos en Venecia, y del Segundo Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo en España, el tonto del pueblo llevará un cuaderno de viaje que se publicará de lunes a viernes en la sección de Cultura de La Jornada, para regresar, todos los sábados, a este espacio.

Correo: [email protected]