La Jornada 19 de julio de 1997

Reporta el CT alza de 52.14% en 27 productos básicos de enero a junio

Fabiola Martínez y Víctor Zendejas Ť Los precios de 27 productos básicos aumentaron en promedio 52.14 por ciento de enero a junio de este año, informó el Congreso del Trabajo (CT).

En tanto, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) detectó que 11 básicos se expenden a un precio diferente en 39 tiendas de autoservicio. Los precios de frutas y verduras son los de mayor variación.

El CT advierte que mientras el salario mínimo permanece en 26.40 pesos por día ``la distorsión de los precios continúa provocando serios trastornos en la economía de los trabajadores''.

Información del seguimiento mensual de precios del CT precisa que en enero se requerían 180.60 pesos para comprar 27 productos básicos (6.84 salarios mínimos) y, seis meses después, es necesario invertir 265.91 pesos, equivalentes a 10.07 salarios mínimos. La variación de precios de mayo a junio fue de 11.12 por ciento.

El organismo cúpula del sector obrero exigió a las autoridades hacendarias y de Comercio la apertura de más tiendas del sector social (ISSSTE e IMSS, entre otras), establecimientos que ofrecen los precios más bajos, ``ante la incapacidad del sistema de comercialización para regular los precios''.

Sin embargo, el sector privado, a través de los representantes de los empresarios de tiendas de autoservicio, han rechazado esta petición por considerar que ``ante el apoyo gubernamental'' las tiendas del sector social representan competencia desleal ante un sector consumidor mayoritario.

Según la lista de productos básicos del Congreso del Trabajo, 17 productos básicos registran las mayores variaciones y los precios más altos.

Estos insumos son: aceite de cocina, arroz, lenteja, mantequilla, queso panela, queso manchego, leche condensada, manteca de cerdo, huevo, pechuga de pollo, harina de trigo, crema, mortadela, gelatina en polvo, leche pasteurizada, pierna de pollo y margarina.

Los productos básicos de uso cotidiano que presentan esta misma tendencia son: blanqueador, pasta dental, crema sólida para el cuerpo, detergente para ropa, jabón para trastes y de tocador, papel higiénico, rastrillos desechables, toallas sanitarias y servilletas de papel, productos que, agrega el CT, cada vez son más inaccesibles para la mayoría de los trabajadores, que perciben entre uno y cinco salarios mínimos.

El precio de esta canasta básica aumenta en promedio 15 pesos mensuales, mientras que las percepciones de los asalariados permanecen sujetas a la negociación con las empresas.

La Profeco calculó que, de acuerdo con el desarrollo del índice inflacionario --0.89 por ciento en junio y acumulado anual de 8.66 por ciento-- los precios de julio se mantendrán en un margen similar e incluso ligeramente menor a los registrados en el mes anterior.

Un estudio de esta dependencia precisa que el costo de 11 productos básicos (aceite, arroz, carne, crema, hígado de res, huevo, leche, margarina, pasta para sopa, pechuga de pollo y queso) puede variar de 100 a 112 pesos. Respecto a las frutas y verduras la variación de precios es de hasta 15 pesos, según el establecimiento en que se adquieran.

En sólo diez años los salarios se han deteriorado 73.7 por ciento

La Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio dio a conocer que en los últimos diez años los salario en México perdieron 73.7 por ciento de su poder de compra y se encuentran ``en un declive continuo desde hace tres años''.

A pesar de que la productividad aumentó 12.6 por ciento de 1993 a 1996, principalmente en la rama manufacturera, el salario medio real por obrero ocupado cayó 21.9 por ciento.

Con base en información del INEGI, analistas de la Red señalan que no sólo han caído los salarios promedio de cada sector, sino también los de las diversas ramas, de lo que se desprende que en México el problema no es sólo el desempleo, ``sino la ocupación precaria''.

En los años del Tratado de Libre Comercio, agrega la Red, el empleo estable y bien remunerado ha evolucionado de manera lenta, mientras que el empleo inestable, de baja retribución, de tiempo parcial, con pocos o ninguna prestación, ha crecido ``de manera evidente''.

De 1994 a 1996, agrega, se registraron importantes sumas de inversión extranjera directa (8 mil 500 millones de dólares en promedio anual), gran parte de la cual se destinó a la compra de empresas ya constituidas, por lo que no se tradujo en nuevos empleos ni en el mejoramiento del poder adquisitivo de los trabajadores.

El salario no se ha deteriorado por un efecto automático de la inflación. De hecho, plantea la Red, aunque este indicador se ha desacelerado, los salarios reales siguen perdiendo su poder de compra ``debido a que los salarios sirven como ancla de la inflación y se encuentra desvinculados de la competitividad de las exportaciones''.