La Jornada 18 de julio de 1997

Misa por la liberación del jesuita Guinea

Salvador Guerrero Chiprés Ť A un mes del secuestro del sacerdote jesuita Wilfredo Guinea, más de 40 religiosos, así como el cardenal Ernesto Corripio Ahumada y el obispo auxiliar de México, José de Jesús Martínez Zepeda, acompañaron a la Compañía de Jesús y a más de 300 feligreses para ``rogar'' por la presentación del dirigente de la Obra Nacional de la Buena Prensa.

``Sentimos fuertemente la tentación de responder a la violencia con una violencia mayor'', planteó el provincial en México de los jesuitas, Mario López Barrio, durante la misa celebrada en el templo de San Ignacio de Loyola .

Añadió que aceptar una tentación semejante agravaría las cosas. La queja y la protesta no bastan. ``Tenemos que unirnos con todos los que se unen en la lucha por un país más digno y más honesto... no demos marcha atrás en el camino nuevo que vamos comenzando en la democracia''.

Vivir con seguridad ``es un derecho humano fundamental'', indicó. Alzó la voz: ``Por el amor de Dios les pedimos que liberen al padre Guinea y urgimos a las autoridades para esclarecer el delito y detener a los responsables''.

Dio lectura a los mensajes de solidaridad del nuncio Justo Mullor y del presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Sergio Obeso. En ambos se destaca la esperanza por ``un feliz desenlace'', se subraya el dolor vivido por la comunidad eclesiástica y se advierte que ``la vida del padre Guinea está en manos de Jesús''.

La Compañía de Jesús anunció una propuesta de seguridad pública, en la que destacaron las críticas a la multiplicación de bandas de delincuentes y su integración por ex policías, y la complicidad de secuestradores con agentes que les brindan protección.

Poco después de que el obispo auxiliar de México rogara por ``el fin de las tribulaciones'', los jesuitas plantearon en un comunicado entregado a los reporteros que el secuestro del padre Guinea ``está poniendo de manifiesto el grave problema de inseguridad pública que padece la población, y está demandando propuestas realistas y responsables a propósito''.

La Compañía de Jesús, a pesar de transitar por la situación referida, aclaró que no resplada planteamientos ``extremadamente conservadores y reaccionarios'', entre los que citó la pena de muerte, la disminución de la edad penal, hacer justicia por propia mano, aumento de penas, acabar con la libertad condicional y militarizar los cuerpos policiacos.

Presentó incluso una propuesta de nueve puntos en que se incluye mayor capacitación, selectividad y supervisión social de los cuerpos de seguridad pública.

Esa congregación exhortó a la iudadanía a no reaccionar de manera equivocada ante la violencia, y a no admitir como un fenómeno natural la tortura, la represión, la violencia y la corrupción policiacas ni la presencia creciente de los delincuentes.