La Jornada 18 de julio de 1997

Esta organización, excluida de la actual revolución social en el País Vasco: López Castillo

Braulio Peralta, corresponsal, Madrid, 17 de julio Ť Fernando López Castillo, dirigente de ETA Político-Militar (ETA-PM) --hasta su disolución en 1982--, dice en entrevista con La Jornada: ``Las actuales movilizaciones en el País Vasco y en toda España son una revolución social en la que ETA no está incluida''.

--¿Por qué?

--Porque con la ejecución de Miguel Angel Blanco Garrido ETA ha logrado lo contrario a su propuesta inicial: de fundamentar su actividad en la lucha de masas ha logrado una inversión, una revolución social donde no está incluida. ETA debería comenzar un debate interno, profundo, que la llevaría a la disolución de su organización. Porque saben, o deberían saber, que sin el apoyo social no son nada.

--¿Lo harán?

--No lo creo. Seguirán en su escala de atentados. Y tendrán menos base social. No hay que hacerse falsas ilusiones. La voluntad de disolverse depende de ETA, no de la mayoría de la sociedad vasca y española. Pero si no se disuelven y no buscan la salida política, cada vez tendrán menos importancia sus atentados.

¿Dejar las armas?

La foto es histórica: Kepa Aulestia y Miren L. Alkorta anunciaban, junto con López Castillo y otros, la disolución de ETA-PM, en 1982, como una respuesta a las manifestaciones contra el asesinato de Juan de Dios Doval, en 1980, en San Sebastián. ETA-PM consideró oportuna y necesaria su decisión.

--¿Estamos en una situación semejante?

--Peor. La mayoría de la gente, hoy, ya no tiene miedo. Lo hemos visto estos días por toda España. En aquel entonces se consolidaba la democracia. Hoy, ETA ya no puede contar con el prestigio de una lucha que nos dio al enfrentar la dictadura de Francisco Franco. Si hoy no ha sido más violenta la respuesta ciudadana es gracias a la prudencia de los partidos políticos.

--¿Llegará la negociación política frente al gobierno español?

--El Estado español no negociaría nada que ponga en duda al propio Estado. Y ETA tampoco, porque no desaparecería sin haber conseguido nada a nivel político.

--Dejar las armas, sí, ¿pero a cambio de qué?

--Euzkadi tiene una autonomía vasca a todos los niveles: jurídico, económico, político, en la defensa, con la Ertzaintza, en el campo cultural y educativo. ETA, y sus apoyadores, no pueden ser ciegos a todo esto. Existe ya una propuesta en el Parlamento Vasco para defender el derecho de autodeterminación. Ningún partido nacionalista vasco ha renunciado a su autodeterminación. Y hay instituciones que permiten incluso plantear una moción ante el Parlamento Europeo sobre este tipo de asuntos. Algo que hemos conseguido todos los vascos.

--¿Se le debe algo a ETA de todo esto?

--¡ETA debe ser consciente de que ésa es su victoria! Debe abandonar las armas y favorecer la distensión política que la sociedad reclama. Porque el tiempo es cada vez más corto y el rechazo social más grande.

--¿Tú, ahora, asumirías las reivindicaciones de ETA en torno a la Alternativa KAS?

--La Alternativa KAS la redactó ETA-PM, en 1975. No es un invento. Eran iniciativas o reivindicaciones que tampoco son exigentes. Hablar de derecho de autodeterminación o la reunificación de todo el pueblo vasco (Navarra y el País Vasco francés) es algo perfectamente asumible.

--¿Y posible?

--Posible ya es diferente. Entre otras cosas porque siento que ETA militar no aceptaría, en estos momentos, el resultado de un referéndum por la autodeterminación. Y si en el marco de la autodeterminación se le pregunta a la población vasca si quieren ser o no independiente, y ellos respondieran que no en las urnas, ETA no aceptaría los resultados.

--¿Quieres decir que ETA no aceptaría la democracia?

--Exactamente. No aceptaría ir a un referéndum y perderlo. Ese es, a mi criterio, el gran problema para acabar con este histórico contencioso con el Estado español.

--Un Estado que inventó los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) para acabar con ETA.

--Fuerzas de seguridad siempre las ha tenido el Estado español: la Triple A, la Alianza contra ETA, el Batallón Vasco Español y, en el periodo del Partido Socialista Obrero Español, los GAL. Para mí, los GAL han sido una coartada muy grande para el mantenimiento de la actividad de ETA en los años 80.

Contra el aislamiento

--En medio de todo esto, ¿qué hacemos con Herri Batasuna (HB)?

--El mayor peligro que veo en la existencia de ETA es que están condicionando, muy seriamente, las posibilidades de existencia política de HB. Y el peligro de HB es la connivencia en el entorno de ETA donde, lo político y lo militar, se confunden. La gente que quiere separarse de esa dinámica lo tiene que hacer de manera personal y muy duramente. A ese gente de HB, que ha condenado la ejecución de Blanco Garrido, todo mi apoyo.

--¿Te parece bien el aislamiento político que se pretende para HB?

--No. Todos sabemos que es mejor una Mesa de Ajurea Enea ampliada a todos los sectores sociales, plataformas pacifistas como Gesto por la Paz o Elkarri, gente de ETA que ahora mismo están en contra de la violencia, que tienda puentes de diálogo.

--¿Y el Estado, qué papel debe jugar?

--El Estado es el poderoso y es al que le corresponde ser generoso con HB y con los presos políticos de ETA porque el conflicto, al final de todo, ETA lo tendrá que plantear en términos de amnistía, de reconciliación y de resolución del conflicto.

--Tienes 15 años fuera de ETA. ¿Cómo ha sido tu incorporación a la sociedad contra la que luchaste?

--El concepto de libertad es algo absolutamente íntimo. Hoy ya no milito en ningún partido; milito en los movimientos por la paz, en los organismos no gubernamentales. Viví una dictadura feroz y hoy, en democracia, el cambio es absoluto, pero no perfecto. Tengo 44 años y observo la falta de ilusión en los jóvenes. Cada sistema conlleva sus lados negativos. Pero creo en el cambio político y eso me parece esperanzador. Si vamos a seguir con ETA sólo espero que la población no se fanatice, que sea serena y se pueda responder a ella dentro de un entorno democrático y en paz.