La Jornada 18 de julio de 1997

Admite Felipe González que su gobierno ``fue demasiado lejos'' en el combate a ETA

Afp, Dpa, Efe y Reuter, Washington, 17 de julio Ť El ex presidente español Felipe González reconoció hoy, por primera vez, que las autoridades españolas ``quizá fueron demasiado lejos'' en su combate contra la violencia terrorista de ETA, y admitió que probablemente funcionaron en su país grupos paramilitares que asesinaron a separatistas vascos.

Por otra parte, presuntos etarras hicieron estallar un artefacto explosivo en un departamento de la ciudad vasca de Durango, cercana a la ciudad de Ermua, donde vivía el secuestrado y asesinado concejal del Partido Popular (PP), Miguel Angel Blanco Garrido; en el lugar fue encontrado un considerable arsenal, que incluía granadas y otros explosivos.

Mientras, la coalición Herri Batasuna (HB), considerada brazo político de ETA, anunció hoy que cancelará la manifestación que convocó para el sábado próximo en Bilbao ``si los jueces respaldan la decisión del gobierno de prohibirla''.

El gobierno autónomo vasco prohibió ayer la movilización al considerar que podían suscitarse incidentes violentos a causa del ``clima de crispación social'' provocado por el asesinato de Blanco Garrido.

En una entrevista con el diario The New York Times, en la que González exigió que no hubiera citas textuales de sus palabras, el ex mandatario dijo que la policía y algunas fuerzas paramilitares ``pudieron haber llevado a cabo secuestros y asesinatos de terroristas'', aunque aseguró que si esto ocurrió fue sin conocimiento de su gobierno y, por lo tanto, sin que éste pudiera detener dichas operaciones.

Democracia demasiado débil

González atribuyó dicha situación a que la democracia que apareció tras 36 años de franquismo era ``demasiado débil'' para detener los actos de policías y grupos paramilitares, y señaló que durante mucho tiempo los cuerpos policiales y militares estuvieron dominados por comandantes designados durante la dictadura.

Hasta ahora, González ha rechazado terminantemente acusaciones de que durante su gobierno, y con su conocimiento, se formaron los Grupos Antiterroristas de Liberación, a los que se acusa de haber asesinado a 27 presuntos etarras la década pasada.

Estas acusaciones contribuyeron a que el mandatario convocara a elecciones anticipadas el año pasado, que fueron ganadas por el derechista PP.

La explosión en Durango ocurrió cuando llegaron al edificio agentes policiales, y esto, aparentemente, permitió que los presuntos etarras se dieran a la fuga.

Una vez controlado el fuego, la policía descubrió en el departamento un importante arsenal que incluía granadas y explosivos. Aunque testigos dijeron que el estallido fue muy fuerte, no hubo heridos.

Los cuatro etarras que eran buscados huyeron en un automóvil que fue encontrado abandonado, y se indicó que podrían haber huido al extranjero. Las autoridades no revelaron más datos.

En un principio la Erzaintza, policía vasca, informó que dos de los cuatro presuntos etarras serían sospechosos de estar implicados en el secuestro y ejecución de Blanco Garrido, pero luego las autoridades descartaron esta posibilidad. La policía vasca aseguró, no obstante, que sus fuerzas habían logrado evitar un posible atentado.

La Erzaintza, ha desplegado un amplio dispositivo en Durango, ciudad que se encuentra a sólo 20 kilómetros de Ermua, por sospecharse que allí pudo haberse planeado el secuestro de Garrido Blanco.

Por otro lado, HB anunció que apeló ante un juzgado la decisión del gobierno vasco de prohibir la manifestación convocada para el sábado por la formación, por considerar que en ella se suscitarán, con toda probabilidad, actos de violencia.

El vocero de HB, Floren Aoiz, dijo que la manifestación no se realizará si los jueces respaldan la prohibición del gobierno.

El concejal de 29 años desapareció el pasado jueves; poco más tarde ETA se atribuyó el secuestro y amenazó con matar a Blanco Garrido el sábado a las 16 horas local si el gobierno no disponía la reubicación de etarras presos en cárceles de todo el país en penales del País Vasco.

El sábado, una hora y cuarto después de vencer el ultimátum, Blanco Garrido fue encontrado agonizante con dos balazos en la nuca y murió la madrugada del domingo.

Casi 6 millones de españoles en todo el país salieron a las calles en días pasados para condenar la violencia de ETA.

Los partidos españoles y vascos acordaron aislar a HB del ámbito político por considerar que al no condenar el asesinato, eran cómplices de la organización armada.

Los dos principales canales de televisión privada anunciaron ayer que censurarán toda información referente a ETA y HB, hasta que la coalición condene la ejecución.

Por otra parte, el Congreso español condenó el asesinato y se comprometió a aprobar las reformas legales para reforzar la lucha contra la organización armada.

En una declaración aprobada por unanimidad, los diputados expresaron su orgullo por las manifestaciones de los últimos días en las que participaron millones de personas en todo el país, para repudiar el crimen y se rechazó la violencia terrorista.

Mientras, el Parlamento Europeo anunció hoy que prohibirá la entrada al ex diputado europeo, por HB, Karmelo Landa a la sede del organismo en Estrasburgo, Bruselas y Luxemburgo.

Asimismo, un grupo de diputados uruguayos propuso que no se permita la entrada a miembros de HB en el Foro de Sao Paulo que se celebrará el próximo día 30, y que reunirá a sindicalistas y políticos de izquierda de todo el mundo.

Por otro lado, los gobiernos de Alemania y España se comprometieron hoy a reforzar su cooperación bilateral y con el resto de los países europeos en materia de combate al terrorismo.

El ministro alemán del Exterior, Klaus Kinkel, y su colega español, Abel Matutes, quien acompaña en una visita oficial a Alemania a los reyes de España, dijeron que estudiarán la posibilidad de que ambas naciones estrechen sus contratos para buscar a terroristas en el extranjero.

Por último, el Partido Socialista de la provincia vasca de Guipúzcoa sugirió el jueves candidatear a la ciudad de Ermua, con 20 mil habitantes, para el Premio Nobel de la Paz, por considerar que gracias a la movilización que se originó en la localidad ante el secuestro y asesinato de Blanco Garrido ``ha marcado un antes y un después en la política vasca''.