CLASE POLITICA Ť Miguel Angel Rivera

A partir del próximo 1o. de septiembre, el Poder Legislativo volverá a legislar.

Parece una redundancia, pero la anterior expresión refleja cabalmente la realidad política de nuestro país. Durante casi siete décadas, senadores y diputados dejaron de lado sus facultades constitucionales y se limitaron a aprobar las iniciativas enviadas por el Presidente de la República en turno.

La Constitución General de la República prevé que una de las instancias que puede iniciar o proponer reformas legales es el Poder Ejecutivo, pero esa posibilidad que originalmente se presentaba como una excepción se volvió la constante. En los últimos años tal vez una de las pocas excepciones fue la iniciativa de la ``doble nacionalidad'' para los mexicanos radicados en el extranjero, básicamente en Estados Unidos.

La idea de que el Legislativo retome sus facultades fue expresada ayer por quien será el coordinador de la diputación del PRD, el ex presidente del PRI y del PRD Porfirio Muñoz Ledo, poco después de ser elegido para la importante posición que desempeñará en la próxima Legislatura federal.

La democracia interna

Casi al mismo tiempo que los diputados del PRD se reunieron para elegir a su coordinador, miembros prominentes del PRI, encabezados por su presidente Humberto Roque Villanueva, se reunieron con su jefe real, el presidente Ernesto Zedillo.

Lo importante de este encuentro fue que se analizaron las posibilidades reales del partido tricolor de salir avante de esta situación tan difícil, resultado de los recientes comicios federales.

El diagnóstico resulta relativamente fácil: para superar los males del partido del gobierno se tiene que fomentar la democracia interna.

En este sentido la palabra la tiene el propio Presidente de la República. Por lo pronto, la menguada futura diputación del PRI tendrá que elegir a su coordinador y lo habrá de hacer de manera abierta, para que resulte creíble. Después tiene que llegar la selección, también con métodos democráticos, del dirigente nacional del partido.

Con los resultados de las recientes elecciones el presidente Zedillo evidenció su disposición a favorecer el fortalecimiento de los procedimientos democráticos. También ha expresado su inclinación a impulsar formas de mayor participación de los miembros del partido en la elección de sus candidatos y dirigentes, pero ahora al parecer ha llegado el momento de hacerlo realidad.

La condición número uno para esa democratización interna será que el primer mandatario deje que el eventual relevo o la confirmación de Humberto Roque Villanueva como presidente del tricolor y la elección del coordinador de los diputados federales sea por decisión de las corrientes internas, sin ``línea''.

Mientras se producen o no los cambios dentro del PRI, lo importante a nivel nacional es que los cambios políticos se han dado en paz, con lo cual se mantiene también el equilibrio en el terreno económico.

En este terreno, el otras veces tan criticado secretario de Hacienda Guillermo Ortiz tuvo razón al pronosticar que un triunfo de los candidatos de oposición --en particular el ahora jefe electo de gobierno del Distrito Federal Cuauhtémoc Cárdenas-- no tendría efectos negativos en los mercados financieros. En contra de los pronósticos catastrofistas que ligaban los cambios políticos con la inestabilidad económica, los resultados de las recientes elecciones ha contribuido a dar firmeza a las finanzas y las inversiones.