La Jornada 15 de julio de 1997

Woldenberg: la democratización, irreversible, pero no consolidada

Mireya Cuéllar Ť José Woldenberg no quiere cantar victoria todavía: el país vive un proceso democratizador irreversible --considera--, pero la confianza se construye lentamente y se requerirán varios procesos electorales más antes de empezar a desregular y omitir una serie de candados legales que hoy transparentan cada paso que se da a la hora de organizar unos comicios.

Tinta indeleble, fotografía en los listados nominales, elección de funcionarios de casilla por sorteo, decenas de revisiones al padrón....(esa sobrerregulación de la legislación electoral mexicana que llama la atención de analistas extranjeros) son mecanismos que deberán estar presentes en varios comicios por venir.

Para el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), es la hora de los balances y, frente a los problemas de compra y coacción del voto que se dieron en algunas partes del país, dice: ``mientras una franja de la población tenga necesidades económicas extremas existe la posibilidad de que algunos políticos jueguen con ella. La pobreza y la desinformación gravitan sobre los procesos electorales, no permiten a muchos ciudadanos desplegar su ciudadanía de manera plena''.

Prudente, pendiente de que sus palabras no causen reacciones airadas, de que nadie se vaya a sentir lastimado, cuidadoso de su posición de árbitro electoral, Woldenberg habló ayer con La Jornada en su oficina del IFE.

-¿Qué sigue?

-Hay que asentar al IFE. Tiene que ser un organismo al que se le reconozca su capacidad para realizar elecciones y, por lo tanto, que no está en contradicción o conflicto con ninguna fuerza política. Si eso se logra en el mediano plazo, podremos llegar a tener unas elecciones menos caras.

Crear confianza en los ciudadanos y las fuerzas políticas es un desarrollo lento y se requerirán varios procesos electorales más antes de empezar a desregular y a omitir candados. Para los comicios del año 2000 estamos obligados a ir con un marco normativo y operativo capaz de transparentar todos los pasos de una elección.

-Todavía no hay que cantar victoria.

-Hemos dado un paso muy importante en el conocimiento de que la vía electoral es la mejor para que la pluralidad política contienda.

Tenemos un contexto que difícilmente permitiría un retroceso: partidos fuertes y arraigados, elecciones cada vez más competidas, una opinión pública alerta, millones de gentes que acuden a las urnas, medios de difusión que dan seguimiento puntual a campañas, un contexto internacional que no reconoce gobiernos que no sean electos por la vía democrática. Los procesos electorales transcurren en un ambiente de exigencia que difícilmente permitiría pasos atrás en esta materia.

Ciertamente, la historia no está prescrita, no hay desembocaduras únicas, pero creo que somos muchos más aquellos que estamos empujando en esta dirección que los que quisieran llevar al país al otro.

Tenemos que asimilar de manera cabal que la pluralidad política que existe en México es un valor positivo y que llegó para quedarse. Es una pluralidad con la que hay que aprender a vivir y a convivir. Quienes piensan distinto a nosotros y tienen otro diagnóstico existen y existen legítimamente.

-¿Y la compra y coacción del voto?

-Las asimetrías económicas y de información también gravitan sobre los procesos electorales. El IFE trabajó mucho sobre el tema; realizó una intensa campaña en pro del voto libre y secreto... pero mientras haya necesidades económicas extremas, existe la posibilidad de que algunos políticos jueguen con ella... y esos son problemas que rebasan al IFE, que hizo todo lo que estuvo a su alcance para garantizar al individuo que en el momento de sufragar lo pudiera hacer en forma secreta.

La impresión que tengo es que la inmensa mayoría de la gente votó por sus preferencias el 6 de julio. Fue a sufragar y el resultado es una representación multicolor. Por muy diversos motivos decidió votar por A, por B, por C....

-Sin importar Procampo, Pronasol ¿la gente empieza a marcar una diferencia entre los planes gubernamentales y su derecho al voto?

-Las políticas gubernamentales siempre gravitarán en la intención del sufragio y así lo entienden gobiernos y oposiciones. Una gestión gubernamental que es vista de manera positiva por los electores, redunda con un voto a favor del partido que gobierna. Eso es así, aquí y en todos lados.

Lo que llama la atención en este momento de la vida política es la alta competitividad en todo el país. Hay entidades donde un partido arrasó, como el PRD en el DF; en Jalisco lo hizo el PAN; el PRI en Tabasco. Eso generó un mosaico tripartidista.

Una de las virtudes de los procesos electorales es que no construyen mayorías de una vez y para siempre, ni minorías condenadas a ser siempre minorías. Eso lo estamos viendo todos. Hay ya muchos modelos de alternancia, donde gobernadores conviven con congresos de mayoría de otro partido... el voto es también, por definición, cambiante.

Los partidos tienen sus franjas de votantes, el llamado voto duro, quienes más allá de coyunturas o candidatos votan por el PRI, por el PAN, el PRD... pero está elección demostró que esa franja de votantes ya no es suficiente para ganar unos comicios. Hay un voto que no está predeterminado y que reacciona de acuerdo con su evaluación del momento político, de la gestión gubernamental, de las ofertas de los partidos, de la personalidad de los candidatos... ya no hay ganadores predeterminados.

Lo que se vivió en el Distrito Federal es muy interesante. Arrancó en primer lugar el PAN y luego lo remonta el PRD. Hubo un momento, allá por marzo, en que los tres candidatos estuvieron muy cerca, y después Cuauhtémoc Cárdenas subió de manera considerable. Fueron muy elocuentes los cambios, lo cual nos habla de que el voto duro de los partidos por sí solo no puede resolver una elección.

-Francisco I. Madero no vivió para ver el sufragio efectivo.

-Yo creo que la historia de nuestras elecciones es bastante compleja. Es necesario reconocer que había una hegemonía ideológica y cultural de las fuerzas que emanaron de la Revolución Mexicana. Después vino una época de falta de pulcritud, pero creo que en los últimos años estamos viviendo una nueva etapa en la que todos se han dado cuenta de que la única manera de que la diversidad política no colapse al país y pueda contender son los comicios.

No veo cómo esta dinámica pueda ser detenida. Sólo las voces excéntricas opinan distinto a la inmensa mayoría; las elecciones son la fórmula para dirimir diferencias.

-¿Marcos es un excéntrico?

-No estaba pensando en él. En Chiapas lo que hay es un problema claramente acotado y, en términos discursivos, el EZLN no plantea posturas contrarias a las elecciones. Ahí la única ruta es la negociación, así sea tortuosa y complicada. (Woldenberg no quiere ahondar en los problemas de Chiapas que provocaron conflictos el 6 de julio en tres distritos. No los minimiza, asegura, pero reclama que se le ubique en su ``justa dimensión'' frente al panorama electoral nacional.)

-Y en lo interno ¿qué sigue para el IFE?

-Vamos a elaborar nuestro presupuesto del próximo año. No pasará, como el anterior, que Hacienda lo envió a la Cámara de Diputados cuando el Consejo General del IFE aún no lo aprobaba. No hubo dolo o mala fe, quizá fue resultado de una inercia; no habían reparado en el nuevo estatus del Instituto.

Además de la revisión que por ley el Consejo General tiene que hacer del Servicio Profesional Electoral -que se hará ``sin prejuicios'', acota-, se analizará la situación laboral de decenas de trabajadores del IFE que cobran por honorarios, a muchos de los cuales se les contratará como empleados de planta.