La Jornada 15 de julio de 1997

Admite el ex director de Gobierno Esteban Mendoza que se dio dinero a ex policías para que se declararan culpables

El ex director de Gobierno del estado de Guerrero, Esteban Mendoza Ramos, sentenciado a 26 años de prisión por su participación en la matanza de Aguas Blancas dijo que ``es una realidad'' la entrega de dinero por parte de autoridades gubernamentales a los policías hoy presos en el penal de aquel estado, para declararse culpables del crimen.

Entrevistado desde el penal de Acapulco por la estración Radio 13, el ex funcionario del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer expresó, ``eso fue lo que pasó en la situación de los policías, que no es mi caso, a los policías parece ser que sí les dijeron que les iban a dar dinero a cambio de que estuvieran aquí''.

Asimismo se negó a señalar a Figueroa Alcocer como el director culpable de la matanza, éste, apuntó, ya tiene el juicio de la sociedad y lo va a llevar toda su vida. Sin embargo, agregó, en las tres investigaciones realizadas no se le detectó culpabilidad alguna.

Mendoza Ramos aseguró que su detención y sentencia fue por motivos políticos. ``Es una condena política porque representaba la figura del poder más visible, se nos está linchando políticamente''. Y pidió una reclasificación de todos los involucrados.

Ante la pregunta de quiénes están quedando impunes, aseguró que no existe ''exactamente'' una impunidad jurídica sino social, pero que la sociedad ya condenó. El asunto, aseguró, se politizó tanto que el actual gobernador, Angel Heladio Aguirre Rivero, pretendió cerrar el caso a como diera lugar, ''sentenciándonos a nosotros''.

Y luego dijo tajante ''le ganó el temor a la crítica social, se alejó de la situación jurídica y aplicó finalmente una sentencia política''.

Su papel ese 28 de junio de 1995, explicó, fue para buscar el diálogo con los representanes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur. Apenas se intentaba el diálogo con los integrantes del primer camión cuando, narró, al llegar el segundo camión se sembró la discusión y se escuchó un primer disparo de la parte de atrás.

``Un campesino hirió a un policía, otro trató de quitarle un rifle, los policías perdieron la cabeza, es cierto, y se soltó una balacera irracional, injustificable y abominable'', contó. De Rubén Figueroa dijo que incluso le había avisado que lo alcanzaría para platicar con los campesinos, pero ellos en lugar de diálogo encontraron balas.