Se perciben avances en lo macro, aunque no en lo micro. Ahora, con más razón, quienes gobiernan el país deben estar verdaderamente preocupados por el triunfo de la oposición, y no es para menos. El sufragio efectivo emitido el pasado 6 de julio determinó que más mexicanos y más recursos nacionales serán administrados por fuerzas políticas combinadas, dentro del ámbito estatal y federal.
Lo que sucede es que tanto el Partido Acción Nacional, como el de la Revolución Democrática, de acuerdo con los resultados alcanzados en la reciente contienda electoral, ya tienen bajo su dominio 47.38 del producto interno bruto (PIB).
Según el Servicio de Información Económica Profesional (SIEP), editado por Consultores Internacionales, con el triunfo de la oposición en el Distrito Federal, Nuevo León y Querétaro, son ya siete las entidades que en conjunto representan un elevado potencial económico y productivo en cuanto a fuerza laboral y generación de bienes y servicios se refiere.
En el estudio Democracia y economía, se menciona que sólo en el Distrito Federal se genera 25 por ciento del PIB, además de que alberga a casi 9 millones de personas, de las cuales 43 por ciento se encuentra en condiciones para laborar. Pero eso no es todo; casi la tercera parte de los mexicanos y 47 centavos de cada peso que se producen serán constituidos, de ahora en adelante, por jefaturas gubernamentales emergidas de partidos opositores.
Consultores Internacionales, cuyo presidente es Julio A. Millán, sostiene que, por segunda vez en el presente siglo, el Congreso de la Unión no quedará formado en su mayoría por un solo partido; la contienda celebrada en las urnas condujo al resto de los partidos a ganar posiciones. Así, el PRI no pudo mantener la mayoría absoluta de la Cámara, por lo que ahora tendrá que compartir la autoridad y tomar decisiones en consenso con el PAN, PRD y PVEM.
El análisis destaca que en las pasadas elecciones los mexicanos se manifestaron claramente por una redistribución del poder político, pero también por un manejo transparente y más equilibrado de la riqueza nacional ``que propiciará, de ahora en adelante, que las decisiones no vuelvan a ser tomadas unilateralmente, sino mediante el debate y la discusión abierta que conlleve a un consenso verdadero, sobre todo en lo que se refiere a elevar el nivel de vida de la población''.
Pero también en el Senado de la República se respirarán nuevos aires. De las 32 senadurías que entraron en disputa, la oposición obtuvo las tres quintas partes; el PRI colocó a 13 legisladores; el PAN y el PRD nueve cada uno, mientras el PVEM se quedó con una. De esta manera, el PRI contará con 76 senadores (59.8 por ciento); PAN, con 32 (25.1 por ciento); PRD,16 (12.5 por ciento); PVEM, una (0.78 por ciento) y habrá dos senadores independientes (1.57 por ciento).
Una vez conocidos los resultados de las elecciones la reacción de los mercados ha sido positiva, establece Consultores Internacionales en la segunda parte del análisis. Sin embargo, menciona que habría que tomar las reacciones iniciales con cautela, procurando diferenciar el plazo inmediato, referente a los primeros días después del 6 de julio, y las reacciones ex-post, las cuales se observarán en los restantes meses de 1997, ``en la medida en que se efectúe el proceso de transición''.
Por lo que respecta a las reacciones inmediatas el consenso ha sido de aceptación, tanto en los resultados obtenidos, como en las expectativas que genera la alternancia en el poder. De esta manera, la Bolsa Mexicana de Valores ha aumentado a sus máximos niveles históricos; la tasa de interés de los Cetes a 28 días bajó 2 puntos porcentuales de una sola vez, para ubicarse a 18 por ciento; las reservas internacionales se mantienen arriba de los 22 mil millones de dólares, mientras el tipo de cambio quedó por debajo de los 7.95 pesos por dólar.
De aquí, de allá y de todas partes
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