La Jornada 14 de julio de 1997

Repudio a la ejecución del concejal vasco a manos de ETA

Afp, Ap, Ansa, Dpa, Efe y Reuter, Madrid, 13 de julio Ť Cientos de miles de personas se manifestaron hoy en Bilbao, San Sebastián y Vitoria, entre otras ciudades vascas, en repudio al asesinato del concejal de la ciudad de Ermua, Miguel Angel Garrido Blanco, a manos de la organización independentista vasca ETA. En Pamplona, Navarra, 18 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes que condenaban el asesinato y simpatizantes del grupo armado.

Por su parte, la coalición Herri Batasuna (HB), considerada brazo político de ETA acusó a los seis partidos vascos reunidos en el Pacto de Ajuria Enea de haber hecho el domingo ``una provocación al linchamiento'' contra la formación. El Pacto de Ajuria Enea celebró ese día una reunión urgente en la que se acusó a HB de complicidad con ETA, alegando que la coalición guardó silencio durante el tiempo que Blanco Garrido estuvo secuestrado.

Blanco Garrido, de 29 años, y concejal por el gobernante Partido Popular en la ciudad vasca de Ermua, fue secuestrado el jueves por la mañana. Horas después de su desaparición, ETA reivindicó el plagio con una llamada al periódico vasco Egin y amenazó con matar a Blanco Garrido a las 16 horas del sábado si para entonces el gobierno español no aceptaba reubicar a presos de la organización que se encuentran en penales de todo el país en cárceles del País Vasco para facilitar a sus familiares el ir a visitarlos.

Una hora y cuarto después de vencer el ultimátum, Blanco Garrido fue encontrado moribundo con dos balazos en la nuca y maniatado en la población vasca de Lasarte. Fue trasladado a un hospital en San Sebastián donde fue operado, pero los médicos admitieron desde un principio que era improbable salvarle la vida, pues ya presentaba muerte cerebral. Blanco Garrido fue declarado muerto a las 4:30 horas locales de la madrugada.

El pasado primero de julio, el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara fue liberado mediante una operación policial, tras 532 días de estar en poder de ETA, que lo había secuestrado para presionar al gobierno a transigir sobre el tema de la reubicación de los etarras presos.

En Pamplona, la policía disparó balas de goma contra manifestantes que condenaban el asesinato y simpatizantes de HB que se enfrentaron ante al menos dos locales de la coalición en esa ciudad. Durante los disturbios resultaron heridas 18 personas y una instalación de la coalición independentista sufrió daños por fuego.

En Bilbao, unas 30 mil personas, entre ellas representantes políticos e institucionales de todo el país, se congregaron en una manifestación convocada por el Pacto de Ajuria Enea, que originalmente iba a ser un acto silencioso. Sin embargo, los manifestantes lanzaron gritos como ``ETA asesina'', ``HB fuera del País Vasco'', ``Vascos sí, ETA no'' y ``Todos somos Miguel''. El sábado, antes de que muriera Blanco Garrido, 2 mil personas se manifestaron ante la sede de HB en esta ciudad y trataron de incendiarla.

Después del acto de este domingo, cientos de personas se dirigieron a la sede de HB y lanzaron huevos y piedras contra el edificio. La policía local tuvo que rescatar a una mujer, supuesta simpatizante de la coalición, a quien los manifestantes trataron de agredir.

En un comunicado, HB acusó al Pacto de Ajuria Enea de estar coludido con el gobierno del PP al haber hecho ``un llamamiento al linchamiento social, y a la puesta en práctica de un auténtico estado de excepción bajo una falsa apariencia democrática'', luego de que los partidos vascos moderados acusaron, el sábado, a la coalición independentista de haberse hecho cómplice de ETA en la agresión contra Blanco Garrido al guardar silencio después de que se anunció su secuestro y el ultimátum.

En Ermua, miles de personas se congregaron hoy para recibir el féretro de Blanco Garrido. Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, enviaron a los familiares del concejal un telegrama expresando sus condolencias.

ETA quedará aislada tras el asesinato: Madrid

El ministro español del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró hoy que las movilizaciones con las que en días pasados la sociedad española pidió por la vida de Blanco Garrido no fueron en vano, pues ``se creará un ambiente político y social que asfixie poco a poco el entorno de ETA y sirva para que se erradique la violencia''.

El secretario general del Partido Socialista Obrero Español, Joaquín Almunia, señaló que ahora todas las fuerzas políticas del país deberán llevar a cabo una actuación ``contundente, aunque serena, contra los violentos'' con el fin de que ETA quede totalmente aislada. Por su parte, el jefe del gobierno autónomo vasco, José Antonio Ardanza, aseguró que ETA mató definitivamente cualquier intento de diálogo y reconciliación tanto con el gobierno federal como con el regional.

La prensa española coincidió en que la ejecución del concejal se revertirá en un rechazo generalizado en el País Vasco contra el grupo armado y HB, que en las elecciones logra entre 10 y 15 por ciento de la votación. Los analistas señalaron también que la repulsa se extenderá, incluso, hacia simpatizantes del movimiento independentista.

En Madrid, José Antonio Carrasco Alba, ex etarra condenado a 54 años de prisión por varios atentados, comenzó una huelga de hambre por tiempo indefinido como protesta por el asesinato. Mientras, la hermana de un preso etarra pidió perdón a la familia de Blanco Garrido ante las cámaras de la cadena Televisión Española, y aseguró que no entendía el asesinato.

Condena internacional

El papa Juan Pablo II condenó el ``bárbaro asesinato'' de Blanco Garrido en la misa de Angelus que ofició hoy en la localidad italiana de Les Combes.

Nuestra corresponsal Stella Calloni dio cuenta de que cientos de manifestantes protestaron hoy frente a la embajada de España en Buenos Aires por el asesinato. Asimismo, organismos humanitarios argentinos que han alentado negociaciones entre el gobierno español y ETA condenaron la acción, pero llamaron a la administración de Aznar a buscar el diálogo con los independentistas.

Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, a quien ETA solicitó en el pasado fungir como mediador en eventuales negociaciones de paz con el gobierno español, lamentó este ``dramático final'', y dijo a La Jornada que hizo contacto con la organización vasca y le pidió no ejecutar a Blanco Garrido.

Numerosos gobiernos repudiaron el asesinato y manifestaron su solidaridad hacia el pueblo español, entre ellos los de Francia, Gran Bretaña, Portugal, Bruselas, Holanda, Argentina y Uruguay.