Del big bang hasta nosotros
Un formidable pequeño libro conjunta a tres grandes científicos actuales que nos relatan, en las más simples y llanas palabras posibles, los tres capítulos de nuestros orígenes: 1. Desde el primer instante del tiempo hasta la conformación de nuestro planeta, 2. De las primeras moléculas orgánicas en la sopa primitiva de los pantanos hasta la explosión de las especies vegetales y animales que cubre de vida el mar, la tierra y el aire en pocos años, y 3. la aventura humana desde nuestro origen en un pequeño mamífero, sobreviviente a la catástrofe que mató a los dinosaurios, a nuestra cuna africana y la posterior dispersión de los humanos por el globo entero. A pesar de la mencionada llaneza de lenguaje, esta columna deberá intercalar explicaciones para el lector de diario, diferente al atento lector de un libro.
Del caos al cosmos
El astrofísico canadiense Hubert Reeves abre la escena desde la primera pregunta, la gran pregunta de Leibniz: ``¿Por qué hay algo en vez de nada?'' Y declara a la ciencia incapaz de responderla. A partir de ese límite, comienza La más bella historia del mundo , publicada por editorial Andrés Bello, con el horizonte que nos es accesible: el del big bang, el gran pum con el que, inexplicablemente, todo se inicia. ``Espacio, materia y tiempo son indisociables. Aparecen juntos en nuestras cosmologías.'' Esto es que el origen del universo comprende también el origen del tiempo mismo.
Por esa razón no hay un ``antes''. El tiempo, como la energía o la materia, ``antes'' del big bang no existe. Luego, en un momento para el que no podemos señalar una edad, porque es el primer instante del tiempo, ocurre una explosión con la que comienzan a existir, a la vez, el espacio, la materia y el tiempo. De esto sí sabemos que debió ocurrir hace unos 15 mil millones de años. Las pruebas de esta afirmación son ahora numerosas; pero la primera fue el descubrimiento de que las galaxias se alejan unas de otras, como ocurre con las esquirlas de una explosión.
El primer microsegundo
Desde el primer microsegundo (una millonésima de segundo) hasta el 40, el universo consiste sólo de quarks y gluones. Los quarks son los componentes actuales de los núcleos atómicos y los gluones son el ``pegamento'' que los une (por ``glue'', pegamento en inglés).
``Hacia el microsegundo número 40, cuando la temperatura ha descendido bajo los 10 a la 12 grados (un millón de millones de grados), los quarks se reúnen y surgen los primeros nucleones: protones y neutrones.'' Al descender el calor que impedía la formación de estructuras, las cuatro fuerzas del universo pueden producir las primeras combinaciones de materia. ¿Y de dónde vienen esas fuerzas? Es una pregunta ``que roza el límite de la metafísica'', responde Reeves. ``¿Por qué hay fuerzas? ¿Por qué tienen la forma matemática que conocemos?'' Esta columna sólo conoce una respuesta: porque de haber sido de otra forma no estaríamos aquí para preguntarnos por qué.
El crisol de las estrellas
Formados los primeros átomos (de hidrógeno, que son las más sencillos), la gravitación los reúne en gigantescas nubes, éstas se contraen, su enorme peso fusiona núcleos atómicos, como en la bomba de hidrógeno, y así se encienden las primeras estrellas. En unos miles de millones de años esta primera generación muere, pero en esos núcleos estelares ya se cocinaron los elementos pesados de los que están compuestos los seres vivos: ``tres helios se asocian y dan carbono, y cuatro helios dan oxígeno.'' En la siguiente generación de estrellas los remanentes pesados pueden formar planetas.
El segundo paso: la vida
Toma su turno Jol de Rosnay, exdirector del Instituto Pasteur y actual director de la Ciudad de las Ciencias, en las afueras de París. ``Hasta hace muy poco algunos científicos hablaban de un 'azar creador': según ellos, en la Tierra primitiva algunas sustancias químicas se habrían combinado accidentalmente para producir los primeros organismos... Esta hipótesis ya no se sostiene en la actualidad... En determinadas condiciones, las leyes que organizan la materia engendran necesariamente sistemas más y más complejos.'' Esta necesidad lleva a la integración de las primeras moléculas y su posterior evolución. La evolucion de las moléculas orgánicas fue prevista por el propio Darwin, quien también adelantó por qué sería difícil probarla: ``Si hoy existieran moléculas capaces de evolucionar, explicaba, fracasarían, porque las especies vivientes las destruirían.'' Esto es, quizá siga ocurriendo esa integración necesaria de la materia, pero los seres vivos, en competencia todos ellos por la subsistencia, agradecen ese nuevo alimento y se lo comen. ``En la actualidad los seres vivos aniquilarían todo intento de aparición de una vida nueva. Apenas nacida, la vida quemó los puentes detrás de ella.''
Las coincidencias
``No se trata de coincidencias. Pensemos en un soldado que nos cuenta extraordinarios sucesos de guerra. Estaba en un departamento y cayó un misil en el inmueble, pero a él le salvó una cama bajo la cual se estaba protegiendo. En el curso de una misión, saltó en paracaídas: el sistema falló, pero nuestro hombre cayó en un pantano que amortiguó el golpe. Su relato puede parecer inaudito, pero sólo es así porque allí está él para contarlo. Hay millones de historias de soldados que terminaron mal, trágicamente, pero ellos no están aquí para contarlas. Así es la vida. Nos parece resultar de una serie de coincidencias, porque olvidamos los millones de pistas que no llegaron a nada. Nuestra historia es el único relato que podemos recontruir. Por ello nos parece tan extraordinaria.''
Los humanos
Yves Coppens, uno de los codescubridores de ``Lucy'', el fósil de nuestra remota madre, muerta hace 3 millones de años, habla de nuestros orígenes, gracias a la desaparición de los dinosaurios, en el continente que agrupaba lo que hoy son Europa, América del Norte y Groenlandia, luego nuestra cuna en la selva africana de hace 35 millones de años, la sequía que inició el proceso de hominización, los diversos eslabones que llegan hasta nosotros: El egiptopiteco del tamaño de un gato, el procónsul, la bifurcación que conduce hasta los gorilas y chimpancés actuales, por una rama, y por otra hacia los australopitecos y cómo éstos dan origen a nuestros abuelos, el Homo habilis, el erectus y así sucesivamente hasta que, hace 500 mil años, se consigue el dominio del fuego. Una historia que se lee de un tirón.