Don Tomás Segovia, el traductor del psicoanálisis, traduce sus imágenes a la palabra musical en versos conmovedores que nos enfrentan a la espera. ``Ceremonial del moroso'' invierte el sentido lógico del lenguaje donde la causa y el origen se pierden, en uno de los poemas más bellos de nuestro idioma, para el que esto escribe. Es la palabra el paso que va de la imagen al otro como representante de una fantasía que remite a una ausencia.
Empiezo posponiendo
Empiezo por la pura suspensión
Por no querer saber cómo empezar
Empiezo anticipadamente triste
De manchar la pureza de la espera
Empiezo por callar
Por soñar con salvarme de un aciago lenguaje
Que empieza consigo mismo
Ansiando que con él empiece todo...
Es la espera, ese espacio peligroso que confronta con la desaparición de la vida indivisible, inasible, como el tiempo o el espacio que nos confrontan con el sufrimiento de un encuentro imposible de darse, que sólo nos deja la palabra que cubre la espera atormentadora.
Sin decir todavía
Estoy diciendo ya
Diciendo que no hay hoja en blanco
Diciéndolo aquel que busque oír
Sentado en este día de la historia
Diciendo que es posible moverse
Que es posible soltar esa fe en el vacío
A la que tanto apego tengo todavía
Diciendo pues calladamente
Que la hoja está ya siempre empezada
Ya empapada de mundo
Polvorienta de tiempo rasgada de vida...
Tomás Segovia profundiza con dolor que la palabra no es nuestra, que es impuesta, no es fija, se nos va y es espera incapaz de ser transcrita al papel desembocadura de una melancolía que es dolor medular, puente que se esfuma irredimiblemente, se despoja de todo lo que es real y se ancla en lo fugaz y temporal.
Ese que le dictan sus imágenes en movimiento al pasear entre el espíritu y ese otro, interno, que buscamos afuera, para sentir que existimos.
Y sepa la solícita palabra
Esperar todo el tiempo
Que lo que va a decirse necesita
Para solicitarla...
Poesía que se basa en la abstinencia, en la ausencia y va más allá de ellas, al abrirnos al espacio de la espera. Desplazamiento de lo que se oculta a la vista de todos. Palabras musicales que no están en ningún lugar y son atemporales; vivencia y fugacidad del instante que no se puede prolongar y es espera... espera.
Renuente a pesar de lo libre en fuga
A repetir lo irrepetible
A poner en sí mismo lo que sale de sí
Y en la ruda fortuna del encuentro
en ese instante innegociable...
Tomás Segovia inicia con este ``Ceremonial del moroso'' su libro Fiel imagen'' (publicado en España el año pasado y previamente por la revista Tierra Adentro, por Ediciones sin nombre en su serie de poesía Cuadernos de la Salamandra), y es ``la culminación de sus búsquedas más personales y la reafirmación de sus virtudes --la claridad, la mesura lírica y la belleza en la metáfora--.
``Ceremonial del moroso'' es un verso largo, fiel a su imagen, en el que espera, espera.
A lo que en su moroso camino se perdió
Y así por siempre lo que deja dicho
Con la sed de decir seguirá diciendo.