La Jornada 11 de julio de 1997

Aprueban en Brasil enmienda para despedir a burócratas ineficientes

Ap, Dpa, Efe, Ansa, Reuter y Pl, Brasilia, 10 de julio Ť El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso se adjudicó una importante victoria luego de que la Cámara de Diputados aprobó anoche, apenas por un voto adicional a los necesarios, una importante enmienda constitucional orientada a eliminar la estabilidad laboral que, no obstante ello, fue calificada por el gobernante como una ``victoria popular''.

Mientras, unos mil 700 agentes desalojaron a un centenar de familias sin techo de un predio cercano a Teguatinga, ciudad satélite de esta capital, con saldo aproximado de once heridos. Los uniformados, que emplearon gases lacrimógenos, detuvieron a un número indeterminado de sin techo bajo acusaciones de desacato y portación ilegal de armas.

El desalojo fue parte de una operación para demoler unas 400 barracas, conocidas como favelas, erigidas por familias muy pobres que han invadido el lugar. Un fotógrafo que presenció los hechos dijo que ``parecía un campo de batalla, de una parte la policía disparando lacrimógenos y balas de goma, y del otro lado la multitud defendiéndose con palos y gomas''.

Se informó que los agentes confiscaron unos 18 cuchillos y dos bombas molotov.

En este contexto, el descontento policial se extendió al nordestino estado de Alagoas, donde casi la mitad de los nueve mil policías militares estatales se adhirieron a una huelga en demanda del pago de salarios adeudados desde hace seis meses.

``Quieren su dinero. Eso es todo. Nosotros estamos procurando resolver el problema para evitar que la situación empeore'', dijo el coronel de policía Paulo Jorge Marques da Silva, quien destacó que pese a la disminución de la vigilancia policiaca, no aumentó la violencia.

La huelga policial en Alagoas se inició en momentos en que ingresó en su quinta jornada una medida de fuerza similar en Piauí, donde los uniformados exigen homologación salarial con respecto a sus compañeros del vecino estado de Maranhao. Los uniformados de Minas Gerais lograron un aumento salarial de casi 30 por ciento tras una huelga que el mes pasado obligó a la intervención del ejército para garantizar la seguridad en dicho estado.

En tanto, Cardoso calificó de ``victoria popular'' la normativa de estabilidad laboral-fiscal sancionada anoche por la Cámara de Diputados por 309 votos a favor, 181 en contra y cinco abstenciones.

Hasta ahora un empleado público podía ser despedido sólo tras un proceso administrativo, pero con la modificación aprobada anoche se elimina ese mecanismo, y se establecen procesos de evaluación periódicos que permitirán cesar a los burócratas por ``ineficiencia''. La enmienda se complementará con otra disposición que será votada la próxima semana y permitirá despedir funcionarios cuando el gasto de nómina exceda el 60 por ciento de los ingresos del gobierno federal o local.

De acuerdo con el Ministerio de Administración, el gobierno federal eroga el 52 por ciento de su recaudación para pagar a 1.3 millones de empleados públicos activos y retirados, mientras que la mayoría de los estados brasileños gastan entre 70 y 90 por ciento en el pago de nóminas.

La presidencia señaló en un comunicado que el Congreso ``fue sensible a la necesidad de otorgar instrumentos que permitan al Estado estimular el desempeño de sus servidores en un nivel compatible con el sacrificio que la sociedad realiza al pagar impuestos''.

Acio Alves, líder de la bancada del Partido Socialdemócrata, al que pertenece Cardoso, dijo que``no aprobamos el fin de la estabilidad, sino la posibilidad de desvincular a un funcionario incompetente'', pero el líder de la Central Unica de Trabajadores en el Distrito Federal, José Zunga, sostuvo que ``esto es el regreso del coronelismo... muchos políticos presionarán a sus empleados pidiendo votos a cambio de la permanencia en el cargo del servicio público''. La iniciativa deberá ser sancionada en una segunda vuelta, y posteriormente será remitida al Senado.