La Jornada 11 de julio de 1997

Etapa reaccionaria en la educación, por el neoliberalismo: sociólogo Apple

Lilia Rubio, especial para La Jornada Ť ``Ante la oleada neoliberal que recorre el mundo, los sistemas educativos han entrado en un periodo reaccionario'', dice Michael Apple, el sociólogo pedagógico más crítico y activo contra élites que bregan por convertir a profesores y estudiantes en productos de consumo.

Charlamos con el autor de libros --algunos traducidos al español-- como Política cultural y educación, Conocimiento oficial y Escuelas democráticas.

``Ante los escasos recursos, el sobrecupo, la reducción en la `alfabetización funcional', las fallas en la enseñanza de `conocimiento real' y las destrezas económicamente útiles, la calificación educativa se considera un fracaso total, porque se le reprocha no enseñar capacidades que aumenten la productividad, reduzcan el desempleo y solucionen la pobreza y la pérdida de competitividad internacional, para supuestamente regresar a una `cultura común' y hacer más eficientes las escuelas, a fin de satisfacer necesidades del sector privado. Según algunos teóricos, así se resolverían los problemas'', señala el catedrático de la Universidad de Wisconsin.

``El trasfondo es un ataque contra normas y valores igualitarios. Aunque escondido en el discurso de críticos neoliberales, en esencia la democracia cultural y política es vista como una de las principales causas de las crisis económicas. Lo reaccionario de la cuestión queda manifiesto en las palabras de Kenneth Eaker, secretario de Educación y Ciencia del gobierno de Thatcher, quien evaluó cerca de una década de esfuerzos derechistas en la educación diciendo que, finalmente, la era de la igualdad había terminado. Sólo le faltó decir `enhorabuena'.''

Agenda económica

Apple considera simplista interpretar lo que está sucediendo sólo como resultado de esfuerzos emprendidos por élites económicas dominantes, por más que muchos ataques sí representen intentos por reintegrar a la educación en una agenda económica.

``Pero no se pueden reducir sólo a eso, ni tampoco podemos decir que sólo tienen que ver con la economía, puesto que las luchas culturales, étnicas y de género coinciden con las alianzas y el poder de clase.''

Por tanto, para Apple, la educación es un espacio de lucha y concesiones, ya que sirve como apoderado a larga distancia en batallas de gran envergadura para definir lo que las instituciones deben hacer, a quién deben servir y quién debe decidir.

``La educación es uno de los principales foros donde se deciden los recursos, el poder y la ideología de políticas, curricula, pedagogía, evaluación y financiamientos. Por ello, es causa y efecto, determinante y determinado, y ningún discurso refleja toda esa complejidad.''

Apple ha analizado las principales tensiones de la educación en su avance por vías conservadoras, pues considera que existen tendencias múltiples y, en ocasiones, contradictorias, dentro del viraje derechista, ``la restauración conservadora'', porque ha sido resultado de la exitosa lucha librada por la derecha con objeto de formar una alianza de amplios cimientos.

``Esta nueva alianza tiene tanto éxito porque ha ganado la batalla contra el sentido común. Es decir, creativamente ha unido diferentes tendencias y compromisos sociales, y los ha organizado bajo su liderazgo general en asuntos relacionados con la asistencia pública, la cultura, la economía y las políticas sociales y educativas, con el objetivo de lo que Dale ha calificado como modernización conservadora.''

Hoyos negros

Según el sociólogo, esta alianza cuenta con cuatro protagonistas: los neoliberales, los neoconservadores, los populistas autoritarios y una fracción de la nueva y arribista clase media.

Si bien cada uno tiene su historial y dinámica relativamente autónomos, forman parte de un movimiento conservador más general. ``A diferencia de los neoconservadores que favorecen un Estado fuerte, los neoliberales son el elemento más poderoso y su guía es la visión del Estado débil. Por tanto, lo privado es necesariamente bueno y lo público, necesariamente malo. Las instituciones públicas, como las escuelas, son hoyos negros donde se echa dinero --que parece desvanecerse por arte de magia--. Pero distan mucho de producir los resultados esperados. Para los neoliberales la forma de racionalidad más potente es la económica. Por eso, ven a los estudiantes como capital humano y futuros trabajadores que deben recibir la capacidad y disposición requeridas para competir más eficiente y eficazmente. Los montos invertidos en escuelas, que no estén directamente vinculados a estas metas, son vistos como sospechosos, toda vez que se considera deberían usarse en el sector privado. De hecho, el proyecto neoliberal está conectado con un proceso más amplio de exportación de la culpa de las decisiones de grupos dominantes al Estado y a la gente pobre''.

No obstante, Apple explica que el neoliberalismo tiene una segunda variante: está dispuesto a invertir más dinero estatal y/o privado para ``reformar'' escuelas, pero que satisfagan los requisitos del capital.

Conquistas

Optimista incorregible, Apple se considera difusor de buenas noticias sobre conquistas de maestros, alumnos y padres de familia. A tal grado es su pasión, que incluso ha tenido que pagarla con la cárcel no sólo en su país sino también en Corea del Norte, cuando se solidarizó con las multitudinarias manifestaciones estudiantiles.

``Usualmente, sólo escuchamos hablar de la desesperación, pero no de los logros contra el neoliberalismo y el neoconservadurismo, que son como un buldozer que todo aplana. Aunque como en México, en Estados Unidos se dan los mismos ataques contra profesorado, alumnos y programas, la resistencia es pan de cada día y me niego a cederle a los neoliberales logros que no han tenido. Después de todo, son una maquinaria que constantemente rueda sobre sí misma y, cada vez que parece que van ganando, tienen que negociar alguna concesión. Si no, a cada rato tendrían que lanzar a la policía a la calle y, como sabemos, eso sólo acarrea que les salga el tiro por la culata.''

Según Apple, la resistencia es dual. Por un lado, está la oposición, donde la gente resiste sin darse cuenta: miles de jóvenes ya no van a la escuela, porque es aburrida y saben que aunque se esfuercen, no encontrarán trabajo o les tocará hacer algo muy por debajo de su preparación. A diferencia de lo que quiere hacer creer el modelo neoliberal, hay estadísticas que demuestran que los empleos generados no requieren de alta calificación y son de bajo salario. Así, no hay ninguna conexión real entre escolaridad y economía. La industria maquiladora ilustra esta situación.

Cacaburger

Existe resistencia organizada alrededor de acciones políticas progresistas. Para muestra, dos botones: Alarmados por la deserción de 70 por ciento de sus estudiantes, los maestros de la Escuela de Artes Técnicas en Boston se reunieron con padres y muchachos y decidieron aprovechar lo que el sistema les ofrecía. Puesto que la orden era integrar sus conocimientos alrededor de algún oficio y ser buenos obreros, formaron una coalición con cooperativas obreras, sindicatos y organizaciones de base, y combinaron los principios académicos con el conocimiento productivo. En la clase de ciencia, por ejemplo, aprendieron sobre física, matemática y arquitectura y, en el último año, construyeron viviendas para gente de bajos recursos.

Otra experiencia ilustra la lucha transformadora: Sucede que casi 50 por ciento de las escuelas primarias y secundarias estadunidenses firmaron un millonario contrato con la empresa K4, propietaria de estaciones de radio y tv, como el Canal Uno, que durante la jornada escolar transmite una cápsula noticiosa de 15 minutos, obligatoriamente salpicada con anuncios de multinacionales de hamburguesas y artículos deportivos. La reacción de maestros y alumnos no se ha hecho esperar: critican a las compañías que los tratan como idiotas, analizan la ideología de los comerciales y hacen parodias de lo que han bautizado como cacaburguer.

``No puedo predecir el futuro ni saber si las políticas de reajuste estructural del Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional van a ganar o perder. Lo único que sé es que, aquí y acullá, la historia está hecha por pueblos de carne y hueso, que no se dan por vencidos.''