ASTILLERO Ť Julio Hernández López
El incidente de la familia del gobernador con licencia, Rubén Figueroa --sea secuestro o viaje del hijo--, podría servir de pretexto para generar un clima de tensión social adverso a la emisión del voto y un amedrentamiento selectivo a personajes ligados a movimientos sociales y populares.
Múltiples experiencias existen de la persecución que episodios como el mencionado generan contra activistas de izquierda y líderes sociales antigubernamentales.
Y múltiples evidencias también hay de la existencia de hasta ahora anónimas tendencias antidemocráticas que buscan desesperadamente pretextos y cauces para combatir la persistente tendencia electoral antipriísta.
Baste recordar los episodios de la guerra sucia en general, de los videos en particular, y de su impune desenlace, para percibir el riesgo que en estos momentos entraña el enrarecimiento de la vida pública con incidentes como el de la familia Figueroa.
Sean cuales fueren los elementos y las motivaciones reales del todavía difuso episodio del hijo del gobernador con licencia (provocación, pugna entre priístas, delincuencia común), será importante que el Estado mexicano sostenga la decisión de llegar a las elecciones del domingo sin ceder a las presiones de los grupos temerosos de la pérdida de poder y privilegios que les significaría una amplia derrota priísta.
Censurable como es todo acto que afecte a la vida, libertad o integridad de un ser humano, las acciones de investigación y castigo deben cumplir estrictamente con su cometido natural y obligado.
Acarreo y compra de votos
La sensación generalizada de que nos encaminamos a unas elecciones limpias está impidiendo que se vean con cuidado dos signos que presagian irregularidades mayores: el acarreo para los cierres de campañas priístas y la anticipada compra de votos.
El acarreo, mencionado en la mayoría de las notas periodísticas de medios serios del país referidas a cierres de campañas, muestra una voluntad política dispuesta a buscar en los recursos escenográficos del priísmo tradicional una falsa legitimidad.
El dato no es menospreciable, pues en lugar de abstenerse de las movilizaciones aparatosas que cuestan dinero muy por encima de los gastos oficiales, y demostrar con esa abstención una postura de juego limpio, las autoridades políticas del país y de los estados han optado por el camino de la inyección de recursos a las apariencias y no a las realidades.
Por otra parte, se han multiplicado las denuncias de presión a los votantes y, además, de compras disfrazadas o explícitas del sufragio.
Valga como ejemplo la entrega que ayer mismo hizo una comisión del municipio de Mazatlán Villa de las Flores, Oaxaca, en las oficinas del IFE, de una denuncia en la que entre otras cosas asientan:
``El PRI, a través de su candidata Emilia García Guzmán, está repartiendo ropa usada y dinero, recogiendo las credenciales de elector en las comunidades y a quien se niega a entregarlas amenazan con descontarles 50 pesos del dinero de Procampo; está comprando votos con la promesa de entregarles lámina para la vivienda si ganaÉ dando grandes cantidades de dinero a las autoridades comunitarias para que ellos obliguen a la gente a votar por el PRIÉ''
La denuncia mencionada viene con firmas y sellos de los representantes de aquel municipio perteneciente al distrito de Teotitlán de Flores Magón.
Pero, desde luego, como esa hay múltiples muestras de la abierta inducción del voto en favor del PRI.
Cuando menos con esos dos elementos, el acarreo y la compra del voto, sería suficiente para percibir que es fuerte la tendencia a la adulteración de los resultados electorales, sobre todo en las zonas rurales.
Nueve días sin diagnóstico
Benjamín Duque Juárez, de 76 años de edad --un hombre sano y en plenitud de facultades, según su familia--, ingresó por propio pie el mediodía del pasado 24 de junio al área de emergencias del hospital del IMSS del Parque de los Venados en el Distrito Federal, quejándose de un fuerte dolor abdominal.
El miércoles 25, don Benjamín estuvo muy molesto pero en la tarde ya había mejorado notablemente. Ni dolor ni inflamación; con buen ánimo. Esa noche no lo cuidó ningún familiar porque pensaban que ya iba de salida.
El jueves 26, por la mañana, el paciente casi no hablaba, presentaba un estado de sopor y tenía conducta errática. Su hija Rocío vio en la hoja clínica que le habían administrado Diazepam. Ningún médico supo decir por qué habían aplicado tal medicamento pues, a esas alturas, 48 horas despuésÉ todavía no se tenía un diagnóstico del casoÉ
Un hermano del paciente fue informado en primera ocasión de que el problema era una diverticulitis, es decir, un problema de colon bastante común a su edad. Luego, la mañana del viernes 27, cuando don Benjamín comenzó a convulsionarse, se le dijo al hermano que seguramente era una embolia y un derrame en el lóbulo izquierdo del cerebro, y que el pronóstico era muy malo, por lo cual deberían trasladarlo al Centro Médico Siglo XXI. Los familiares escucharon a dos médicos decir que al paciente se le había ``manejado'' mal.
En el Centro Médico, los familiares debieron reelaborar con el doctor que los recibió toda la historia clínica de los tres días anteriores, pues la que llevaban ``era insuficiente''. En el piso de neurología, frente a otros doctores, fue necesaria una reconstrucción similar.
Hasta ese momento todavía no se tenía un diagnóstico verdadero. Al hermano le decían telefónicamente en la dirección del Centro que había ``un pequeño derrame en aracnoides en la región frontal''. A la misma hora, a los familiares les decían que la tomografía practicada no mostraba derrame alguno yÉ les pedían repetir una vez más la historia clínica.
Siguieron revisiones e investigaciones. Hasta ahora no hay diagnóstico que les haya sido comunicado a los familiares: puede ser tuberculosis cerebral, cáncer, síndrome neuroléptico negativoÉ
Don Benjamín es hermano de Oliverio Duque Juárez, experimentado periodista que actualmente es coordinador de información de las oficinas centrales del Instituto Mexicano del Seguro SocialÉ
Carta al gobernador de Veracruz
Las incidencias electorales no han permitido abordar debidamente los múltiples casos y comentarios llegados a Astillero en relación con los hospitales públicos. Por lo pronto, quede asentado que los defensores de los derechos humanos del Sindicato de Trabajadores de la UNAM han enviado una carta al gobernador de Veracruz, Patricio Chirinos, pidiéndole, ``con carácter de urgente, que interceda y se reflexione, dentro del marco de la tolerancia y el aprecio a las diferencias, el estado de derecho del médico neurocirujano de Orizaba, Joaquín Hernández González, por ejercer lo permitido por los artículos 6 y 7, así como lo expresado en la Declaración de Ginebra relativo a los médicos, y el Código de Etica Médica Internacional, expresado también en Ginebra''. Firman decenas de sindicalizados de la UNAM.
Cabe recordar que el doctor Hernández González fue dado de baja del IMSS de Orizaba luego de denunciar fallas e irregularidades graves en la operación del hospital de la región.
Hoy, por otra parte, en el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro se ofrecerá una conferencia de prensa en la que se abordará el generalizado problema de la negligencia médica en las instituciones públicas de salud.
Astillas: ¿Cómo entender el hecho de que no haya embajador de los Estados Unidos en México que esté atento a nuestro proceso electoral? ¿Señal de confianza? ¿Descuido?É
Fax: 5 12 65 45 Correo electrónico: [email protected]