La Jornada 19 de junio de 1997

CULMINAN 13 AÑOS DE BOTELLITA DE JEREZ

Pablo Espinosa Ť Botellita de jerez, todo lo que me digas será al revés, y aquí se rompió una taza, cada quien para su casa.

En 1983 surgió en México una banda singular. Botellita de Jerez se llamaba. No sólo el nombre, sino sus letras, actitudes, música, propuestas significaban un cubetazo de agua fría en el ambiente roquero nacional. Era la irrupción de la inteligencia y el humor desenfadado, juntos, en el rock mexicano.

Eramos, todos, unos chamacos. Jóvenes del alma, hoy. Hace 13 años hicimos la primera entrevista. Llegaron a la redacción los botellos. Nos salimos de plano al camellón de Balderas, frente a La Jornada. Echamos desmadre como en la secundaria. Los botellos meciendo en brazos su primer disco, Fabrizio León toreando coches con su cámara fotográfica. Así quedó registrado (La Jornada, 13 de diciembre de 1984):

``Estamos en esa línea del rock que dice algo desde una perspectiva política, pero antes que nada desmadrosa. No tiramos netas ni hacemos consignas ni panfletos. El guacarrock es una mezcla de aguacate con rock and roll para darle aquel sabor mexicano a nuestra música.''

Sergio Arau en la lira, Armando Vega Gil en el guitarrón eléctrico (vulgo: bajo), Paco Barrios en las cacerolas (nombre científico: batería), todos cantan y componen sus rolas.

Así versó aquella guacarrockentrevista, hace, aich, muchos ayeres: ``Yo era rocanrolero desde hace un resto --inicia Arau, el Uyuyuy-- pero dejé de tocar y me dediqué a la caricatura. Se me ocurrió que había que hacer un rollo más mexicano, más de desmadre, que es la esencia del rock. Manuel Ahumada (cartonista de La Jornada) me conectó con Armando Vega y nos pusimos a darle. En el principio estaba mi chava, éramos tres tocando guitarras, algo así como el trío Los Panchos Punk. Luego Armando, el Cucurrucucú, conectó a Paco, el Mastuerzo...

``Ahora hay ciertas condiciones --tercia Vega Gil-- que permiten que el rock de humor, satírico, prenda. Hace como 15 años no prendió; había un grupo, Los Tepetatles, donde estaban Carlos Monsiváis, Chava Flores, Julián Bert, Alfonso Arau, José Luis Cuevas... El rock no es sólo la música, es una actitud contracultural, implica una forma de vida. En este momento hay otra actitud de parte de los chavos, todos podemos ya reírnos de nosotros mismos.''

Ese 13 de diciembre de hace 13 años presentó el grupo Botellita de Jerez su primer disco, Botellita de Jerez, en el Museo Universitario del Chopo y al día siguiente llevaron su guacarrock al salón Los Angeles.

Y pasaron los años... como dirían los clásicos.

Botellita de Jerez siguió una trayectoria interesantísima. Grabaron otro par de discos: La venganza del hijo del guacarrock y Naco es chido. En 1989 salió del grupo Sergio Arau. Siguieron los otros dos botellos con diferentes músicos y grabaron Niña de mis ojos, Busca amor, Forjando patria y Superespecial desenchufado un plug en vivo Botellita de Jerez. El último disco de Botellita de Jerez será grabado esta noche en el teatro Metropólitan: El último guacarrock, en vivo, en una superfiesta de despedida: Botellita de Jerez se desintegra de manera definitiva. En el concierto final participarán Sergio Arau y otros músicos invitados. Va a estar de pelos.

Fue divorcio: Sergio Arau

Junio de 1997. Antes de volar a México, Sergio Arau conversa vía telefónica desde Los Angeles, California, donde reside:

``El guacarrock es una mezcla chida y aguacatosa de Toña la Negra con Janis Joplin, de José Alfredo con Elvis y, claro, con un poco de jerez y todo mezclado en un molcajete de diez velocidades y ahora, si no les gusta, pues guácala. El guacarrock sigue, aunque no se le llame así. Tiene pa' rato. Luego de mi salida, los botellos siguieron, aunque luego hicieron cumbias. No tengo nada contra la cumbia. Forjando patria sí me gustó. Claro que he sabido de Botellita de Jerez todo el tiempo, es como cuando te divorcias y te dicen: oye, vi a tu ex esposa. Sí, el nuestro fue divorcio. Como que ya no nos entendíamos, estábamos muy cansados, no teníamos la gente adecuada a nuestro alrededor: todo el mundo le sacó jugo a Botellita de Jerez menos nosotros, los botellos. No pudimos crear una infraestructura adecuada.

``Estoy seguro que los grupos nuevos ya están grabando sus discos en mejores condiciones gracias a nuestras malas experiencias. Después de mi salida, hubo una etapa rara donde nadie en México parecía reconocer lo que hizo Botellita de Jerez. La generación inmediata nos negó totalmente. Tuvieron que pasar unos cinco, seis años para que empezaran a surgir grupos por todas partes que sí reconocían y admitían un trabajo previo a ellos, sobre el cual podían seguir construyendo.

``Ese reconocimiento se dio más que nada en la actitud, no necesariamente en una imitación. Pero fue evidente la irrupción de mezclas similares: música popular mexicana con hard rock, el humor, la irreverencia, la antisolemnidad, el hacer canciones cotorras pero con un contenido claro. Eso es lo que ha sido siempre Botellita de Jerez.''

A su salida de Botellita, Sergio Arau se mudó a Estados Unidos. Grabó, como solista, el disco Mi Frida sufrida, que anunció como ``mi tercer primer disco, pues era el tercer intento con mi grupo, Los Mismísimos Angeles''. Ahora tiene listo el material para un nuevo disco, ``que probablemente se llamará No soy el ángel caído, y es, nuevamente, guacarrock, pero con más experimentaciones, mucho huapango: punk jarocho, con más variaciones y más locochón''.

La pintura y el video ocupan también la creatividad de Sergio Arau. Con Yareli Arizmendi, su esposa, estrenó hace un par de semanas en Chicago un cortometraje, titulado Un día sin mexicanos, del que preparan una versión en video para ser transmitida por televisión. ``Es un falso documental acerca del día que desaparecieron de California todos los mexicanos y, como somos quienes sustentamos la economía aquí, todo se paraliza''.

Inteligencia y humor: Vega Gil

Antes de iniciar uno de los últimos ensayos para el gran concierto/despedida de esta noche, Armando Vega Gil conversa en el jardín de la casa donde suele ensayar el bajista de Fobia, cedida --una de las muchas muestras de simpatía con Botellita-- para los ensayos finales botelliles:

``El contenido de las letras y el trabajo escénico que hacíamos en Botellita de Jerez estaba sostenido por la formación de cada uno de los tres: Paco venía de un grupo de música política: Los Nakos, donde manejaba mucho el humor, el sarcasmo; Sergio venía de hacer caricatura política y avant garde; y yo venía de un grupo de música folclórica que se llamaba Canek, donde éramos también muy radicales para la época, pues mientras todo mundo tocaba quena y charango, nosotros insistíamos en el folclor mexicano, contrario a la moda.

``Así que cuando nos juntamos los tres traíamos una serie de intenciones que se conjuntaron en un solo proyecto. Terminada la década de los setenta, cuando las peñas y la música folclórica estaban por doquier, se hizo un hueco importante. Los hoyos fonquis cumplían un ritual acartonado. Había un ambiente social que posibilitó la aparición de Botellita de Jerez, un grupo en el que podíamos cantar en español, cuando todos querían hacerlo en inglés, y con letras para nada pretensiosas, cuando todos querían encontrar nirvanas o situaban condiciones ajenas a nosotros.

``A todo eso le sumamos el humor, que es la herramienta más poderosa de la que se hizo Botellita de Jerez. Eso nos posibilitó para juntar el Son de la Negra con Johnny be good, y eso desde el punto de vista de un rocanrolero o un folclorista muy ortodoxos, era un superpecado, pero como teníamos como consigna echar desmadre y reírnos, pues lo podíamos hacer. Además, ya éramos grandes: Paco y yo teníamos 27 años, y Sergio 31, y estábamos haciendo un proyecto que correspondía a chavos de 18. Nos estábamos rencontrando con nuestra música y nuestra formación en la cultura popular, con Tin Tan y Pedro Infante, la cultura masiva de los cincuenta. Nos acercábamos a eso con la desfachatez de poder juntar a Lola Beltrán con Janis Joplin.

``Hacíamos muchos chistes, con los cuales formábamos nuestra plataforma ideológica, aunque no la planteábamos así. Era más bien estar buscando sketches, chistes, bromas que, claro, conllevaban nuestra posición política. En ese proceso fuimos haciendo descubrimientos gracias al humor, que es un elemento que te convierte en vanguardista porque no te importan las reglas, te valen gorro los formalismos y eso es porque el humor es operativo cuando precisamente estás socavando las formas tradicionales y te burlas de ellas. No había mayor ánimo que el de divertirnos. En el escenario simulábamos ser rock stars y esa simulación se extendía al público, que de pronto se hallaba simulando estar frente a un grupo de rock stars. Eso molestó a otros grupos mexicanos, que sí querían, de a deveras, ser rock stars.

Cosechar los frutos, despedirse

``Una de las grandes aportaciones nuestras fue decirle a las clases medias urbanas que podíamos tener en el rock un lenguaje de comunicación y de resistencia nacional. Cuando salió Sergio atravezábamos por una fuerte crisis. Luego seguimos, en lo que llamamos la edad media de Botellita de Jerez, pero con Forjando patria logramos frutos, rehacer la banda que ahora se desintegra porque tenemos proyectos personales cada quien por su parte. Nos percatamos ahora que fuimos los albañiles que construimos la obra negra de mucho de lo que es hoy el rock mexicano y esta noche cosechamos frutos y nos retiramos como un buen boxeador sabe hacerlo, en el momento oportuno. De manera que este truene de Botellita de Jerez es para todos un avance. Hoy el rock mexicano matiene otras y mejores condiciones, el reconocimiento a nuestro trabajo está a la vista''.