Suscriptores de La Jornada recibirán Le Monde Diplomatique a partir de mañana
Pablo Espinosa Ť A partir de este jueves 19, como un encarte para los suscriptores de La Jornada, empezará a circular la edición mexicana del periódico francés Le Monde Diplomatique en su nueva época.
``Más que una publicación, Le Monde Diplomatique es un modo de pensamiento, un retorno al ser humano como centro del hombre'', define Eda Chávez, directora de la edición mexicana.
Luego de 11 años de que dejó de circular en nuestro país, un par de épocas distintas de esta edición en español en América Latina, ``el retorno de Le Monde Diplomatique se dio de una manera natural: estuve como corresponsal en París durante seis años y allá conocí a Ignacio Ramonet, director de ese periódico en Francia, en el momento en que estaba saliendo de imprenta la edición en Madrid, que se sumó a las otras ediciones que circulan en Europa: en italiano, con Il Manifesto; en alemán, con Die Tagezeitung, y en Suiza, con el semanario Wochenzeitung. En México ese nicho estaba vacío porque, como dice Ignacio Ramonet, estar bien informado cuesta, y parece en cambio estar prevaleciendo un periodismo fácil, con pequeñas notas informativas y muchas imágenes y color, y sin el contexto histórico, cultural, económico, geopolítico y hasta ecológico, elementos estos últimos que caracterizan a Le Monde Diplomatique''.
Reflexión, exhaustividad, contextualización, características a las que debe su prestigio esta publicación francesa, ``no lo hacen ciertamente un periódico de masas, pero sí una fuente de información, cuyos lectores no son aquellos que se conforman con sentarse a ver la televisión, sino que quieren realmente estar enterados y completar, inclusive, la información con las referencias bibliográficas que aporta siempre este periódico. Así, los lectores de Le Monde Diplomatique se encuentran entre los estudiantes universitarios de posgrado, empresarios, académicos, intelectuales y todo aquel con interés por saber realmente qué está pasando en el mundo''.
El tiraje inicial de Le Monde Diplomatique, edición mexicana, constará de 20 mil ejemplares, ``que son los ejemplares cuya distribución tenemos garantizada, tanto en encartes como en presuscripciones y ventas en locales cerrados'', en el mismo formato que el periódico francés original, ``formato berlinés, en papel reciclado de 75 gramos, en ediciones mensuales de 24 páginas, con opción a crecer a 32. El equipo está integrado por periodistas con experiencia como corresponsales, entre ellos Raymundo Riva Palacio, Ileana Ticou y Miguel Barberena. A diferencia de nuestros antecesores (las ediciones que hasta hace 11 años circularon en México), incorporaremos la información local al resto del material europeo, y abriremos las páginas como un foro de debate de las ideas''.
El estilo de Le Monde Diplomatique es denso, ciertamente, comparado con la tendencia prevaleciente, indica Eda Chávez. Como parte del material promocional, ha circulado en México un par de páginas, a manera de ``número cero'', con un artículo escrito por el director de Le Monde Diplomatique, donde explica estos contrastes:
La prensa escrita está en crisis: Ramonet
``La prensa escrita está en crisis'', inicia Ramonet, e identifica las causas en ``la mutación que han experimentado en los últimos años algunos conceptos básicos del periodismo''. Concretamente, la tendencia de algunos periódicos a emular a la televisión. ``Y así se establece, poco a poco, la engañosa ilusión de que ver es comprender y que cualquier acontecimiento, por abstracto que sea, debe imperativamente tener una parte visible, mostrable, televisiva. Esta es la causa de que asistamos a una emblematización reductora, cada vez más frecuente, de acontecimientos complejos''.
La influencia engañosa de la televisión, afirma el director de Le Monde Diplomatique, ``impone la elección y obliga nolens volens a la prensa escrita a seguirla. La televisión constituye la actualidad, provoca el shock emocional, condena prácticamente al silencio y a la indiferencia a los hechos que carecen de imágenes (...) En el nuevo orden de los medios, las palabras, o los textos, no valen lo que las imágenes. La prensa escrita acepta la imposición de tener que dirigirse no a los ciudadanos, sino a los telespectadores''.
Asienta Ramonet en su artículo, titulado ``Informarse cuesta'': ``Numerosas cabezas de la prensa escrita continúan, a pesar de todo, por mimetismo televisual, por endogamia catódica, adoptando las características propias del medio audiovisual: la maqueta de la primera página concebida como una pantalla, la reducción del tamaño de los artículos (...) Compiten con el audiovisual en materia de marketing y desprecian la lucha de las ideas. Fascinados por la forma olvidan el fondo''.
En Le Monde Diplomatique, en contraste, ``creemos que informarse sigue siendo una actividad productiva, imposible de realizar sin esfuerzo y que exige una verdadera movilización intelectual.
``Una actividad tan noble en la democracia, como para que el ciudadano decida dedicarle parte de su tiempo y su atención. Si nuestros textos son, en general, más largos que los de otros periódicos y revistas, es porque resulta indispensable mencionar los puntos fundamentales de un problema, sus antecedentes históricos, su trama social y cultural, su importancia económica, para apreciar mejor su complejidad.''
(Quienes no son suscriptores de La Jornada podrán adquirir Le Monde Diplomatique en las librerías Arte Espiral, La Bouquinerie, La Casa de la Prensa y en París número 35, Coyoacán.)