Ni elogio incondicional ni crítica infundada, ofrece el líder al gobierno
Humberto Ortiz y Rosa E. Vargas Ť Al asumir la presidencia de Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Eduardo Bours Castelo, anunció que la iniciativa privada entrará a una etapa en la que no habrá falsas distancias con el gobierno, ni tampoco elogios incondicionales o críticas infundadas.
Ante el presidente Ernesto Zedillo, el nuevo dirigente proclamó una virtual redefinición en la composición de su gremio sin importar el tamaño del negocio o los volúmenes de venta, ni marcando ``diferencias estériles'' por pertenecer al sector financiero o comercial, al industrial o al agropecuario.
Y aunque defendió la actual política económica, Bours matizó:
``No hay democracia sin mercado, y la equidad en el mismo es impensable sin democracia''. Se congratuló de que cada vez un mayor número de empresarios participe en los partidos políticos, pero aclaró que el CCE sigue siendo apartidista.
En el epílogo de la 18 Asamblea General Ordinaria del organismo, advirtió que la democracia por sí misma puede producir justicia, pero no la base material necesaria para el mejoramiento cualitativo en el nivel de vida de individuos y comunidades.
Asunción la de Bours que marcó la reconciliación con los fotógrafos que fueran agredidos en el mismo hotel Nikko hace 10 días, pues ahora tuvieron dos mesas dispuestas sólo para ellos. Allí, el nuevo dirigente empresarial reiteró el pensamiento de su gremio, de que el instrumento más eficaz para resolver las carencias y rezagos del país es la economía de mercado con responsabilidad social.
Argumentó, en una tesis después retomada por el presidente Zedillo, que hoy ``gobiernos liberales, conservadores, comunistas, socialistas, desarrollados o en vías de desarrollo, y en cualquier latitud, reconocen que ese esquema es el mejor camino para generar riqueza y bienestar''.
Sin embargo, reconoció que ese sistema es insuficiente, y que sociedad y gobierno deben actuar donde sea necesario para superar deficiencias o equilibrar elementos.
Previno: ir contra el mercado es ir contra las posibilidades reales de dar sustento al empleo y al bienestar.
El joven líder empresarial expuso que la economía de mercado por sí sola puede aumentar la riqueza, pero no los canales distributivos para alentar el sentido de justicia que es vital para las sociedades.
Abogó entonces por una sólida política social y el establecimiento de mecanismos de equilibrio claros y basados en las leyes, para que la relación empresa-trabajador se fundamente en una actitud de diálogo y compromiso para la solución de conflictos, así como en esquemas de capacitación y productividad para impulsar la generación de riqueza.
Se pronunció por derrotar la pobreza, ``que tanto indigna'', mediante la educación, la capacitación y creación de empleos. Pidió seguridad jurídica, con leyes y reglamentos claramente promotores que eliminen la discrecionalidad en su interpretación y aplicación, a fin de tener más inversión doméstica y externa.
Bours Castelo aseveró que no se puede aspirar a ser un país de leyes ``para unas cosas y para otras no''. No es posible, remarcó, criticar el contrabando de mercancías y tolerar su introducción ilegal.
``No debemos pedir objetividad en la ley y solicitar discrecionalidad por motivaciones sociales o por intereses políticos'', sostuvo.
Demandó políticas macroeconómicas sanas y de largo plazo. Dijo que no puede aumentarse el gasto sin programa, porque las necesidades son muchas y escasos los recursos: ``Tengamos presente que sin una buena política macroeconómica que promueva el crecimiento nunca, nadie, hará el milagro de una buena política social''.
Y es que, concluyó, ya no podemos decir a millones de mexicanos que únicamente nos resta seguir esperando tiempos mejores.
El presidente saliente del CCE, Héctor Larios, defendió su gestión, y dijo que le tocó una época particularmente difícil, porque vivió el punto más grave de la recesión, pero aseguró que hoy México está en franca recuperación, pese a voces que insisten en regresar a una economía populista.